El PP da por amortizado a Casado y fía su nueva etapa a la ‘vía Feijóo’

Aunque Pablo Casado siga siendo formalmente el presidente nacional del Partido Popular, no queda ya nadie, ni dentro ni fuera de su formación, que lo vea como una opción de futuro tras el incendio interno provocado por sus ataques y los de su número dos, Teodoro García Egea, contra Isabel Díaz Ayuso. El brillo de su cargo le dará protagonismo unos días, pero es una luz residual, pues la estrella del palentino está apagada y todo apunta a que su salida es cuestión de poco tiempo.

El aún líder del PP, que trataba de aguantar en pie hasta el cónclave previsto para el mes de junio, se quedó a lo largo de este martes prácticamente sin apoyos después de que muchos dirigentes se pronunciasen a favor de que se celebre un Congreso extraordinario que supere la crisis y frene la “sangría de votos”. Desde la mañana, una cascada de diputados, cargos provinciales, autonómicos y alcaldes plantearon la necesidad de un cambio, apuntando directamente al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, como relevo.

Este posicionamiento quedará constatado este miércoles durante la reunión convocada por la tarde en Génova con los presidentes autonómicos y regionales del PP. Al mismo tiempo, el titular de la Xunta dio un paso al frente y, aunque no confirmó su determinación de tomar las riendas de la organización, afirmó que todos deben tomar decisiones, él entre ellos, y que las tomará en función de lo que observe en el partido y de lo que “el partido pida que haga”.

En el marco de un acto celebrado en Pontevedra, Feijóo reclamó “cambios” dentro del Partido Popular y abrir una “nueva etapa” que permita “desbloquear” la actual “situación de colapso” que atraviesa. El de Os Peares mostró así mismo su convicción de que el PP debe “dar voz a la gente” para decidir el “futuro” del partido y poder mandar a la ciudadanía un mensaje de “tranquilidad, seriedad y optimismo”. “Lo que está claro es que así no podemos seguir”, sentenció, calificando de "inédita" la situación que atraviesan los populares y que, a su juicio, es responsabilidad de los dirigentes y no de las bases o debido a un fracaso electoral.

CasCada de apoyos. Mientras tanto, cada vez más voces se suman en público y en privado al proyecto de Feijóo. Algunos de ellos creen que lo mejor sería ir a un congreso extraordinario con una candidatura única encabezada por el 'barón' gallego para evitar más fracturas internas y coser al partido.

El mandatario gallego ya tiene apoyos seguros en Andalucía, Madrid, Castilla y León y Cantabria. El portavoz del Gobierno madrileño que dirige Díaz Ayuso, Enrique Osorio, señaló que el presidente de la Xunta es la “mejor” opción para liderar el PP y criticó que la actual dirección nacional busque ganar tiempo cuando “el juicio de los militantes” está dictado. También expresó públicamente ese apoyo a Feijóo la presidenta del PP de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, que cree que Casado debe dar un “paso al lado”, o el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que ve al gallego como un gran activo.

El presidente del PP de Aragón, Jorge Azcón, muy cercano hasta ahora a Casado, afirmó que Feijóo “es el dirigente territorial en Europa que mejor puede acreditar el éxito” por sus “cuatro mayorías absolutas” al frente de la Xunta. El PP aragonés reclamó también un congreso extraordinario para acabar “con esta etapa” y abrir “una nueva”.

A ese respaldo a Feijóo se sumó, igualmente, la exportavoz del Grupo Popular en el Congreso Cayetana Álvarez de Toledo, quién ve en él la opción parar pilotar la transición en el PP hasta la celebración de un congreso. Eso sí, animó a concurrir a ese cónclave a Isabel Díaz Ayuso, aunque ella misma se autodescartó este lunes mismo asegurando que su “sitio” es Madrid.

Cónclave. Ya por la tarde, fuentes del partido informaron de que Pablo Casado convocó finalmente el próximo martes la reunión de la Junta Directiva Nacional del PP para celebrar el XX congreso nacional del partido, que tendrá carácter extraordinario. La reunión de la Junta Directiva será finalmente el próximo 1 de marzo tras las quejas del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, por coincidir con el Día de Andalucía.

Y para poner la guinda a un día frenético, Teodoro García Egea cdió finalmente a la presión y presentó su dimisión como secretario general. Una marcha que hace días exigían ya los barones más críticos con el modo en el que había gestionado su enfrentamiento con Ayuso y que ayer pedía ya incluso el círculo más próximo a un Casado, que se queda totalmente solo.