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Mantiene una jueza de Cambados el secreto de la operación Lince: busca otros mil kilos de coca y a dos fugitivos

La Audiencia de Pontevedra rechaza dejar en libertad a los detenidos y valida la investigación que permitió incautar cerca de cuatro toneladas de droga // Durante el estado de alarma llegó en planeadoras por la ría de Arousa

La investigación abierta en el transcurso de lo que se denominó operación Lince, en la que se consiguió incautar 3.700 kilos de cocaína en la ría de Arousa el pasado 28 de marzo, sigue su rumbo con un doble objetivo: tratar de localizar una cantidad de droga que podría llegar a los mil kilos que se cree que está escondida en algún lugar y detener a, al menos, dos sospechosos más de haber participado en el operativo.

Las pesquisas de los investigadores del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (Edoa) de la Guardia Civil y de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional, ambos destacados en Pontevedra, recibieron un respaldo importante a través de sendas decisiones judiciales.

Por un lado la Sección 4º de la Audiencia Provincial, presidida por la magistrada Nélida Cid Guede, está validando todas las actuaciones llevadas a cabo y rechazando los recursos de apelación pidiendo la puesta en libertad de los detenidos. Por otro, la titular del juzgado de Instrucción número 2 de Cambados mantiene el secreto del sumario lo que permite continuar las investigaciones abiertas desde 2018 para completar un puzzle en el que faltarían varias piezas claves.

Una de ellas sería el papel de Antolín Fernández Pajuelo, un personaje de A Guarda siempre vinculado al mundo del narcotráfico. En el auto por el que se rechazaba su petición de puesta de libertad se le sitúa a bordo de una planeadora en la que se alijó una parte de la cocaína que traía un barco que no fue localizado y que descargó a unas 80 millas náuticas (unos 150 kilómetros) de la bocana de la ría de Arousa.

Otra de las piezas sería tratar de averiguar si entre 700 y mil kilos de cocaína están escondidos en algún lugar de un triángulo formado por la costa de Ribeira, la desembocadura del Umia/O Grove y la costa de A Guarda o, incluso, si puede estar en el norte de Portugal, donde Pajuelo cuenta con muchos contactos.

Finalmente se mantiene la búsqueda de dos o tres personas que iban a bordo de otra lancha semirrígida y lograron escapar del control de las fuerzas antidroga.

NOCHE AGITADA. En el relato de hechos de la investigación se señala que las fuerzas de seguridad tenían controladas, mediante dispositivos de localización por sistema global de navegación por satélite, a dos embarcaciones tipo EAV. Los agentes llevaban unos días, en pleno confinamiento, siguiendo y controlando sus movimientos erráticos y a las 02.50 horas del 28 de marzo los medios de Vigilancia Aduanera las localizaron dirigiéndose hacia la ría.

A las 03.42 entran por la boca norte y se separan: una hacia las bateas de Castro, frente al Barbanza, y la otra por el islote del Pombeiro, dirección sur. Ésta segunda, a las 04.00 horas, se localizó varada en la playa de Barreiriño en O Grove. Los agentes del SVA que aterrizaban a bordo del helicóptero Argos III vieron a tres tripulantes escapando a pie por el camino de acceso a la playa. En la lancha había 72 bultos con cocaína.

Eran las 04.40 cuando se localizó a la segunda planeadora en los bajos de Airós, frente a la costa ribeirense de Castiñeiras, arrojando al agua los bultos que llevaba y escapándose hacia el otro lado de la ría. Apareció varada, sobre las 06.15 horas, en las inmediaciones del puente del río Umia y sus tripulantes huyeron.

Con los 144 fardos de cocaína que arrojaron un peso total de 3.700 kilos en poder de los agentes se procedió a una batida por tierra, en ambos lados de la ría para tratar de localizar a los implicados. A las 07.35 horas da resultado la búsqueda ya que encuentran escondidos en las inmediaciones de la iglesia de san Vicente a dos individuos con las ropas empapadas. Eran César Rial Rial, de A Illa de Arousa, y el peruano José Oswaldo Tapia Alcalde, dos de los tres tripulantes que iban en la planeadora embarrancada en O Grove.

También se localizó en Tragove, Cambados, a otros dos individuos, J.O.P., de Vilanova, y R.G.C. de Vilagarcía, éste último con antecendentes por tráfico de drogas. Estaban en una furgoneta esperando para cargar la droga, pero como no llegó únicamente se les pudo imputar un delito por saltarse el confinamiento a esas horas de la madrugada, y fueron puestos en libertad.

Al resto de los participantes en el operativo no se les pudo localizar, aunque el día 30 los agentes acudieron con una orden de registro a la vivienda de Jesús Mouta Vázquez que pasó a engrosar la lista de detenidos, sospechoso de ser tripulante de una planeadora y con elementos probatorios suficientes de que era el dueño de la misma: los agentes llevaban varios meses tras sus paso al haber identificado la lancha en un terreno de su propiedad en Tragove. El seguimiento por el sistema de localización de esa embarcación había permitido incautar los 3.700 kilos de cocaína.

EN BUSCA Y CAPTURA. Precisamente uno de los motivos que llevo a la jueza de Cambados a decretar la prórroga del secreto sumarial se debe a que hay dos objetivos que se encuentran huídos de la justicia. La mañana del 29 de marzo los agentes realizaron dos registros en una casa de Corbillón y un piso de Vilagarcía en busca de los dos sospechosos. Las iniciales F.P. corresponden a uno de ellos, pariente de Sito Miñanco, que también logró huir cuando le implicaron durante la operación Mito. Éste individuo está en busca y captura al igual que un vecino de Corbillón. Ni sus familias saben nada de ellos.

Sospechan que a la banda de Pajuelo le dio tiempo de ocultar su parte del botín
Descargaron en el puerto de A Guarda bolsas idénticas a las que se localizaron en las planeadoras intervenidas

¿Qué papel jugó en la operación Lince Antolín Fernández Pajuelo y los miembros de su banda? Durante el operativo policial desarrollado en la madrugada del día 28 de marzo, los agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (Edoa) de la Guardia Civil y de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional, y los de Vigilancia Aduanera que les prestaron apoyo aéreo y marítimo, únicamente controlaron a dos planeadoras que había salido más allá de la posición 42º31’N y 9º15’O, unos 150 kilómetros en línea recta, en busca del mercante que traía la cocaína desde Sudamérica. Las dos lanchas estaban localizadas por sendos sistemas globales de navegación por satélite.

Los agentes pensaron que se había completado la operación esa misma madrugada cuando recibieron una llamada de una patrulla de seguridad ciudadana de la Guardia Civil de A Guarda que realizaba labores de control ciudadano durante el confinamiento. Un comunicante anónimo alertó de la llegada al puerto de esa localidad de Pontevedra de una zodiac de unos cuatro metros con dos personas a bordo y que descargaban tres bultos grandes. Posteriormente, llegaron dos personas distintas que se llevaron paquetes similares y todos se dirigieron hacia el mismo lugar. Eran las seis de la mañana cuando ocurrió eso.

El comunicante conocía a algunos de los individuos que resultaron ser Antolín Fernández Pajuelo y su hermano Alberto, y Miguel Ángel Troncoso Rodríguez y Daniel del Río Señoráns, todos ellos detenidos en esta operación.

Las bolsas que portaban de entre 70 y 120 kilos de capacidad fueron localizadas vacías en una nave vinculada a la familia Pajuelo y los perros detectaron que habían contenido sustancias estupefacientes. Se registraron varias propiedades de personas relacionadas con el clan pero no se halló la droga.

La pregunta de cómo llegaron a poder de los Pajuelo se responde en el auto que ratifica la prisión provisional: se le sitúa en el operativo participando en la descarga del alijo localizado, por lo que es de suponer que hubo una tercera embarcación implicada. El hecho de que aparecieran los petates pero no la cocaína hace sospechar a los agentes que de alguna forma tuvieron tiempo de esconder la cocaína.

Ni la Edoa ni los Udyco tenían constancia previa de la participación de Antolín en esta operación que se abrió en 2018 con el grupo de lancheros de Jesús Mouta y F.P. como objetivos principales. A. P. F.

Operaciones muy distintas

··· En menos de un mes los servicios antidroga gallegos realizaron dos operaciones, Lince y Donkey, que permitieron incautar más de ocho toneladas de droga pero que tuvieron un recorrido judicial bien distinto. Los detenidos de la primera siguen en prisión y las investigaciones están encaminadas; la mayoría de los de la Donkey fueron puestos en libertad por la Audiencia Provincial por falta de motivación en el auto de acusación. Ambas difieren también en el trato mediático: ninguna autoridad sacó pecho con los 3.700 kilos de la Lince.

161

bultos. Se distribuyeron a partes iguales, setenta y dos, en cada una de las dos planeadoras intervenidas y diecisiete que aparecieron en la costa de Ribeira. Arrojaron un peso total de 3.700 kilos de cocaína.

130

millones. Sería el valor en el mercado negro de los 3.700 kilos de cocaína incautados. Los paquetes llevaban impresas señales como Channel, arrobas @, almohadillas #, una silueta de un tigre y otra de un gato.

11 jul 2020 / 00:22
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