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ENTREVISTA
José Carlos Vega Rodríguez

“La crisis del coronavirus tendrá una repercusión en los mercados y en el consumo de lácteos”

el mercado va bien, nos beneficia a los dos”

Hace un año, la vuelta de las vacaciones y la reincorporación a los trabajos y al colegio era la principal preocupación del mes de septiembre. Hoy, la realidad ha cambiado; el coronavirus se ha introducido en todos los ámbitos de nuestras vidas, dibujándonos un escenario presente complicado pero un futuro lleno de incertidumbre. El sector de la ganadería no es ajeno a esta realidad. José Carlos Vega Rodríguez, propietario de tres granjas en la provincia de Lugo, concretamente en Pol, Castro de Rei y Cospeito, reconoce que ha tenido que adaptar su trabajo diario a la amenaza de la covid-19 y analiza cada indicio para dibujar un porvenir del sector a expensas de una crisis con enormes consecuencias para esta actividad productiva estratégica para Galicia.

¿Cómo ve el futuro de la ganadería en Galicia después del coronavirus?

El futuro sería fácil de prever si pudiéramos echar un vistazo a diez años atrás pero en este momento hay que ver hasta qué nivel va a influir el hecho de que estamos entrando en una crisis muy grave. El coronavirus va a tener una repercusión en los mercados, en el consumo y nosotros, los ganaderos estamos produciendo alimentos y si no hay consumo o si este cambia, nos afecta. Ya hemos notado variaciones en algunos indicadores como la caída de precio en las vacas de matadero y en lo que nosotros denominamos carne de categoría superior que se destina principalmente a la hostelería, aunque parece que ahora ya se está recuperando. Algo parecido sucedió con los lácteos, donde las categorías premium descendieron y las básicas se incrementaron.

La crisis económica con todo lo que suponga va a tener unos efectos en el sector incluso inversamente proporcionales porque cuando la economía general va bien, este sector se concentra porque la gente se dirige hacia otros ámbitos profesionales, pero cuando hay una crisis general, este sector funciona como refugio, y bien se incrementa o la gente que quiere marcharse inicialmente se queda. Al margen de esto, lo que yo veo es la desaparición de explotaciones y hay que recordar que en Galicia tenemos una estructura productiva con unas carencias importantes y esto incrementa los precios de producción y la salida del mercado.

¿Qué medidas de prevención de la covid ha tenido que implementar en el trabajo?

La verdad es que el día a día en una ganadería es un tanto individualista, ya que por ejemplo durante el ordeño, es una persona sola la que está pendiente de este proceso y cuando aramos y sembramos el campo también se encarga una persona en su tractor. Nuestros esfuerzos se han concentrado en que nuestros trabajadores no den positivo en las pruebas del coronavirus y lo que hemos constatado es que en nuestra actividad hay muy poco riesgo de contagio.

En la provincia de Lugo, su empresa Reigada, S.L. es una de las mayores explotaciones de producción de leche,  ¿cuál es la clave del éxito?

Sí, en este momento tenemos 670 vacas de ordeño en las tres granjas y estamos produciendo del orden de los 27.000 litros de leche diarios. Yo empecé en la alta producción en 2001; entonces ordeñábamos 60 vacas y decidí implantar un sistema de tres ordeños que entonces era muy novedoso, apostando por este tipo de producción. La verdad es que fue bien y continué en esa línea. Después la granja fue creciendo y la explotación de Pol la compramos hace dos años. Hoy en día, tenemos 750 vacas adultas y otras 550 de recría.

¿Quiénes son los compradores de su producción?

Yo le vendo toda la producción a Leche Río. El primer contrato que hicimos fue hace dos años y entonces sólo teníamos una granja y estábamos para comprar en Pol. Nos ofrecieron mejores condiciones en Leche Río que las que teníamos anteriormente como proveedores de otro cliente y empezamos a venderles a ellos. Cuando compramos la granja de Pol, renegociamos de nuevo los contratos y acabamos vendiendo toda nuestra producción a Leche Río por las condiciones ventajosas que nos ofrecieron.

¿Qué garantías le ofrece el hecho de trabajar con un único comprador?

Pues además del precio que creo que en este momento se paga por encima de la media, considero que se da un aspecto subjetivo que entiendo que es muy importante. Se trata de la forma de pensar o filosofía de Leche Río que es muy similar a la mía como empresario ganadero, en la medida en que ven a los proveedores como una especie de socios.

Esta es también la visión que yo tengo. Yo no veo a la empresa que compra mi producción como un enemigo, sino como un aliado; ambos vamos en la misma dirección y si el mercado va bien, nos beneficia a los dos.

Creo en las relaciones estables y duraderas dentro de la cadena de valor y distribución de la leche. Una relación estratégica como premisa empresarial, pues el hecho de saber que tengo un comprador serio que me va a pagar lo justo sin aprovecharse de mi trabajo es importante para mí.

Además, las industrias que recogen la leche en Galicia, la gran mayoría son de otras comunidades autónomas o países y yo creo que esa fase de industrialización del producto cuanto más se haga aquí, mejor para todos. Para el sector es importante que haya una empresa con capital gallego transformando y operando aquí. Leche Río aportó mucho al sector porque es una empresa autóctona, creada aquí, que iba por libre buscándose la vida y dio lugar a una variedad en el mercado que facilitó conseguir unas buenas condiciones.

¿Qué le parece la posibilidad de negociación colectiva del precio de la leche?

Nuestro sector tiene una serie de mitos que siempre esgrimimos en cualquier razonamiento y que no dejan de ser eso. Uno de ellos es que debemos juntarnos para negociar el precio de la leche, otro el coste del precio justo por el coste de producción pero todo esto es inviable en la práctica porque cada uno tiene sus costes de producción. La negociación colectiva puede ser operativa en tipos de explotaciones pequeñas o en aquellas que tienen claro que no van a invertir ni crecer, a través de un sistema cooperativo o de asociación de productores que nos regula ahora. En esos casos, sí que tiene un sentido para fijar ese precio de referencia que pueda impedir abusos.

En la actualidad el bienestar animal es de vital importancia, ¿en qué medida cuida este aspecto en sus instalaciones?

El tema del bienestar animal se lleva muy bien con el de alta producción, porque los animales mal cuidados producen poco. Si no se hace más es porque no se sabe hacer en algunos casos. En mis granjas, con 30.000 metros cuadrados repartidos en las tres explotaciones, considero esta cuestión fundamental. Estamos hablando de granjas estabuladas permanentemente donde el reto es continuo para mejorar las instalaciones en dimensiones, material de cama, agua, sombra, control de temperaturas, etc. Todo es una constante.

26 sep 2020 / 00:15
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