La capital gallega se reactiva con gran ambiente en terrazas, tiendas y calles

Santiago se reactivó de forma notable coincidiendo con el inicio de la fase 1 del proceso de desescalada, que contó ayer su primera jornada con gran ambiente en las calles, afán de realizar aquellas compras que quedaron pendientes por el decreto del estado de alarma y muchas ganas de terraceo. Y es que desde primera hora de la mañana se vivió una sensación diferente en las calles, con muchísima más actividad que en días anteriores, movimiento en todos lo comercios, incluso se formaron colas en varios de ellos para poder entrar, y las terrazas que decidieron abrir en el estreno de la fase inicial hacia la nueva normalidad contaron con gran afluencia de clientes, especialmente en las horas centrales del día y la tarde, en las que el buen tiempo que se registró ayer en la capital gallega jugó claramente a su favor, recordando estampas propias de la primavera, pero que después del largo confinamiento parecían de otro tiempo.

No obstante, desde la Asociación Hostalería Compostela sostienen que esta primera jornada de la fase 1 solo es el inicio de los muchos pasos que habrá que dar para intentar reflotar el sector, muy golpeado por la crisis del covid-19, y sabiendo que la recuperación va ser muy larga y difícil. “Ver que a xente animouse a tomar algo nas terrazas é positivo, pero anecdótico desde un punto de vista da viabilidade económica. Ademais, hai que ter en conta que so abriron aqueles locais con terrazas amplas, xa que senón non compensa”, afirmó Lois Lópes, directivo de Hostalería.

Mientras, el comercio del Ensanche también recuperó el pulso, y lo hizo de un modo muy “sorprendente”, señaló el presidente de Santiago Centro, José María Fernández, quien definió la jornada de ayer como una “vuelta a la vida” “El balance ha sido muy bueno”, incidió. Nada que ver con lo que sucede en el comercio del casco histórico, con muchas tiendas todavía cerradas. “Dependemos del turismo”, declaró José Manuel Bello, presidente de Compostela Monumental, y turistas no hay ninguno.

Santiago. Terrazas abiertas, gente ocupando las mesas, otra muchas personas caminando por la calle, entrando en los comercios... Son las imágenes que desde primera hora de la mañana se observaron ayer en las calles de la capital gallega en el estreno de la fase 1 de desescalada. Una situación que no se vivía desde hace mucho tiempo debido al largo periodo de confinamiento, que pospuso la llegada de la primavera, y sus habituales estampas. Aunque fueron relativamente pocos los locales que se animaron a abrir, los que lo hicieron registraron gran actividad. En torno a la una de la tarde, en la cafetería La Picota del Zum Zum, situada en República do Salvador, su propietario, Juan García, recibía a los clientes ataviado como manda el nuevo protocolo fijado para los locales de hostelería (mascarilla y guantes) y cuidaba con mimo el cumplimiento de las medidas de distanciamiento entre mesas.

“Aunque económicamente no es rentable trabajar con estas limitaciones de aforo, se trata de animar a la gente a que vuelva a la normalidad y que se animen a salir, con la intención de que en los meses de verano ya se pueda trabajar con cierta normalidad”, indica García, quien admitió que el buen tiempo ayudó a que la gente se animase a sentarse en la terraza y disfrutar del buen día. El gran ambiente se alargó durante toda la jornada.

Santiago. “A imaxe coa terraza chea é unha demostración que a xente estaba desexando saír”, señala Dafne González, que trabaja en el café bar Rosalía de Castro desde que este local, situado en la plaza de Vigo, estrenase el pasado mes de noviembre una nueva etapa, hasta que el 14 de marzo se decretó el estado de alarma. Afirma que después de casi dos meses cerrado, el domingo aún no tenían claro si iban a abrir o no. “Dende primeira hora da mañá notouse un ambiente especial nas rúas, e a terraza está funcionando ben”, indicaba poco antes de las dos de la tarde, cuando todas las mesas estaban ocupadas, y todavía quedaba mucho día por delante.

Además, el buen tiempo animaba a seguir saboreando las consumiciones, tal y como comentaban en una de las mesas. “Agora xa non podemos parar”, indicaban mientras pedían otro vino. Son sensaciones que se repetían en el resto de locales que decidieron abrir ayer, coincidiendo con el inicio de la fase 1 del proceso de desescalada, que solo permite abrir la terraza de los establecimientos, y con una limitación del 50 %. Otro de los aspectos que está marcando la vuelta a la actividad en los locales de hostelería son las pautas de seguridad. “Faise estraño traballar con máscara e guantes, pero hai que acostumarse. E temos que vixiar a distancia entre as mesas”, incide González.

Santiago. Laura Blanco es la encargada de la tienda O Telar, en Área Central, que ayer tuvo un día, “por suerte, muy ajetreado”. En la ansiada apertura de este establecimiento compostelano ya había gente esperando en la puerta. Asegura que “no sabíamos cómo reaccionarían los posibles clientes en esta fase 1 de la desescalada. Por eso, en principio no vamos a variar el horario y lo dejaremos de diez de la mañana a siete de la tarde ininterrumpidamente para facilitar que venga el que quiera a la hora que le sea más cómoda”.

Entre las mayores demandas en este primer día de reapertura, Laura asegura que “muchos de los arreglos que vinieron a pedirnos fueron de ropa de niños, que curiosamente crecieron durante esta cuarentena, además de la de algún adulto que ha engordado un par de kilos y necesitaba ensancharla”.

En cuanto a las medidas de seguridad, explica que “tenemos hidrogeles en la entrada de la tienda, pedimos a los clientes que guarden una distancia de seguridad de dos metros y que lleven mascarilla y guantes. Además, pedimos que se procure no tocar el género del local”.

Precisamente, las lanas fueron uno de los objetos más demandados durante el confinamiento. “Llamó gente para pedir cita previa para comprar ovillos para tejer alguna prenda, porque las manualidades, al igual que la cocina, fueron dos de las actividades que más se hicieron durante el encierro”, asegura Laura, mientras confía en que los negocios sobrevivan a esta crisis sanitaria.

Santiago. Carlos Agrelo, gerente de Amiocar, abrió ayer su negocio tras dos meses de inactividad. Lo hizo con la totalidad de la plantilla, más de 35 trabajadores que ayer recuperaron sus puestos. Explica que fue un día movido, “sobre todo en el taller, gracias a las citas que había en retraso”, ya que durante las semanas de confinamiento se acumularon las revisiones rutinarias de muchos vehículos. En este sentido, el propietario asegura que tienen “cerca de un mes cubierto con cambios de aceite y trabajos de ese tipo”.

No hubo el mismo movimiento en el departamento de ventas, donde Agrelo ya trabaja para “que se empiece a animar el negocio”. Pese a esto, el empresario se muestra optimista con la reapertura y señala las precauciones con las que, tanto trabajadores como clientes, se están habituando a trabajar. “Cumplimos con todo lo que nos dicen las autoridades, pero lo más importante es la utilización de guantes, mascarillas y el gel desinfectante, también para los clientes”, señala.

Agrelo apuesta por mantener el optimismo y anima a los empresarios que puedan hacerlo a abrir sus negocios para tratar de reactivar la economía. En su caso, el confinamiento y las limitaciones a la movilidad le hicieron perder cerca de 80 transacciones en las últimas semanas, un perjuicio que le costará recuperar, pero que no le impidió volver a la carga tan pronto como le fue posible. Ahora, centra sus esfuerzos en reactivar la sección de ventas de su empresa.

Sigüeiro. María Pérez es la encargada de la Cervecería 1900 y ayer fue la primera en abrir su local en Sigüeiro, pero lo hizo con muchas precauciones. “Estamos usando guantes, mascarillas y pusimos un bote con gel para que los clientes se desinfecten las manos. Además, no pueden pasar al interior del local, solamente pueden estar en la terraza”, comenta. “Aparta-mos mesas, quitamos bastantes para que puedan estar más separadas. Solo tenemos colocadas seis para mantener la distancia de seguridad”, añade.

Esta hostelera asegura que durante todo el día recibieron clientes. “La gente está respondiendo bien y pasando la noticia de que estamos abiertos. Noto que están alegres”, comenta María, que añadió que poco a poco otros bares de la zona se fueron animando a reanudar la actividad.

En su opinión, ve que los ciudadanos están siendo cautos y tomando todas las precauciones que exigen las autoridades. “No veo a la gente con miedo, al contrario. Eso sí, la mayoría llevan sus mascarillas por precaución, pero se nota que la gente tenían ganas de salir y de tomarse su café de bar, es algo que echan mucho de menos”. María comparte la normativa puesta en marcha por el Gobierno sobre las medidas en hostelería. “Me parece bien. A mí me da bastante miedo lo que está pasando y con estas precauciones estamos más seguros”.

Sigüeiro. Los responsables del Café Sigüeiro reanudaron ayer su actividad, pero con mucha cautela. “Llama-mos a Protección Civil para que nos trajese el gel antibacterial, guantes y las mascarillas y, como todos los bares, solo vamos a a atender a la gente en la terraza, porque en estos momentos, por la seguridad de todos, no podemos servir en el interior del local”, señalan.

“Colocamos la mitad de las mesas en la terraza y con una distancia de dos metros para garantizar la seguridad de todos”, añadieron.

Ambos están muy contentos con la respuesta de los clientes. “La gente está respondiendo bien y colabora mucho. Han venido muchos clientes habituales que tenían ganas de tomar el café de bar. Lo que notamos es que vienen solos, no en grupo, suponemos que para prevenir”. Afirman que “algunas personas no acatan las medidas, pero la mayoría sí. A los que se saltan las normas, tratamos de orientarlos para que podamos seguir trabajando. Nosotros estamos tranquilos porque estamos acatando las órdenes”, cuentan. Reconocen que para ellos fue muy duro tener su establecimiento cerrado y esperan poder salir adelante poco a poco. “Es una alegría poder abrir, aunque solo sea con unas mesas en la terraza, porque podemos ir tirando”, señalan.

Ahora, los encargados de este bar esperan poder abrir al completo en el futuro.