Los mayores no sufren más estrés o ansiedad que otros grupos

Santiago. En contra de lo que pudiese pensarse en un primer momento, ya que desde el inicio de esta crisis sanitaria se nos ha alertado de la debilidad de las personas mayores como grupo de riesgo, “los estudios que se han publicado sobre los efectos del confinamiento en la primera ola dicen que los efectos a nivel psicológico (estrés, ansiedad, depresión) no se ven influenciados directamente por la edad”, afirma el psicólogo experto en gerontología clínica de la USC David Facal Mayo.

En concreto, indica que, en los estudios, al compararse grupos de adultos más jóvenes y de adultos más mayores, “la edad no era la variable que explicaba que una persona hubiese sobrellevado mejor o peor el confinamiento y la pandemia en general”, de manera que “lo que influye en mayor medida son los recursos psicológicos de cada uno”.

Este profesor considera que “hay una tendencia a pintar como muy mala la situación psicológica de las personas mayores, pero eso va a depender sobre todo de los recursos personales y sociales que tengan”. Es por ello que se necesita incidir en esos recursos: en la capacidad de resiliencia y en el apoyo social, prioritariamente.

Asimismo, el profesor Facal evidencia que, en esta segunda ola, “estamos viviendo un efecto acumulativo que todos experimentamos, una mayor sensación de fatiga sobre la que se van acumulando las situaciones de estrés”.

Es aquí donde reside el gran problema de las personas mayores, ya que, pese a que en esta segunda ola los centros de trabajo y los centros educativos permanecen abiertos y con actividad, no así los centros de día, centros de mayores y centros sociales. “Es importante tener en cuenta la repercusión que puede tener esto sobre las personas mayores que habían desarrollado un envejecimiento activo y venían realizando actividades de desarrollo intelectual, físico y educativo, que ahora se ven impedidas y paralizadas”, sentencia David Facal. Á.P.