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semana santa. Muchas parroquias y sacerdotes ucranianos se distancian de la institución, indignados ante el papel de su patriarca, Cirilio I, que bendijo la invasión TEXTO Marcel Gascón

La Iglesia Ortodoxa Rusa se tambalea por su apoyo a la barbarie del Kremlin

Con su particular bendición a la invasión rusa de Ucrania y una justificación en términos teológicos, el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR), Cirilo I, bautizó una posición que está debilitando a su Iglesia tanto entre los millones de ucranios que estaban vinculados como en el resto del mundo ortodoxo.

“La consecuencia más significativa es que numerosas parroquias y sacerdotes en Ucrania se han distanciado de la IOR”, manifiesta a Efe por teléfono Thomas Bremer, profesor de Estudios Ecuménicos y de las Iglesias Orientales de la Universidad alemana de Münster.

Pese a que una abrumadora mayoría de ucranianos ven a Rusia con creciente hostilidad, muchos continúan siendo parte de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, institución semi-autónoma que depende en última instancia del Patriarcado de Moscú.

Los horrores de la invasión rusa han llevado a la jerarquía de esa iglesia autónoma y muchos de sus fieles a protestar abiertamente contra la postura de Cirilo. “Normalmente, en la liturgia se pide una oración por el Patriarca, lo que ha dejado de hacerse en señal de protesta”, explica.

En este sentido, el metropolita de Kiev Onufri, que lidera la Iglesia Ortodoxa Ucraniana en comunión con Moscú, ha condenado abiertamente la guerra, posicionándose así en contradicción con su superior Cirilo y muchos sacerdotes han pedido públicamente romper con la IOR.

El posible nuevo “templo” de UCRANIA. La indignación ante el papel de Cirilo podría contribuir a la consolidación de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania (IOU), totalmente independiente de Moscú y que fue reconocida en 2018 como iglesia autocéfala nacional por el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.

La decisión provocó entonces un cisma que todavía dura entre Constantinopla y Moscú, que ve en el reconocimiento de la iglesia que aspira a suplantar a la IOR en Ucrania una iniciativa política que viola los cánones eclesiásticos.

Según datos oficiales, la IOU tenía antes de la guerra unas 7.000 parroquias, mientras que la iglesia ucraniana tradicional que está en comunión con Moscú contaba con alrededor de 13.000 instalaciones.

“La Patriarquía de Moscú tiene el número más grande de parroquias; podemos esperar que, por solidaridad nacional, estas parroquias se pasen a la jurisdicción del primado de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana Autocéfala”, dice el exministro de Exteriores rumano Teodor Baconschi.

El excanciller rumano es doctor en Antropología religiosa e historia comparada de las religiones por la Sorbona y un reconocido especialista en el mundo ortodoxo.

De la misma opinión es el sociólogo y teólogo rumano Ionut Mavrichi. “El Patriarca Cirilo era el padre que debía cuidar de los niños ucranianos; que haya justificado teológicamente esta guerra fratricida y criminal abre la puerta a que la nueva iglesia ucraniana se legitime a ojos de quienes se mostraban reticentes”, comenta a Efe Mavrichi.

EL PESO DE LA TRADICIÓN. Para que este cambio de guardia sea posible, advierte el Thomas Bremer, la IOU deberá conjurar los recelos que despierta entre muchos creyentes. “Onufri es percibido como un excelente pastor y una figura alejada de la política que cuenta con el respeto de muchos sacerdotes”, añade.

Según el profesor, la IOU y su actual líder, Epifanio, no tiene la confianza de una parte importante de feligreses debido a los orígenes políticos de esta iglesia impulsada por el expresidente ucraniano Petro Poroshenko, que la utilizó como baza electoral en los comicios de 2019.

Poroshenko fue derrotado entonces por el actual presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.

Además, continúa Bremer, la IOU ha centrado su discurso en negar el carácter ucraniano de la iglesia ortodoxa ucraniana en comunión con Moscú, lo que ha molestado a muchos ortodoxos ucranianos.

AISLAMIENTO TAMBIÉN RELIGIOSO. El total alineamiento de Cirilo con el presidente ruso Vladímir Putin también ha provocado el enfado y el malestar en el seno del resto de iglesias ortodoxas nacionales, aunque no todas han condenado abiertamente la ofensiva militar del Kremlin en Ucrania.

“Muchas Iglesias se han distanciado de Cirilo, le han pedido que deje de hacer de ‘abogado del diablo’ y se han declarado horrorizadas no solo por la guerra en sí, sino también por ser en plena cuaresma y contra una nación de mayoría ortodoxa”, indica asimismo Baconschi, el exministro de Exteriores rumano.

Igual que la invasión de Ucrania ha aislado al Kremlin política y económicamente, “podemos anticipar que también la IOR correrá la misma suerte y se verá, de facto, aislada, al menos por un tiempo, del resto del mundo ortodoxo”.

11 abr 2022 / 01:00
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