La Uvigo hará controles con PCR a alumnos y al personal a lo largo de todo el curso

Vigo. Prevenir y adelantarse al virus. Es la filosofía que regirá desde la semana que viene, o a partir de octubre, la Universidade de Vigo la estrategia diseñada para evitar los contagios del coronavirus dentro de las instalaciones académicas. Inicialmente, un total de 3.000 personas, entre profesores, investigadores, personal de servicios y de administración, se someterán a un PCR de saliva. A estos se sumarán otros 200 que se realizarán de forma aleatoria durante todas las semanas del curso, fundamentalmente entre los alumnos, con la posibilidad de que si se detecta un foco en un ámbito determinado estos test incluyan a estudiantes y al personal del área afectada. El objetivo de esta iniciativa es contar con una foto fija de las condiciones en que se pone en marcha el curso, y realizar un seguimiento semanal “para intentar que las aulas universitarias no sean un punto de contagio”.

La planificación para afrontar un curso en la innovación tecnológica implantada en la Uvigo afianza la docencia híbrida -clases presenciales con teledocencia- fue presentada ayer por el rector de la Uvigo, Manuel Reigosa, y por los vicerrectores de Planificación e Sostenibilidade, José Luis Míguez, y de Investigación, Belén Rubio.

José Luis Míguez insistió en la trascendencia de la “prevención temprana”, para intentar controlar la situación antes de que pueda expandirse el virus.

Se ha optado por el sistema de pooling –agrupación–, con PCR por saliva. “Es el diferencial por el que apostamos en la universidad”, indicó Míguez, con el que se revisará en dos días la situación de todo el personal: un total de 3.000 personas. El diferencial con el resto del sistema universitario será precisamente el cribado semanal, con 200 PCR semanales, a desarrollar con la Fundación Biomédica. “Se trata de avanzar en el control temprano”, afirmó.

MEDIDAS Satisfecho por los “excelentes” datos de matriculación, el rector explicó que las pruebas masivas de PCR, se suman a los cambios ya en marcha, como la ampliación de espacios docentes y de las aulas, así como la implantación de códigos QR para acceder a información, el rector explicó que todas las medidas se dirigen a actuar con la máxima seguridad, así como intentar conseguir la mayor presencialidad posible. Indicó que titulaciones completas desarrollarán el trabajo de forma cien por cien presencial para garantizar los mínimos cambios con respecto a un curso ordinario.

Reigosa aseguró que en el caso de que en algún momento se vuelva temporalmente a las aulas virtuales ya está preparado el “estirón” del campus remoto que arrancó la primavera pasada, con Campus Integra, para interactuar igual que si estuvieran en el aula. MAITE GIMENO