Multiplicación de los rostros

Millones y millones de personas visitaron la Catedral de Santiago a lo largo de sus más de ochocientos años de historia, y sin embargo cada día no dejan de entrar en este templo personas distintas. Es este un récord en que quizá nadie haya reparado aún, aunque es raro en estos tiempos que corren, donde hay verdadera y enfermiza obsesión por las estadísticas, que se elaboran por miles cada día para medir hasta los datos más inverosímiles, cuando no directamente estúpidos. Pero es posible que nadie haya pensado que en la Basílica compostelana, en pleno Año Santo, además, donde cotidianamente tiene lugar el milagro de la muchedumbre, nunca se repiten todas la caras. Ayer fue el turno de Os Bolechas.