“Sobran razones para dejar de fumar”
Expertos del CHUS aseguran que pese al estrés por la crisis sanitaria, es la oportunidad para abandonar el hábito // “No solo tienen un mayor riesgo de infectarse, sino de forma más grave” // Rábade advierte del aumento de fumadores pasivos, sobre todo niños, al estar más en casa
Uno de cada cinco compostelanos es fumador. A pesar de este desalentador dato, desde la unidad de Deshabituación Tabáquica del área sanitaria de Santiago y Barbanza animan a “aprovechar este momento para dejar el hábito”. Y es que a las razones generales por el bien de la salud se ha sumado ahora el covid-19, y por partida doble.
“Si deben sobrar los motivos para dejar de fumar, hay que subrayar que el tabaco es un factor de riesgo de desarrollar coronavirus. Y a esto hay que sumar que los fumadores están más expuestos a desarrollar síntomas graves y necesitar cuidados intensivos”, asegura el doctor Carlos Rábade, coordinador de la citada unidad del hospital Clínico Universitario de Santiago.
En este sentido, el Ministerio de Sanidad, al igual que lo hizo en su día el Instituto Superior de Salud italiano, indicaron que el riesgo para un fumador con coronavirus de acabar ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos aumenta exponencialmente.
Explican que más de un tercio de los fumadores que dieron positivo en covid-19 presentaban una situación clínica más grave en el momento de ingreso que los no fumadores y, en su caso, el riesgo de necesitar cuidados intensivos y respiración asistida es más del doble.
A estos datos, el doctor Rábade añade el efecto colateral de fumar en tiempos de confinamiento. “Al estar más en casa es mucho más fácil que tus hijos o tus padres acaben siendo fumadores pasivos, con todo lo que conlleva sobre todo en las personas mayores, al ser un colectivo de mayor riesgo”, manifiesta.
TOCARSE LA CARA. Otro de los aspectos sobre los que advierte el coordinador de la unidad de Deshabituación Tabáquica del CHUS es el del riesgo que comporta llevarse un cigarrillo a la boca. “Un fumador puede llegar a tocarse la cara más de 300 veces al día”, sostiene. A esto suma el hecho de que al llevarse los dedos a la boca los hace más vulnerables.
Pese a que insiste en que es consciente de que esta crisis ha suscitado mucho estrés, ansiedad e incertidumbre, también argumenta que “es la gran oportunidad de dejar de fumar por todos los riesgos que conlleva el hábito, a los que se suman las graves consecuencias debido, precisamente, a la pandemia”.
NO A SER UN SERVICIO ESENCIAL. Sobre el estado de alarma, el experto se muestra totalmente en contra de la decisión del Gobierno de incluir a los estancos entre los establecimientos que proveen artículos de primera necesidad y, por lo tanto, con la apertura permitida desde el inicio de ésta. “No es un bien esencial, ni mucho menos”.
Por último, asegura que, al igual que otros servicios hospitalarios, la unidad que coordina “deberá abrirse a la telemedicina”.
1 Ventas por las nubes. Varios estancos de Santiago consultados por este diario subrayaron que las ventas al inicio del estado de alarma “subió por las nubes. Había colas como en los súper”, aseguran, y comparan la compra de cigarrillos como la que hubo del papel higiénico.
2 Cartones y tabaco de liar. Explican que lo que más se demandó en la primera semana fueron cartones de tabaco. “Parecía que la gente tenía miedo de que cerrásemos y quedarse sin poder fumar en casa. Compraban cartones en vez de cajetillas sueltas”, y apuntan que el tabaco de liar también fue uno de los más solicitados. “Parecía que no hubiera un mañana”, resume un estanquero de la Senra.
3 Bajón en siguientes semanas. Otro de los estanqueros de la praza Roxa asegura que en las siguientes semanas hubo un bajón de ventas, que achacan a “por un lado, por haber comprado varios cartones juntos al principio y también por irse los estudiantes con sus familias”.