Crece la ofensiva contra Ucrania sin avances para frenar la guerra

Ya son 19 jornadas de guerra, que este martes cumplirán la veintena, y la sensación que desprende el conflicto continúa siendo desfavorable. A pesar de los intentos por hablar, las negociaciones que comparten Ucrania y Rusia siguen sin arrojar avances lo suficientemente certeros para alcanzar un alto el fuego más que preciso. Mientras la palabra intenta abrirse paso entre el caos, la violencia crece en el país ucraniano, cada día un poco menos fuerte, libre e independiente por los ataques rusos, que no cesan ni dejan indiferente a nadie. Tampoco a los civiles que solamente buscan huir de su terror.

Así, la cuarta ronda de conversaciones entre ambos países volvió a concluir con un sabor amargo y el único consuelo de que se retomarán hoy tras un “receso técnico” que fue avanzado por el asesor de la Presidencia de Ucrania Mijailo Podoliak. Según dijo, dicha interrupción tiene el propósito de facilitar “trabajo adicional” de subgrupos de trabajo y la especificación de ciertas definiciones. “Las negociaciones continúan”, señaló además, sin dar más detalles.

Por su parte, el asistente de la Presidencia rusa Vladimir Medinsky indicó que las negociaciones tienen lugar “diariamente, los siete días de la semana”. En este sentido, defendió hacerlas a través de videollamadas, un formato que “ahorra mucha energía y dinero”. “Nos esforzamos por hacer todo lo posible para cumplir con las tareas establecidas por (el presidente ruso) Vladimir Putin para el futuro pacífico de Rusia”, señaló asimismo, según ha recogido la agencia de noticias rusa Interfax.

Si bien Podoliak apuntó antes de la reunión que durante la misma se abordaría la “retirada inmediata” de tropas rusas del país y “garantías de seguridad”, con posterioridad al encuentro ninguno de los dos equipos negociadores quiso concretar peticiones en público. Por ahora se sabe que Rusia exige a Ucrania el reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, así como olvidarse de sus aspiraciones en Crimea y prometer que nunca se incorporará a la OTAN. Requisitos inaceptables para el país agredido.

LA violencia SE PRONUNCIA. Al asedio ruso se sumaron este lunes nuevos ataques que se cobraron la vida de civiles y combatientes. Por lo menos nueve personas fallecieron en un bombardeo del Kremlin contra una torre de televisión en la región de Rivne (al norte ucraniano), donde resultaron heridas otras tantas personas. Por otro lado, dos personas murieron por un proyectil de Moscú que explotó contra un edificio de apartamentos en Obolonsk (Kiev). De igual forma, un total de 23 personas han perdido la vida a causa del impacto de un cohete ‘Tochka’ con bombas de racimo sobre Donetsk, capital de una de las regiones separatistas (en el este).

A las víctimas mortales se añaden las que huyen del dolor. Hasta la fecha, los refugiados que han escapado de Ucrania desde el estallido de la guerra superan los 2,8 millones. De todos ellos, seis de cada 10 (en su conjunto 1,7 millones) llegaron a la vecina Polonia, según las cifras que actualiza diariamente la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).

En base a informaciones ucranianas, más de 12.000 soldados rusos habrían muerto desde el comienzo de la invasión. Además, habrían perdido 389 carros de combate, 1.249 vehículos blindados de infantería, 77 aviones de combate y 90 helicópteros en lo que va de “guerra abierta”.

Por su parte, fuentes rusas informaron ayer de la destrucción de un depósito ucraniano de municiones para sistemas de lanzamientos de cohetes ubicado cerca de la capital de Ucrania. Según agregaron, desde que empezó su “operación especial” han destruido 145 vehículos aéreos no tripulados, cerca de 1.300 carros de combate y otros blindados, 124 lanzacohetes, 470 piezas de artillería y más de mil vehículos militares.