Un gran país

LOS árboles no dejan ver al bosque. Este dicho se puede aplicar a los españoles referidos a su visión de España. Desde fuera se ve con otra perspectiva y con otros ojos sin estar influenciados por el ruido y la polarización con que se respira en algunas partes del país, especialmente en Madrid, donde el bombardeo mediático es continuo. En los últimos días ha habido varias personas influyentes que nos han hablado de nuestro país de manera muy positiva, aunque apenas ha tenido eco mediático.

Con motivo de ser destinado a otro país, el que fue corresponsal del New York Times era preguntado por España y la impresión que se llevaba de ella. Contestaba que era un país increíble, con una gran diversidad de paisajes y gentes, y siempre se encontraba humanidad y vitalidad expresada todos los días en su manera de vivir (también en la de comer). A pesar de que en esos quince años se pusieron en cuestión puntos fundamentales como la integridad territorial o sufriendo atentados terribles, corrupciones graves y crisis económicas, el país salía adelante.

El presidente del foro de Davos, recientemente preguntaba al presidente del Gobierno cómo se explicaba la recuperación económica de España, que se mostraba en la creación de empleo y el aumento de afiliados en la Seguridad Social, la disminución de la deuda, distensión de la tensión territorial y la fuerte implantación de energías renovables, tanto eólica como fotovoltaica que la hacían líder conjuntamente con Portugal en Europa.

Una tercera persona que se expresa en términos positivos de nuestro país es la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que indicaba el liderazgo de España en la ejecución de los fondos europeos concedidos para paliar la crisis originada por la pandemia.

Los tres ponen en valor aspectos positivos. Sin embargo, estos apenas son señalados dentro de todo el ruido. También hay aspectos negativos, que se señalan desde dentro casi todos los días, como si estuviésemos en un país donde imperase el caos y el desorden, al tiempo que se silencian los positivos.

Por ejemplo, se dice que hay zonas rurales a los que no llega la fibra óptica, señalando la discriminación que eso supone en cuanto significa una merma en la igualdad de oportunidades y posibilidades para implantar negocios en el mundo rural. Sin embargo, mucha gente desconoce que España es el país que tiene más extendida la fibra, más que Francia y Alemania juntas. Se dice que solamente hay una o dos universidades entre las 200 mejor situadas en el ranking de Shanghái, pero no se dice que es uno de los pocos países que tiene más de veinte entre las 500 mejor colocadas.

Podíamos continuar poniendo ejemplos. Por eso, según la encuesta del CIS el 65% de los españoles piensan que su situación económica es buena o muy buena y al mismo tiempo un porcentaje similar piensa que la situación económica de España es mala o muy mala

Escuchar a los de fuera nos puede permitir mejorar la visión de nuestra realidad.