Obsesión por llegar lo antes posible

EN ESTE nuevo siglo estamos siempre obsesionados con llegar lo antes posible a cualquier lugar. Disfrutar del viaje es lo de menos. Se trata de llegar pronto y sin demoras. Por eso nos alegra mucho saber que el AVE entre Santiago y Madrid circulará a más de 300 por hora en el tramo tal y, por el contrario, nos enfada enormemente leer noticias del estilo de que quizá el viaje dure tres horas y siete minutos en vez de las dos horas y 58 minutos prometidas por el ministro fulanito o el ingeniero menganito. Uf, vaya fatalidad. Lo mismo pasa cuando el viaje en coche hasta La Cibeles por las modernas autovías nos lleva más de cinco horas por culpa de alguna obra o desvío cual. Inmersos como estamos en este panorama tan estresante y a veces ridículo, reconforta mucho leer noticias como la que publicó ayer EL CORREO sobre el viaje que realizó, en diciembre de 1966, el orfeón compostelano Terra a Nosa desde la capital gallega hasta los estudios centrales de Televisión Española. La recién creada agrupación musical fue invitada, aquel año, a participar en el programa especial de Nochevieja y sus integrantes tuvieron que desplazarse unos días antes hasta Madrid para hacer la grabación. Lo hicieron en autobús y uno de sus miembros recuerda que partieron a la una de la madrugada y llegaron a su destino... a las ocho de la tarde. Casi veinte horas de viaje por carreteras serpenteantes que amenizaron cantando y metiéndose entre pecho y espalda tres sacos de naranjas. El tiempo empleado fue bastante más largo de lo normal incluso en aquella época, pero quienes peinan canas recuerdan a la perfección lo mucho que costaba avanzar entonces, y más en invierno, por las vías de Galicia. España ha progresado tanto en las últimas décadas que parecen haber transcurrido varios siglos desde aquel diciembre de 1966. Lo malo es que el reloj nos ha enloquecido por completo.

BEATRIZ CASTRO/Periodista