Galicia tira 40,3 millones de mascarillas a la basura al mes

Las consecuencias de la eliminación incorrecta de máscaras protectoras se configuran en la sociedad como un nuevo problema ambiental, derivado de las medidas sanitarias obligatorias de lucha contra la pandemia del coronavirus.

El enorme volumen de dispositivos de protección contra la covid-19 que se desechan incumpliendo las normas para este tipo de residuo está dando lugar a un incipiente impacto contaminante en el medio natural de repercusiones todavía poco estudiadas e imprevisibles.

En un artículo de divulgación científica publicado en Ciencia marina por Antonio Figueras Huerta, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas del Instituto de Investigaciones Mariñas de Vigo, se plantea sobre este particular que si la mitad de la población de España usara una mascarilla quirúrgica nueva todos los días, se utilizarían alrededor de 705 millones de mascarillas al mes. Si solo el 1% de ellas no se desecha adecuadamente en un año, se generarían aproximadamente 84,6 millones de mascarillas contaminadas, muchas de las cuales terminarán en los ríos y en el mar, así como en espacios verdes de nuestro entorno.

el efecto de 1%. Extrapolando ese cálculo a la comunidad gallega, en el supuesto de que la mitad de la población, unos 1,3 millones de habitantes, se deshagan de su mascarilla quirúrgica de uso diario, el volumen de desecho de este elemento sanitario asciende a 40,3 millones de unidades al mes.

Calculando que tan solo el 1% se eliminen de manera incorrecta y no acaben en el cubo de la basura metidas en una bolsa plástica, el número de unidades protectoras que terminarán en el medio es de 403.000 mensualmente. Al año sumarían algo más de 4,8 millones.

Dado que su uso generalizado es un fenómeno reciente, no existen todavía estudios sobre el impacto de sus desechos en el medio marino y sus habitantes. Lo que sí es una evidencia es que la complejidad de la composición de las mascarillas protectoras dificulta su reciclaje.

Sin embargo, se han descrito los riesgos que representan otros plásticos para los animales del océano. Pueden, por ejemplo, enredarse con ellos o confundirlos con la comida. Además, la degradación de los fragmentos de plástico en el mar libera gradualmente contaminantes invisibles. Si permanecen intactos, se romperán en pequeños trozos o microplásticos, que al final acaban en los estómagos de peces y mariscos y de ahí pasan a los humanos, tal como han evidenciado ya diferentes estudios científicos.

Es una realidad también que las unidades quirúrgicas protectoras de uso obligatorio para la población en Galicia desde julio pasado están hechas fundamentalmente de plástico. Las cinco capas que las configuran responden a esta composición: dos capas de tela que componen el exterior de la máscara. Es de tipo spunbond de 40 g / m², con polipropileno 100% hidrofóbico.

Dos capas de tejidos spunlace de 40 g / m² con 80% poliéster y 20% viscosa que forman la parte media de la máscara.

Una capa de tejido spunbond de 20 g / m², polipropileno 100% hidrofóbico, que constituye la parte interior de la máscara.

COMO TIRARLAS. En España, las directrices para gestionar estos desperdicios contaminante son claras y vienen redactadas en la Orden SND/271/2020, de 19 de marzo, sobre gestión de residuos. Las que mejor pueden ayudar al ciudadano se resumen de este modo:

Nunca tires estos residuos por el inodoro, ni los abandones en el entorno.

Los guantes y mascarillas no se reciclan, excepto si son biodegradables. Deben introducirse en al menos dos bolsas de basura que irán al contenedor gris para evitar que se contagien los trabajadores de las plantas de tratamiento de residuos. El coronavirus puede sobrevivir en ella incluso cuatro días. Acabará incinerándose o en vertederos.

Nunca irán a las papeleras y tampoco al contenedor equivocado (plástico, vidrio o papel).

En caso de que haya infectados en casa o en cuarentena por covid-19, deberán depositarse en una bolsa de plástico (bolsa 1) los pañuelos, guantes, mascarillas, etc. que use. Es recomendable que el enfermo tenga esta bolsa en su habitación en un cubo con pedal. Esta bolsa se cerrará herméticamente y se introducirá en una segunda bola de plástico (bolsa 2) que quedará junto a la puerta de salida de la habitación. En ella la persona cuidadora depositará sus propios guantes y mascarillas antes de cerrarla bien. Esta segunda bolsa irá a la bolsa de basura (bolsa 3) en la que se depositan el resto de residuos domésticos.

Los guantes, gafas de plástico, batas u otros residuos después de haber estado con una persona enferma seguirán este mismo procedimiento. En la tela y la ropa, el virus puede aguantar hasta un par de días, según los estudios y pruebas realizadas al respecto.