Buenos días

Por la Ascensión, o en su defecto una semana antes, más o menos cuando acostumbran a abrir las atracciones al público, dice la tradición que la lluvia suele visitar la ciudad de Santiago. No falló este año y aquí tenemos el agua hecha arte entre las rúas y la alameda. Pero, en general, de esta primavera no podemos tener queja. Qué grandes amaneceres, como el de esta foto, nos regaló. Nieve, llueva, haga frío o luzca el sol, deberíamos saber disfrutar de todos los días, porque todos tienen algunos momentos tan brillantes como esos rayos que se cuelan entre los árboles. Todos los días se abre ante nosotros un camino que sí o sí hay que recorrer. Hacerlo con optimismo siempre es menos agotador que hacerlo a desgana.