¿Protegen los guantes frente al coronavirus?

Hace unas semanas la polémica y las dudas sobre su utilidad para frenar los contagios de covid-19 estaba en las mascarillas. Un elemento –cuyo uso– debido a su escaseza en el comienzo de la pandemia, no era recomendado por las autoridades sanitarias. Un error del que no tardaron en retractarse siendo ya obligatorio su uso, por ejemplo, en el transporte público. La eficacia de este accesorio era bien conocido ya en los países asiáticos, donde ya formaban parte de la indumentaria habitual de los ciudadanos tiempo antes de la pandemia.

Ahora son los guantes los que se encuentran en la picota. Y es que la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene viene de recomendar que no se usen durante la actividad diaria habitual, y que se dejen de ofrecer y no sea obligatorio su uso a la entrada de los establecimientos.

Los profesionales esgrimen que su uso no es necesario para protegerse del coronavirus, ya que no aporta una protección adicional respecto a la higiene de manos e, incluso, pueden llegar a incrementar las posibilidades de transmisión vírica entre personas. Es por ello que piden que se sustituya su utilización en comercios por higiene de manos a la entrada y salida de los mismos. Un aseo que puede realizarse con agua y jabón o con productos de base alcohólica, como los que recoge la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios.

Los médicos argumentan que no son necesarios porque el virus no puede penetrar en la piel sana y, por tanto, no es posible la transmisión de la covid-19 de esta forma.

Los guantes, además, son tan susceptibles de contaminarse como lo es la piel y quitárselos sin contaminarse las manos no es sencillo, por lo que requiere una técnica específica. Los sanitarios dicen que no se utilizan correctamente, ya que sólo deben usarse si existe una indicación expresa, como puede ser escoger para frutas y verduras.

Siempre debe hacerse higiene de manos antes y después de usarlos porque el hecho de que se lleven no impide que, de igual forma que cuando se tienen las manos desnudas, nos toquemos la cara (para ajustarse las gafas o la mascarilla o para apartarse el pelo) y nos podamos infectar.

La higiene de manos sobre guantes es, además, menos efectiva que sobre las manos porque en un guante pueden quedar pliegues donde no acceda la solución hidroalcohólica o el jabón, y además se puede erosionar por los productos de limpieza y dejar zonas que pueden convertirse en potenciales reservorios de microorganismos.

Preocupa esto a los profesionales, ya que creen que generan una falsa sensación de seguridad y puede que la persona no tome las debidas precauciones para evitar el contacto con superficies que pueden estar contaminadas o que no se lave bien las manos luego.También, el llevarlos implica una pérdida de tacto y la contaminación pasa desapercibida, pero además cuando se usan habitualmente disminuye la frecuencia de la higiene de manos.

no a la medición de temperatura. Los médicos de preventiva tampoco se muestran partidarios de la toma de temperatura en comercios, o de cualquier otro parámetro biológico “sin el aval de las autoridades sanitarias competentes”. Y recuerdan que no es una prueba óptima para detectar casos de la enfermedad ya que casi un 30% de los casos de covid-19 en España no han cursado con fiebre.