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Acto en memoria de los fallecidos por la pandemia

El Rey pide mirar al futuro con “espíritu de superación”, respeto y entendimiento

Es, según el monarca, el mejor homenaje que se puede rendir a las víctimas del covid // Más de 400 asistentes, entre ellos un centenar de afectados y familiares, se dieron cita en el ceremonia de Estado celebrada en Madrid

El Rey Felipe VI ha presidido este jueves una ceremonia de Estado en memoria de las víctimas de la pandemia de Covid-19 subrayando que “el mejor homenaje renovado” que se les puede rendir es “la determinación frente a la adversidad y el espíritu de superación del pueblo español”, que “muestran el camino a seguir para afrontar y vencer las dificultades”.

“Hemos contraído una obligación moral y un deber cívico”, ha dicho el jefe del Estado. “La obligación moral de reconocer, respetar y recordar siempre la dignidad de los fallecidos y especialmente el espíritu de esa generación admirable de españoles; y el deber cívico de preservar e impulsar los mejores valores que fundamentan nuestra convivencia”, ha afirmado.

Y ha añadido que esas obligaciones comprometen a todos los españoles. Por eso, los ha llamado a unir todo su esfuerzo y empeño “para poder mirar hacia el futuro con confianza y con esperanza” y a hacerlo “desde el respeto y el entendimiento”.

El Rey ha finalizado con un mensaje de confianza en que España superará las dificultades. El monarca ha intervenido después de una ofrenda floral de todos los poderes del Estado ante un pebetero encendido en el plaza de la Armería de Madrid.

Don Felipe se ha mostrado convencido de que el día de hoy “quedará grabado” en los corazones, la memoria y las conciencias, porque se ha rendido homenaje a los fallecidos y a la vez se ha ensalzado a “miles de ciudadanos cuyas conductas han sido el mejor ejemplo de los valores cívicos y morales”.

A los familiares de los fallecidos, les ha transmitido su “profundo pesar y consuelo más sincero”, un dolor que es compartido, ha asegurado. Y ha tenido palabras especialmente para los más mayores, que han sido la mayoría de las víctimas y que han fallecido después de vidas de “trabajar duro para salir adelante y con una gran ilusión por alcanzar el progreso para sus hijos”.

“Unas vidas que cambiaron el rumbo de nuestra historia, afirmaron la libertad y la tolerancia y construyeron día a día el edificio de nuestra convivencia democrática. Unas vidas cuya vocación de concordia nos invita siempre a la reflexión serena y al agradecimiento”, ha remarcado.

También ha recordado a quienes “tenían todo un futuro por delante” y han dejado “en sus familias un inmenso vacío en el alma, y una gran pena en toda la sociedad”. El homenaje, ha reconocido, no puede paliar el dolor de las familias, pero sí “hacer justicia a su vida” y a su contribución a la sociedad.

Después, ha expresado “inmensa gratitud” a todos los que “han sostenido el pulso” del país en circunstancias difíciles, manteniendo la salud, la seguridad y los servicios esenciales, a todos los que han puesto su trabajo “al servicio del bien común” en una crisis que ha puesto a España “a prueba”.

“ORGULLOSOS DE LA RESPONSABILIDAD”

”Es momento de sentirnos orgullosos por la responsabilidad de la que ha dado muestra el conjunto del pueblo español en este tiempo tan duro y difícil”, ha afirmado el jefe del Estado. Ha recordado, así, a las “muchas personas en soledad, muchas otras padeciendo la enfermedad en sus casas, y familias enteras, han asumido con una gran entereza, abnegación y disciplina el confinamiento en sus domicilios, sabiendo que su actitud consciente y comprometida era fundamental, y lo sigue siendo, para combatir la pandemia”.

Y aunque ha admitido que esta situación “ha sido difícil, muy difícil”, porque al miedo por la salud se ha sumado la incertidumbre, el temor por los empleos y el mero cansancio, cree que la sociedad española ha dado “en estos meses una lección de inmenso valor; España ha demostrado su mejor espíritu”.

Por eso, cree que cuando en el futuro se recuerden estos días, se verán también como “un ejemplo, una vez más” en la historia de España, “de civismo, de madurez, de resistencia, de compromiso con los demás”.

“LA MEMORIA ES UN DEBER”

Hernando Fernández Calleja, hermano del periodista José María Calleja, fallecido por COVID-19 a finales de abril, ha defendido este jueves la unidad como “el mejor homenaje” que brindar a quienes murieron por esta enfermedad y ha reivindicado la memoria como “un deber”.

“La memoria es un deber; el mejor homenaje que podemos hacer es mantenernos unidos en su recuerdo y construir el país que -las víctimas- hubieran querido compartir”, ha asegurado el hermano del periodista y del escritor y uno de los dos ciudadanos que han intervenido en el homenaje de Estado a las víctimas de la COVID-19 que se celebra en Madrid.

Como Fernández Calleja ha definido, se trata de una “despedida simbólica” de quienes fallecieron a causa de una enfermedad que, según sus palabras, “ha sido y sigue siendo una ejecutora fría, cruel y destructora”.

Ha destacado que el dolor por la pérdida de su hermano es también el dolor de quienes han perdido a sus familiares durante esta pandemia, “compatriotas”, ha dicho, con los que ha compartido “ilusiones y esperanzas”.

El hermano del periodista José María Calleja ha pedido a los ciudadanos “compasión”, pues es “un sentimiento” que ayuda a “comprender el dolor de los demás” y a participar de “sus afanes rotos” y de su “tristeza inmensa”.

En la que ha sido la primera de las dos intervenciones ciudadanas (la siguiente la ha hecho una trabajadora sanitaria), Fernández Calleja ha recordado a otras personalidades que también murieron por coronavirus, como la actriz Lucía Bosé, el escritor chileno afincado en Asturias Luís Sepúlveda o el empresario Alfonso Cortina.

Igualmente ha mencionado otros nombres de ciudadanos de diferentes edades, fallecidos por la COVID-19.

“Pero no estamos aquí para honrar la gloria de nadie, sino para honrar la memoria de quienes se fueron brutalmente en estos meses de pandemia y honrar a los muertos anónimos y silenciosos que perdieron la vida por esta terrible enfermedad”, ha recalcado en el Patio de la Armería, en el Palacio Real.

De su hermano José María, el pequeño de ocho, ha remarcado la estrecha relación que tuvo con él. “Fuimos apoyo incondicional en los momentos más duros y en los momentos más felices”, ha recordado.

“NO OLVIDEMOS NUNCA LA LECCIÓN APRENDIDA”

“No olvidemos nunca la lección aprendida”, ha pedido a los poderes públicos Aroa López Martín, enfermera jefa de Urgencias del hospital Vall d’Hebrón, en el homenaje de Estado a las víctimas de la pandemia, en una emotiva intervención con la que ha evocado el duro trabajo de los sanitarios en esta crisis.

López Martín ha remarcado que quienes estaban detrás de los trajes de protección EPI que utilizaban los profesionales de la sanidad para atender a los enfermos del coronavirus “no eran héroes, eran personas” las cuales han vivido situaciones “que te dañan el alma”.

“Ha sido muy duro, nos hemos sentido impotentes, con una sensación brutal de incertidumbre y la presión de tener que aprender y decidir sobre la marcha”, ha relatado en el acto celebrado en el Patio de la Armería del Palacio Real, ante los reyes, el Gobierno, presidentes autonómicos y las principales autoridades del Estado.

La enfermera, que no solo ha hablado en nombre de los profesionales sanitarios -52.000 de los cuales se contagiaron por el coronavirus- sino también de quienes trabajaron en “primera línea”, como reponedores, transportistas o policías, ha lanzado un mensaje a los representantes públicos.

Les ha pedido “que defiendan la sanidad de todos” y “que recuerden que no hay mejor homenaje a quienes nos dejaron, que velar por nuestra salud y garantizar la dignidad de nuestras profesiones”.

Como colofón, ha añadido: “Y que respondamos a una sencilla pregunta: ¿Quién cuidará de nosotros si la persona que nos cuida no puede hacerlo? No olvidemos nunca la lección aprendida”.

Antes, Aroa López ha afirmado que la experiencia vivida en estos meses “nos marcará para siempre” aunque en su caso ya hubiera vivido experiencias “muy difíciles” como supervisora de urgencias en el hospital barcelonés Vall d’Hebrón.

Ha asegurado que todos, médicos, enfermeras, auxiliares y todas las especialidades ligadas a la sanidad han dado “todo” lo que tenían, trabajando “al límite de nuestras fuerzas”.

Pero también han vuelto a entender, ha explicado, “por qué elegimos esta profesión” dedicada a “cuidar y salvar vidas”, aunque a muchos compañeros también les haya costado la suya.

Gracias a su esfuerzo han actuado como “mensajeros del último adiós para personas que morían solas”, escuchando “la voz de sus hijos” por el teléfono y recurriendo a las videollamadas.

“Nos hemos tenido que tragar las lágrimas cuando alguien nos decía: No me dejes morir solo”, ha recordado la enfermera en uno de los pasajes más emotivos de su alocución.

Los sanitarios, ha proseguido la enfermera, se alejaban de sus familias para evitar contagiarlas, se marchaban del hospital con “todas esas emociones” a cuestas y luego regresaban “desde la soledad y el agotamiento” pero, eso sí, dispuestos a “transmitir fuerzas y ánimos a los enfermos más allá de nuestros miedos”.

Las miradas han sido el recurso utilizado para ello porque “era la única parte del cuerpo que nos quedaba visible” y también entre los propios profesionales, que aprendieron a comunicarse de este modo.

Aroa López ha agradecido los aplausos que los ciudadanos les dedicaban a las ocho de la tarde, y les ha rogado que “no se olviden de aquello” respetando las recomendaciones sanitarias.

También que piensen en los que fallecieron y en los profesionales sanitarios que perdieron la vida. “Por favor, que su esfuerzo nunca sea en vano”, ha concluido.

Tras sus palabras y antes de escuchar el discurso del rey Felipe VI, los participantes en el homenaje han depositado, por parejas, unas rosas blancas ante el pebetero situado en el centro del recinto en recuerdo a las miles de víctimas de la COVID-19.

CEREMONIA

Los Reyes Felipe VI y Letizia, acompañados por sus hijas, han llegado pocos minutos después de las 8.40 al Palacio Real para presidir la ceremonia de Estado, de carácter civil, por las víctimas de la pandemia de Covid-19, un acto solemne en el que también participaron todos los poderes del Estado, un centenar de víctimas y familiares de fallecidos y representantes internacionales.

El inicio del acto, diseñado por el Palacio de la Moncloa, ha seguido el guion previsto con la llegada de las autoridades, del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de todo el Ejecutivo al completo.

El jefe del Ejecutivo ha recibido a los Reyes en el Patrio del Príncipe y a continuación han saludado a las autoridades principales en el Zaguán de Embajadores. Entre ellos se encontraban todos los poderes del Estado, el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y representantes de organizaciones internacionales: el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom; el de la OTAN, Jens Stoltenberg y el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili.

Don Felipe y Doña Letizia también han saludado a los miembros del Gobierno --el Rey se ha detenido unos segundos con el ministro de Sanidad, Salvador Illa--, los presidentes autonómicos y expresidentes del Gobierno, entre los que solo ha faltado Felipe González.

La ceremonia estuvo presidida por la bandera de España, las de las 19 comunidades y ciudades autónomas y las de las instituciones internacionales. Había también una docena de representantes de todas las confesiones, con lo que se pretende que el acto tenga cierto carácter ecuménico.

También han sido invitados todos los líderes políticos y los presidentes de los grupos parlamentarios. Vox ya anunció que no participaría por considerar que el acto consistía en una "ceremonia exculpatoria" del Gobierno, una postura que el Gobierno considera incomprensible y reprobable, dada la imagen de unidad en el dolor y en el homenaje que se quiere transmitir.

Con todo, alrededor de tres quintos de los invitados procedían de la sociedad civil. Para elegir a las víctimas y familiares invitados, el Ejecutivo ha pedido ayuda a las comunidades autónomas y a las delegaciones del Gobierno, de manera que asistieron unas cuatro personas por cada comunidad. Pero además, los organizadores han tratado de atender todas las peticiones que han llegado a Moncloa o al Palacio de la Zarzuela.

Además de los afectados y los familiares de víctimas, estaban invitados representantes de la sociedad civil: junto a organizaciones empresariales y sindicales estuvieron miembros de distintos colectivos que han combatido la pandemia y han prestado servicios esenciales: sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, Fuerzas Armadas, trabajadores del sector agroalimentario, de los servicios de limpieza urbanos, trabajadores de residencias de mayores, cajeros, reponedores, cocineros, científicos o trabajadores de los servicios de empleo. También representantes de empresas que han hecho contribuciones contra la pandemia.

MADRID. AGENCIAS

16 jul 2020 / 09:10
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