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covid-19. En el Día Internacional de la SQM, sus afectados recuerdan que la lejía y los desinfectantes tan usados ahora les hacen la vida imposible // Aún no existe cura TEXTO Salomé Barba

Sensibilidad química, cuando la pandemia agrava tus síntomas

“Un buen día, sin que nadie te avise, te pesa el cuerpo, sientes una fatiga inexplicable y la comida parece que no te sienta bien. Los médicos te dicen que tus análisis están perfectos, que no tienes nada, pero cada vez aparecen más síntomas respiratorios, cardíacos, músculo-esqueléticos, neurológicos, gastrointestinales y otros”. Y así, sin previo aviso, una persona se convierte en enferma de sensibilidad química múltiple (SQM), aunque pueden pasar años hasta que alguien le ponga nombre, hasta que le dan un diagnóstico y un nombre a su dolencia.

Hoy, 12 de mayo, es el Día Internacional de la enfermedades de sensibilidad central, entre ellas la sensibilidad química múltiple. Una gran desconocida. Desde la Asociación SQM Galicia quieren recordar que la dolencia todavía no tiene cura y los pacientes solo pueden paliar síntomas, alejarse de todo lo que les hace daño, que en estos momentos de pandemia, virus y desinfectantes por doquier, es cada vez más difícil, aseguran.

El desarrollo de la SQM está relacionado con las sustancias tóxicas presentes en el agua, el aire y los alimentos. Generalmente las personas afectadas presentan los primeros síntomas tras una exposición a altas dosis o la exposición repetida a una o más sustancias tóxicas como plaguicidas o disolventes.

Más tarde, la aparición de síntomas similares o nueva sintomatología ocurre tras exposiciones a niveles bajos, casi despreciables, de sustancias químicas variadas presentes en productos de limpieza, cosméticos, pinturas, plaguicidas, muebles, textiles, humos...

“No existe ningún tratamiento específico que cure o deje asintomático al enfermo. El tratamiento más efectivo es evitar la exposición a las situaciones previamente conocidas como desencadenantes del cuadro clínico”.

dificultades para salir a la calle Así las cosas, con la pandemia de COVID-19 lo están pasando mal. Durante el año 2020, primer año del coronavirus, encontraban grandes dificultades para salir a la calle. La desescalada, en mayo del año pasado, fue un infierno ya que la moda de desinfectar las calles con lejía hacía que les resultara imposible salir. E incluso, como explicaba la presidenta de SQM Galicia a este diario en aquel momento, Rocío Botana, muchos compañeros de la asociación no podían ni salir al balcón con las calles rebosantes de desinfectantes varios.

Se multiplicaron, de este modo, sus dificultades de movilidad. A lo que se añadía, en los primeros meses de la pandemia, las dificultades para encontrar mascarillas. Un complemento habitual para todos ahora, pero que en abril y mayo de 2020 era el más buscado en las farmacias. Para los afectados de SQM y eran de uso diario desde siempre y, las quirúrgicas o higiénicas no les valen. Deben usar las que tienen filtro de carbón activado, asimilables a las FFP2 o FFP3.

segunda nueva normalidad y miedo a la vacuna Actualmente, en esta segunda nueva normalidad, aumentó la carga tóxica de los locales por el uso repetido de geles, lejía y diversos desinfectantes. “En cualquier consulta, tienda u hospital hay una nube de productos desinfectantes perfumados que dificultan la estancia a las personas afectadas de SQM. Evitar estas exposiciones es casi imposible”, advierten desde la asociación e afectados en la comunidad.

Y a esto se suma el dilema de la vacuna contra el coronavirus. Por un lado, porque en algunos casos la inmunización podría llevar a un agravamiento de los síntomas de sensibilidad química múltiple; pero, por otro, están convencidos de que el contagio y la infección que conlleva tampoco les ayudaría. “Ahora también se plantea, a los enfermos de SQM, el dilema de si la vacuna que previene el COVID-19 va a empeorar su enfermedad. Y si la vacuna tiene riesgos, la infección también los tiene. “No sólo por la posibilidad de pasar por la uci, sino por las secuelas que aparecen tras la infección. Curiosamente esas secuelas, después del alta hospitalaria, se parecen a los síntomas de SQM: fatiga, debilidad muscular y dificultades para dormir”, explican desde SQM Galicia.

Recuerdan que en octubre de 2020, al fin, se impartió el Curso de Formación en SQM para profesionales sanitarios que convocaba el Servizo Galego de Saúde (Sergas). En él, un centenar de profesionales de la sanidad gallega (médicos, enfermeros, auxiliares) recibieron formación sobre la enfermedad y sobre el Protocolo de Atención as Persoas con Sensibilidade Química Múltiple, que tan sólo un año antes había sido publicado por el Sergas.

12 may 2021 / 01:00
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