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usc. Los expertos participantes en la Conferencia Europea de Inteligencia Artificial de Santiago, organizada por Senén Barro, apuestan por la privacidad en el rastreo TEXTO A.M.

Las alertas de contagio se frenaron para dar confianza

La implantación de tecnologías de alertas de contagio por la pandemia de covid-19 se ralentizó en Europa para ofrecer “mayor confianza” a los ciudadanos. Expertos participantes en la Conferencia Europea de Inteligencia Artificial, organizada por Senén Barro (rector de la USC entre 2002 y 2010), que acoge Santiago de Compostela estos días de forma telemática, han hecho una contundente defensa de la necesidad de “generar confianza” antes de dar determinados pasos.

En este debate, promovido por el CiTIUS –Centro Singular de Investigación en Tecnoloxías Intelixentes–, son numerosas las voces autorizadas que alertan de que “sin privacidad no es posible la democracia” y que, por ende, defienden la importancia de que la inteligencia artificial “genere confianza” en la ciudadanía mediante la alianza de la ciencia con el desarrollo de los proyectos en el mercado.

La directora de Inteligencia Artificial e Industria Digital de la Comisión Europea, Lucilla Sioli, ha explicado que la estrategia europea, establecida en el Libro Blanco de Inteligencia Artificial (febrero de 2020), es una apuesta para “desarrollar un ecosistema de excelencia confiable, basado en la acción combinada de inversión económica y regulación”.

Según expuso, la UE orientó el esfuerzo inversor a crear un “ecosistema de excelencia y confianza”, basado en mecanismos como “redes de excelencia, centros de investigación o la alianza público-privada para facilitar la interacción entre academia e industria”, así como los hubs de innovación digital, orientados a la pequeña y mediana empresa.

MARCO REGULATORIO DE GESTIÓN DE RIESGOS. Sioli contó, además, que otro de los objetivos de la estrategia europea es establecer un marco regulatorio “orientado a la gestión de riesgos y a la preservación de los valores europeos”.

En este sentido, puso como ejemplo la necesidad de “probar y experimentar estas tecnologías antes de ponerlas en producción”, especialmente aquellos “sistemas más susceptibles de violar los derechos fundamentales de la ciudadanía”.

Aunque admitió que ello podría “ralentizar el desarrollo”, no dudó en reivindicar que tal proceder ofrece una mayor ventaja competitiva, así como una mayor reputación de mercado” por ser una aproximación que “garantiza mejor la confiabilidad y robustez de la tecnología”.

APLICACIONES DE ALERTA DE CONTAGIOS SIN CONFIANZA DE LA CIUDADANÍA. A modo de ejemplo, destacó, precisamente, el caso de las aplicaciones de alerta de contagios creadas recientemente por la pandemia de covid-19, cuya implantación en Europa se ralentizó debido a la “incapacidad de estas tecnologías de ofrecer confianza a la ciudadanía sobre las garantías de protección de la privacidad”.

En este sentido, recordó que el Tribunal Europeo, de acuerdo con la regulación europea en protección de datos (GDPR), acordó “invalidar las transferencias de datos a Estados Unidos”, debido a los requerimientos de las agencias de inteligencia de ese país, “incompatibles con los derechos y libertades de los ciudadanos europeos”.

¿EUROPA NO LO ESTÁ HACIENDO BIEN EN MATERIA DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL? Barry O’Sullivan, presidente de la Asociación EurAI y vicepresidente del Grupo de Expertos de Alto Nivel de la Comisión Europea sobre Inteligencia Artifical, rechazó de plano la idea apriorística de que “Europa no lo está haciendo bien en Inteligencia Artificial (IA)” y aplaudió la “calidad de la investigación” europea.

Además, puntualizó que se necesita “una inteligencia artificial confiable, de modo que entendamos cómo afecta a la ciudadanía y al medio ambiente”.

En su opinión, el principal reto es desarrollar una “ciencia capaz de resolver las preguntas sobre explicabilidad, sesgo y robustez de esta tecnología”. En esta línea, mentó las diversas iniciativas orientadas a “ayudar en el desarrollo de políticas públicas”, como la guía ética sobre una IA confiable producida por el grupo de expertos de alto nivel del que es vicepresidente, la plataforma AI4EU.

COORDINACIÓN EN LA GESTIÓN DE DATOS. Paul Desruelle, líder de la iniciativa Al Watch de la Comisión Europea, ahondó en la necesidad de “una mayor coordinación y de mejorar la gestión de datos”.

Mikaela Polymenopoulou, responsable de la oficina científica de la Agencia Ejecutiva del Consejo Europeo de Investigación (ERC), en materia de física e ingeniería, se detuvo a su vez en la importancia de la “curiosidad como base de la ciencia” y subrayó las oportunidades de financiación para desarrollar investigación en materia de inteligencia artificial en la Unión Europea.

Desveló que existe una “línea de ayudas abierta a investigadores en cualquier situación, con el único requisito de contar con el apoyo de una institución investigadora ubicada en la Unión Europea o en alguno de sus países asociados”.

Las propuestas son evaluadas en las áreas de ciencia de la vida, ciencias sociales y humanidades, así como en el área de física e ingeniería. El apoyo de la ERC consiste en ayudas de hasta 2,5 millones de euros para una duración de 5 años en función del grado de madurez de la carrera investigadora, y puede solicitarse más información a través del punto de contacto de los países.

06 sep 2020 / 00:00
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