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Las encuestas dan como vencedor a Biden, pero podría repetirse la historia de 2016

El partido demócrata acumularía el 53% de los votos y el republicano el 42% // Hace cuatro años falló la previsión que ponía a Hillary Clinton como favorita // El nuevo mandato no comenzaría hasta enero

Así lo confirma el sondeo realizado por NBC/Wall Street Journal en las últimas semanas, dándole 11 puntos más al predecesor de Hillary Clinton: el partido demócrata acumularía el 53% y los republicanos únicamente el 42%. En esta línea también se desenvuelven las estimaciones que proporcionaron The Economist/YouGov (10) y ABC/Washington Post (12).

Sin embargo, todavía no existe nada certero. Y mucho menos si hablamos de unos comicios norteamericanos. Solo hace falta recordar lo ocurrido hace cuatro años, cuando la previsión falló estrepitosamente a favor de Trump, quien entonces consiguió 306 votos para alzarse con la victoria. Muy lejos quedó la hermana de Bill, acumulando 232, pese a lograr tres millones de sufragios más que su oponente.

Ello se debe, principalmente, al carácter indirecto de estas elecciones nacionales, donde sus estados se dividen los 538 votos del Colegio Electoral, que varían según su población, pero siempre haciendo necesario obtener 270 para alzarse con la presidencia del país. Con este panorama por delante “una victoria arrolladora de Biden es tan posible como una victoria de Trump”, escribía Nate Cohn, corresponsal de encuestas en el New York Times.

Incertidumbre incluso agustiosa, sin duda, la que vivirán los estadounidenses. Y no sólo los del continente americano, también los ciudadanos que actualmente se encuentran fuera del país. Precisamente 2.596 están en Galicia. Mayoritariamente población extranjera (1.368); mujeres (54,77%) y con edades que oscilan entre los 16 y 44 años (1.414).

Aquí, desde el otro lado del charco, resulta quizá difícil comprender el funcionamiento del sistema de votación estadounidense, por no parecerse ni remotamente al nuestro. De este modo, responderemos en las siguientes líneas a las preguntas más frecuentes de todo español al pensar en las elecciones estadounidenses.

¿POR QUÉ EL 3 DE NOVIEMBRE? Las elecciones presidenciales en EE.UU. se celebran cada cuatro años y siempre el primer martes después del primer lunes de noviembre, como se estableció en 1845. El mes se debe a la necesidad de evitar el invierno, y el día pretende no coincidir con Todos los Santos.

¿QUIÉN PUEDE VOTAR? Varía en función de cada estado, aunque, como norma general, pueden votar los ciudadanos con nacionalidad de Estados Unidos, mayores de 18 años y registrados oficialmente. Esos estadounidenses en Galicia ya han depositado su voto con anterioridad.

¿QUÉ ESTÁ EN JUEGO? Además del inquilino de la Casa Blanca, los estadounidenses también renuevan la Cámara de los Representantes en su totalidad (435 escaños) y un tercio del Senado (34 escaños). Los demócratas aspiran a revalidar el control que actualmente tienen de la Cámara Baja y arrebatar a los republicanos también la Cámara Alta. Cada estado dispone de diferentes votos electorales, los que más aportan son California (55), Texas (38), Florida y Nueva York (29); y los que menos Alaska, Delaware, Distrito de Columbia, Montana, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Vermont y Wyoming (3).

¿QUIÉNES SON LOS CANDIDATOS? En primer lugar, hay que tener presente que, para alcanzar la Casa Blanca, es necesario haber nacido en Estados Unidos y haber residido en el país al menos 14 años, así como tener una edad mínima de 35. Hasta 1951, no había límite de mandatos, pero la aprobación de la 22 Enmienda de la Constitución los reduce actualmente a dos.

Trump buscará este año la reelección frente al candidato demócrata Joe Biden, quien fuera vicepresidente con Barack Obama. En general, todos los presidentes que han buscado la reelección desde principios del siglo XXI la han obtenido, pero hubo cuatro a los que los votantes se la denegaron: Herbert Hoover, Gerald Ford, Jimmy Cartes y George H.W. Bush.

¿QUÉ ES EL COLEGIO ELECTORAL? Los ciudadanos no eligen directamente a su presidente, sino a los 538 compromisarios del Colegio Electoral. Estos representantes se reparten entre los distintos estados en función de su población y van a parar íntegramente al candidato vencedor en cada territorio, salvo en los casos de Nebraska y Maine, en que funciona un sistema proporcional.

Para ser elegido presidente no es necesario ganar en voto popular, sino lograr el respaldo de, al menos, 270 compromisarios del Colegio. Esto solo ha ocurrido en cinco ocasiones en la historia del país, la última de ellas fue, precisamente, la victoria de Trump en 2016.

Posteriormente, el Colegio Electoral votará el próximo día 14 de diciembre y el resultado lo anunciará el presidente del Senado, Mike Pence, ante las dos cámaras del Congreso el 6 de enero.

¿CUÁNDO EMPIEZA EL MANDATO? Tanto si gana Trump como si lo hace Biden, su mandato no comenzará hasta el 20 de enero, día en que tendrá lugar la ceremonia de toma de posesión en las escaleras del Capitolio y ante el presidente del Tribunal Supremo.

¿CUÁL ES EL PAPEL DE LOS PARTIDOS? La política estadounidense está dominada por dos grandes partidos, Republicano y Demócrata, desde hace casi un siglo. A los demócratas se les suele identificar con políticas más progresistas y a los republicanos con las más conservadoras.

Ataques centrados en la pandemia y en negocios en el extranjero en un debate sin claro ganador

Nueva York. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el principal aspirante a ocupar su asiento en el Despacho Oval, Joe Biden, se enfrentaron el pasado jueves 22 de octubre en el que fue su último debate televisivo. En él, al contrario de lo que ocurrió en el primer ‘cara a cara’, este debate permitió dejar a un lado el caos de la campaña para contraponer mensajes sin un claro vencedor final.

El de Nashville (Tennessee) estaba llamado a ser el tercer debate entre los dos candidatos, pero la anulación del segundo tras el contagio de Trump con coronavirus (ya recuperado) y la negativa del presidente a celebrarlo de forma telemática derivó en que ambos se hayan jugado la recta final de su campaña a una última carta, con la moderadora Kristen Welker por testigo.

El papel de Welker repartiendo tiempos y la amenaza de silenciar los micrófonos durante dos minutos al inicio de cada segmento telemático finalmente derivó en un inesperado intercambio dialéctico sin grandes aspavientos, lejos de las escenas a las que acostumbra Trump, más amigo de la retórica beligerante que de la conversación sosegada.

Al contrario que en el primer debate, el formato sí dio pie a una confrontación de ideas, con un Trump más a la defensiva, centrado en exponer más los logros de sus cuatro años en la Casa Blanca que en hablar de lo que puede hacer si obtiene un nuevo mandato, y un Biden que sí se esforzó en vender el presidente que puede ser para Estados Unidos.

ATAQUES A UNA Y OTRA PARTE. La raza, la inmigración o la pandemia de coronavirus se colaron en una conversación en la que Biden hizo a Trump “responsable” de los más de 200.000 fallecidos por la pandemia de covid-19 y en la que el presidente no logró dar en la diana cuando, como venía anticipando durante días, atacó al aspirante demócrata por los negocios en el extranjero de su hijo Hunter.

Biden devolvió críticas aludiendo a la supuesta cuenta bancaria de Trump en China y cuestionando las razones que llevan al presidente a no haber publicado ninguna de sus declaraciones de impuestos. “¿Qué está escondiendo?”, preguntó quien fue el ‘número dos’ durante el Gobierno de Barack Obama.

ETAPA DE BIDEN COMO VICEPRESIDENTE. Trump le recriminó precisamente a Biden su etapa como vicepresidente, preguntando por ejemplo por qué no promovió entonces la reforma judicial que ahora defiende (“tuviste ocho años para hacerla”).

El exvicepresidente intentó quitarse parte del peso que arrastra de políticas pasadas reconociendo que fueron un “error” tanto la represión de la inmigración durante la Administración Obama como la ley de 1994 para combatir la delincuencia, frente a un Trump que intentó resaltar su condición de figura externa al ‘establishment’ en contraposición a la larga carrera política de su rival.

‘TWITTER’ SE PRONUNCIA. La red social Twitter solicita desde el pasado miércoles que los tuits que se compartan sobre Estados Unidos incluyan un comentario hasta, al menos, el 3 de noviembre, día de las elecciones, como medida que obligue a reflexionar sobre lo que se está compartiendo y promocionando y para contener la extensión de la desinformación.

El votante indeciso será decisivo y se convirtió en el principal objetivo de los dos candidatos

Nueva York. El debate del jueves parecía más destinado al votante indeciso que al ya convencido, con dos candidatos intentando pulir sus debilidades y sin un claro vencedor. Un sondeo de CNN refleja que el 53% de los encuestados creen que ganó Biden, frente al 39% que apunta a Trump, datos en ambos casos en línea con lo que ya venían reflejando otros estudios sobre popularidad.

Para estas elecciones, además, se da la circunstancia de que al menos 42 millones de personas ya han depositado su voto, bien mediante envío postal o de forma anticipada en los estados que ya han abierto las urnas, fruto de una movilización previa sin precedentes.

El presidente de The Hispanic Council, Daniel Ureña, destacó que en el debate del jueves, “más civilizado”, sí hubo “una confrontación de ideas” en temas relevantes. “Este cara a cara puede que ayude a orientar el sentido del voto a algún votante indeciso. No obstante, la pregunta sería: ¿queda a estas alturas algún votante indeciso?”, ha planteado.

‘SWING STATES’. El partido previsiblemente volverá a jugarse en los conocidos como ‘swing states’, estados donde no está tan clara la victoria a favor de uno y otro partido y que pueden oscilar cada cuatro años. Uno de ellos es Pensilvania, al que Trump pareció apelar afeando las reticencias al ‘fracking’ de Biden, crítico con este sistema de extracción de hidrocarburos y partidario de una “transición” energética.

Los demócratas, sin embargo, no pretendían que Biden cambiase ningún patrón en este último debate, sino que el plan del exvicepresidente consistía más en no cometer grandes errores, según fuentes consultadas por NBC News. Biden, al que sus críticos (e incluso Trump) han recriminado su mal papel en los debates previos, ha logrado salir indemne de los dos enfrentamientos públicos.

intromisión de irán y rusia

DESDE EL FBI El director de la Inteligencia Nacional de EE.UU., John Ratcliffe, alertó el pasado miércoles que Irán y Rusia habían obtenido información de votantes estadounidenses y que están tratando de interferir en los comicios del próximo 3 de noviembre.

PUTIN El presidente ruso, Vladímir Putin, negó el jueves que su país interfiriera en los asuntos de Estados Unidos. “Usted ha dicho que Rusia trabaja activamente, interfiere activamente. Y yo digo que nosotros no interferimos en ninguna parte”, dijo el mandatario durante una intervención en el club internacional de debate Valdái.

JATIBZADEH El mismo jueves Irán también rechazaba tales acusaciones diciendo ser “infundadas”. “La República Islámica de Irán rechaza las repetidas alegaciones inventadas y engañosas de los funcionarios del régimen estadounidense y reitera que, para Teherán, no importa cuál de los dos candidatos actuales a la Casa Blanca gane las elecciones”, dijo Said Jatibzadeh, portavoz de Exteriores del país oriental.

RESPUESTA El candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, manifestó ese día que si ganase las elecciones Irán, Rusia y China “pagarán el precio” de haber interferido en estos comicios.

El voto anticipado en Estados Unidos supera los anteriores registros: más de 48 millones
Casi la mitad de los estados del país han sobrepasado a los sufragios registrados los pasados comicios generales

Florida. El futuro de Estados Unidos pende de un hilo y la balanza, que se inclinará hacia el partido demócrata o el republicano el próximo tres de noviembre, estará condicionada por la decisión de una población que durante estás elecciones ya ha superado en número a aquella que participó en 2016: el voto anticipado en el país superó el pasado jueves los 48 millones registrados.

Casi 50.000.000 de estadounidenses han ejercido su derecho universal de forma precoz, habiendo trasladado ya su papeleta a las distintas oficinas electorales que están repartidas por todo el territorio yankee.

Todo ello, cuando aun faltan ocho días para que los comicios tengan lugar. Sus predecesores, hace cuatro años, únicamente consiguieron alcanzar los 47,2 millones de votos en comparación a los más de 48,6 que se ha registrado hasta el momento.

Concretamente se conteó la participación de 48.674.556 ciudadanos de USA el pasado jueves, según los datos recopilados por U.S. Elections Project, de los cuales 14.452.729 lo habían hecho presencialmente y 34.221.827 a distncia, utilizando la modalidad de boleta por correo.

Además, según otro recuento del The Washington Post, 23 de los 50 estados del país han superado ya los votos anticipados de 2016.

Estas cifras apuntan a un gran incremento, ya sea debido a la pandemia del coronavirus o al entusiasmo que ha desatado la actual elección entre el presidente, Donald Trump, y el demócrata Joe Biden.

En este sentido, durante los comicios de 2016 hubo una participación total del 55,7 por ciento, es decir, algo más de 136,6 millones de votos.

Los más de 48 millones de votos registrados este jueves indican que ya se ha cubierto un 35 % de la participación general de 2016 y, en consecuencia, auguran de nuevo, un incremento significativo este 2020.

Entre las regiones con una mayor afluencia destacan Texas con 5,9 millones, California (5,1) y Florida (4,2). Precisamente en el caso de la primera, esta ha sido especialmente notoria puesto que esa cantidad de sufragios representa el 65,8% del total habidos en las del 2016.

Otros estados que se auguran disputados este 2020 como Carolina del Norte o Georgia registran un 51,1 % y un 54,2 %, respectivamente, de su participación global anterior.

Tradicionalmente la concurrencia en las elecciones estadounidenses es baja, sin llegar a superar la cota del 60 % desde que Nixon se hizo con la Casa Blanca en 1968.

COVID-19 ENTRE COMICIOS

MUERTES El candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, manifiesta que “todo el peso de la responsabilidad” de las casi 223.000 muertes que ha provocado la pandemia del coronavirus en Estados Unidos debe recaer sobre el presidente, Donald Trump. El demócrata aboga por continuar con bares y restaurantes cerrados “hasta que la situación mejore” y defiende la necesidad de invertir en las escuelas de todo el país.

¿VACUNA? Por su parte, Trump anuncia que la incidencia de la pandemia ha decaído en algunos estados del país y pide paciencia porque la llegada de la vacuna es “cuestión de semanas”, aunque matiza que estos plazos “no son una garantía”, pero confía en que “para final de año” esté lista. El actual presidente volvió a ponerse como ejemplo con relación a la recuperación de quienes contraen el virus, diciendo ser”inmune” como “cada vez más gente”.

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