Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Unidad frente al terrorismo

    EL ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, anunció esta semana múltiples operaciones antiterroristas contra grupos, colectivos, redes sociales, ONG, e individuos nacidos o asentados en Francia. También contra mezquitas por supuesto colaboracionismo a la hora de difundir vídeos con componente de odio. Este nuevo plan de acción (más bien de reacción) policial y judicial responde al vil y cobarde asesinato de un profesor de secundaria, Samuel Paty, que utilizó las caricaturas de Mahoma publicadas por el semanario Charlie Hebdo para ejemplificar las posibilidades y los límites de la libertad de expresión. Parto de la base de que, aunque nunca se deben ofender las sensibilidades culturales y religiosas de ningún credo para demostrar la preeminencia de nuestros derechos fundamentales, no hay nada que pueda justificar un crimen como el perpetrado en nuestro país vecino. Un atentado, el peor de los delitos de odio, que demuestra la penetración y consolidación del islamismo radical en el corazón de Europa.

    Hablamos de un extremismo minoritario dentro de una ya de por sí minoría social (6 millones de una población global de 67) que, sin embargo, atenta contra toda la sociedad de acogida, y contra los principios fundacionales de la República Francesa, y contra los valores democráticos de un contexto europeo que sigue constituyendo la reserva de los pilares cívicos, sociales y vitales de Occidente. Y lo más triste es que actos atroces como el que tuvo lugar en el municipio de Conflans-Sainte-Honorine, y antes en otros muchos contextos no sólo franceses, sino de todo el Continente, denigran injustamente la imagen de los propios musulmanes en la UE. Al tiempo, evidencian que la multiculturalidad de la que presumen países con una tradición tan intercultural como Reino Unido o Francia constituye un proyecto fallido cuyas causas de inoperancia e ineficacia ni mucho menos se deben basar exclusivamente en la incursión de la ultraderecha en esos países, ni en las políticas fallidas de integración en territorios, como el francés, cuya laicidad desmonta y niega la principal razón de exclusión social.

    Urge retomar la vida sin miedo, con “la razón y la libertad” como principios rectores, dijo Emmanuel Macron en la Sorbona; no tanto, en mi opinión, a partir de una idea de “combate”, cuanto de esfuerzo conjunto para erradicar las amenazas sin lesionar los derechos humanos y jurídicos de aquellos inmigrantes, refugiados y asilados que viven su fe desde el respeto al prójimo. Para ello la unión de todo el pueblo francés y, por extensión, europeo, deviene fundamental. De ahí las atinadas palabras del primer ministro Jean Castex: “Venceremos en la unidad”. Ojalá la ley contra el “separatismo musulmán” (el 25% considera superiores las leyes del islam) que se aprobará en la Asamblea Nacional este diciembre, contemple también mi idea de hermandad.

    26 oct 2020 / 00:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    TEMAS
    Tema marcado como favorito
    Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.