Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Temor a un incremento de secuelas provocadas por la fatiga pandémica

Los expertos alertan: “Una parte de la población no va a resistir y se van a resentir”// Advierten que aumentarán los efectos en los ‘COVID persistente’ y las consecuencias que generan las muertes y los problemas económicos

Con la curva de contagios aparentemente estabilizada, expertos del ámbito de la psicología y psiquiatría advierten de las posibles secuelas que puede dejar la pandemia en una población extenuada por las consecuencias sanitarias, y también económicas, de la misma.

Es el caso de los que sufren ‘COVID persistente’ o de larga duración, de los que han pasado por duelos y también de los sectores más golpeados económicamente, con gente que se ha visto arruinada o en un ERTE. “Los estudios que tenemos sobre desastres señalan que hay un porcentaje de la población que no va a resistir y que se va a resentir, en todos los niveles, tanto económicamente y también a nivel psiquiátrico”. Es la observación de Luis Docasar, jefe del servicio de psiquiatría del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), un especialista que sostiene que existe una coyuntura, la actual, que provoca que haya más ciudadanos que sean susceptibles de requerir atención psicológica.

Este psiquiatra, quien comparte el concepto de “fatiga pandémica”, reflexiona sobre las posibles huellas que puede dejar esta crisis sanitaria también entre unos profesionales que empiezan a acusar síntomas de cansancio, estrés y ansiedad, tras un año de dura y difícil batalla.

Una de las primeras conclusiones que lanza, para no generalizar, es que las sucesivas olas no han tenido “la misma intensidad” y que “no hay una respuesta única y cada uno tiene una lectura distinta”.

Con todo, subraya que “estamos en una alerta de salud mental” y que lo de esta ola “vendrá cuando acabe la otra”. Entre los grupos con ‘señales’ atribuibles al virus, Docasar distingue el colectivo de pacientes con COVID persistente o de larga duración, una “patología emergente que sí es real, que se está consultando y que va a aumentar”.

“Entre la primera y segunda ola, y en un área como Ourense, nos hemos encontrado un grupo de entre veinte y cuarenta pacientes que han sufrido COVID persistente, que tienen una sintomatología compleja, a los que ve el neumólogo, el internista... que tienen síntomas neurológicos y que estamos tratando”, detalla el responsable de Psiquiatría del Hospital de Ourense.

Con la tercera ola, la que “está habiendo”, pronostica que “va a haber más grupos de estos pacientes, y que vengan de esta nueva ola”.

Con una sociedad sumida cada vez más en una honda desesperación, Docasar se muestra asimismo partidario de “monitorizar gradualmente” a grupos específicos de profesionales que están en primera línea, como profesorado, bomberos, policías, profesionales sanitarios” e incluso “hostelería”, para ver cómo les afecta esta pandemia.

Aparte, hace alusión a la situación particular de los adolescentes, que se han visto afectados por la situación de emergencia, una preocupación, esta última, que es compartida por la psicóloga orensana Paloma Cabaleiro, con amplia experiencia en el ámbito clínico.

Esta psicóloga, que habla de diferentes “estadíos” en esta pandemia, los cuales van de un “shock inicial” al miedo a salir a la calle, y los duelos, a la actual fatiga pandémica, pone el foco, precisamente, en “los adolescentes y los mayores de 70 años”.

Respecto al primer grupo, señala a Efe que “la horquilla de los 12 a 25 años es contacto social puro: el primer carnaval, el primer Fin de Año, el primer año de Universidad”. Y de hecho, se pregunta: “¿esos años los vas a poder recuperar?”

El otro grupo al que hace alusión es el de mayores de 70 años. Un colectivo “al que se le ha puesto la espada encima por ser población de riesgo”, y al que se ha trasladado un mensaje de la posibilidad de que se saturen los servicios sanitarios, gente, además, que, en muchos casos, “vive sola” y que ha perdido la poca vida social que tenía antes de la pandemia. De ahí que Cabaleiro reivindique la importancia de “la salud mental”.

Pensando en el futuro, esta profesional reflexiona sobre cómo será la retirada de la mascarilla. “Va a haber gente que lo pase mal. Me preocupa que muchos adolescentes estén cómodos con ella, les da una distancia”, comenta.

También alude a los cambios previsibles. Entre ellos, que la atención telemática ha venido “para quedarse” y que esta crisis ayudará a “desmitificar” aún más la importancia de la salud mental, abunda esta profesional, que una de las cosas que, personalmente, más echa de menos, son “las risas”.

Trabajadores como ella abogan por que se destinen recursos suficientes al ámbito de la salud mental. “Habría que hacer ahí una buena inversión a nivel público” para que la salud mental “llegue a toda la población, al menos a esa población que la necesita y que es mucha”, esgrime la doctora Cabaleiro.

En lo que coinciden Docasar y ella también es en que las personas que tengan más recursos saldrán mejor parados de esta crisis y que habrá que centrarse en los colectivos más vulnerables, convencidos de que si reciben la atención que necesitan, mejorarán.

Por el momento, Docasar es partidario de esperar para conocer las posibles secuelas a largo plazo y ver si la población “consulta más”, aunque, pese a todo, no prevé un incremento significativo en lo que a la proactividad se refiere.

“En el peor de los casos, podría ser que tuviéramos un aumento de un diez por ciento de la población que consultase más, por diferentes motivos”, concluye.

  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito