Aval a los jueces del TC pese a varios diputados díscolos

Los cuatro candidatos a magistrados del Tribunal Constitucional pactados por el PSOE y el PP lograron este jueves, tras un bronco debate, el apoyo de los tres quintos del Congreso que exige la Constitución, con varios diputados díscolos en la izquierda por su rechazo al aspirante Enrique Arnaldo.

Fue este jurista propuesto por el PP quien menos votos reunió -232-, seguido de la otra candidata de los populares, la magistrada Concepción Espejel (237), y de los dos nombres planteados por los socialistas, Inmaculada Montalbán y Ramón Sáez, que consiguieron 240 votos. Hubo 8 votos en blanco y uno nulo, según informa Efe.

Teniendo en cuenta que el PP, el PSOE y Unidas Podemos suman 242 escaños, una decena de diputados no siguieron la disciplina marcada por las respectivas direcciones en una votación telemática y secreta que, sin embargo, el PSOE monitorizó.

El socialista Odón Elorza, que había dicho que apoyaría el acuerdo con la “nariz tapada”, finalmente no votó a Arnaldo y, tras hacerlo público en redes sociales, el grupo parlamentario señaló que estudiará la posibilidad de sancionarlo por ello.

En una tensa jornada, varios portavoces criticaron a Unidas Podemos por unir su voto al tradicional reparto de cargos del bipartidismo y formaciones aliadas del Gobierno en el Parlamento, como ERC, el PNV, EH-Bildu o BNG, decidieron no participar en la votación como signo de protesta, opción que también eligieron Vox y Ciudadanos.

De 349 diputados (tras perder el escaño Alberto Rodríguez, de Podemos), solo votaron la renovación de los órganos constitucionales 249.

Además de los magistrados, el Congreso dio su aval a Ángel Gabilondo como defensor del pueblo, con 240 votos, y a seis miembros del Tribunal de Cuentas, cinco con 239 votos y uno con 238.

En nombre del PSOE tomó la palabra su portavoz de Justicia, Francisco Aranda, que no criticó de forma expresa a los candidatos propuestos por el PP, aunque dejó claro que en el pacto se refleja el alma del que pacta, y aseguró que los socialistas no exigen afinidad ideológica, sino conductas ejemplares, valía e imparcialidad.

Aranda instó al PP a renovar también el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), insistió en que cumplir la Constitución es, además de obligado, necesario, y recalcó hay que defender el normal funcionamiento de las instituciones frente a los “lobos de la ultraderecha que están al acecho de la democracia”.

Desde el PP, Vicente Tirado consideró que el pacto con el PSOE es “hacer política con mayúsculas” porque supone precisamente contribuir a su normal funcionamiento, y, ante las críticas, se mostró convencido de que los futuros magistrados del Constitucional desempeñarán su cargo “con lealtad e independencia”, y basándose en criterios estrictamente jurídicos.

Afirmó que el PP tiene “altura de miras” y sentido de Estado, y aseguró al Gobierno y al PSOE que si respetan la separación de poderes y cumplen “lo que dice Europa, que los jueces sean elegidos por los jueces -apuntó-”, podrán llegar también a un acuerdo para renovar el CGPJ.

PP y PSOE fueron el blanco de críticas por reincidir en el “reparto de sillones” y por incluir en el pacto a Arnaldo -cercano al PP y a FAES y cuyo nombre aparece en los sumarios de casos de corrupción como Palma Arena y Lezo-, pero el papel más difícil fue el de Unidas Podemos.

Su diputado Antón Gómez-Reino tomó la palabra para explicar una votación “difícil” que, señaló, busca acabar con una “situación absolutamente intolerable”, el “secuestro antidemocrático” de los órganos constitucionales.

El Tribunal Constitucional también avaló por la tarde, con nueve votos a favor y uno en contra en una reunión de los magistrados del tribunal de garantías, el nombramiento de los cuatro candidatos a nuevos miembros de la institución horas después de que hubieran logrado el apoyo por parte de los tres quintos del Congreso.