Y, con Feijóo, nos vamos a Madrid

SÍ, sí, sí nos vamos a Madrid. Nos tenemos que llevar a Núñez Feijóo a Madrid si queremos poner fin a la sangría que sufre nuestro país.

El PSOE no existe o si existe se ha convertido en unipersonal, pues su única voz es la de Sánchez. Solo existe Sánchez, Su Persona y el pensamiento único de Sánchez.

Los ministros le aplauden en público pese a los 45.000 muertos, sin respeto alguno. Los barones de su partido son incapaces de poner de manifiesto lo que no va bien.

Pero, y esto es tan malo o casi peor, la oposición está desaparecida. Pablo Casado no tiene carisma para callar los insultos de Sánchez o para “comérselos con patatas” y llegar a pactos con Su Persona.

Solo nos queda Feijóo. Su moderación puede servir para unos acuerdos sin vencedores ni vencidos, unos pactos que, por encima de los egos políticos, permitan detener la caída libre en que nos encontramos.

Sánchez, y su uso de la Historia, nos ha llevado a un enfrentamiento preocupante. Es preciso un impulso, un abrazo entre españoles, pero Sánchez, Su Persona, es incapaz de conseguir consenso con nadie si no es a cambio de un puñado de euros o con un puñado de trasferencias.

Alberto Núñez Feijóo puede ser el eje de esa consenso. Y si no alcanza el consenso total, Feijóo debe aglutinar a Vox y a Ciudadanos y juntos, cogiendo lo mejor de cada uno, volver a la normalidad perdida.

Y aunque Alberto diga que no quiere aventurarse más allá de los Ancares, como las circunstancias son cambiantes y las cosas no pintan nada bien, sería bueno seguir buscándole, tan alegremente, una pensión en Madrid por si cambia de idea.