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Tranquilidad y optimismo ante la reanudación de la vacunación con AstraZeneca

La mayoría de las personas consultadas afirma que se la pondría sin problemas, y no temen los posibles efectos secundarios

Tras la tempestad, vuelve la calma. Después de una semana en la que se paralizó la vacunación en muchos países con la dosis de AstraZeneca, por la aparición de casos de trombos en personas a las que se les había suministrado el fármaco, los expertos sanitarios no encontraron relación de causalidad, y las autoridades decidieron retomar la vacunación. Además, con una novedad: desde este miércoles también se les inoculará la dosis a personas de entre 55 y 65 años.

Se retoma y se acelera la vacunación con el objetivo de acercarse a la esperada inmunidad de rebaño. Pese a las voces discordantes sobre la conveniencia de administrar el medicamento de Oxford, una gran mayoría de la población espera su turno y responde que no tendría ningún problema en recibir el fármaco. Aunque pueda haber dudas sobre efectos secundarios, entienden que el beneficio es mayor que las posibilidades de padecer una afectación derivada de la inoculación de la vacuna.

Parte de la alarma se ha generado por lo escuchado, leído y comentado en conversaciones con amigos. Los gallegos afirman que la gente está “muy metida” en una cuestión de candente actualidad, y que puede ser contraproducente.

Pocos son los que responden con un “no” rotundo a la posibilidad de vacunarse con AstraZeneca. Es el caso de Ulises Alonso. Él tiene más de 55 años, así que entra en el nuevo grupo de edad al que le podría corresponder el fármaco anglosueco. Pero cruza los dedos para que no le toque. Los “temores” que se han infundido en los últimos días, le hacen tener miedo. “Si puedo, la evito. Prefiero las otras vacunas, que son más seguras, con buenos resultados y sin apenas efectos secundarios”.

Como él, hay otros casos, pero son minoría. Por unas circunstancias u otras, la mayoría aceptaría recibir la vacuna. En general, coinciden en señalar que los beneficios son mayores que los posibles riesgos, y que el único camino para recuperar la vieja normalidad pasa por la vacunación masiva de la población.

“Mañana mismo si me llamaran”. Es lo que responde María Lourdes Neiro cuando se le pregunta si se pondría la vacuna. “Mejor con ella que sin ella”, agrega. Tiene claro que todos los medicamentos entrañan riesgos: “Si me pongo a leer el prospecto de cualquier antiinflamatorio, ya no lo tomaría”.

Jesús Laíño considera que el proceso “vai lento”, pero tiene claro que él se pondría “calquera das que recomendan”. Comenta que, en su trabajo, muchos de sus compañeros ya han recibido la dosis de AstraZeneca, “e non houbo ningún problema”. Es consciente de que las vacunas provocan malestar durante 24 o 48 horas, pero “compensa”.

INMUNIDAD DE REBAÑO. Hay quienes la aceptarán con resignación, cuando les toque. “Non queda máis remedio. Se queremos inmunizarnos, hai que poñela”, razona José Sardiña. Considera que “non será para tanto” el riesgo, y añade que “se vacunaron 20 millóns de persoas e hai 20 ou 30 casos... supoño que será efectiva”. Así, ve “alarma” en la sociedad, posiblemente por la publicación de “cousas sen estar confirmadas”. “Morrerán os que teñan que morrer, nada máis. Que veñan pronto as vacinas, que é o que nos interesa a todos para acabar con esto e despois a vivir”.

De la idea de la inmunidad de rebaño habla también María Teresa Rodríguez. “Tenemos que inmunizarnos todos para poder llevar una vida más o menos normal. Si no estamos vacunados, no va a ser posible”. Maite, que no está preocupada por eventuales complicaciones, que no ve “demostradas”, recuerda que las vacunas se van mejorando progresivamente, “como pasó con la gripe o la polio”. Comparte la opinión de que “hay unas vacunas mejores que otras”, algo que, a su juicio, “se irá viendo con el tiempo”. Además, pronostica que “van a aparecer más cepas, habrá que vacunarse de nuevo, e irán mejorando”.

Una profesora de Universidad, Pilar Cagiao, desea que la llamen cuanto antes. “Desde luego” que se la pondría, porque “los beneficios son inmensamente superiores”. Le pareció normal que se paralizase el proceso de vacunación con el fármaco de AstraZeneca, pero entiende que es segura una vez que no se ha conseguido demostrar la relación. Solo lamenta que, a su colectivo, de riesgo por estar en contacto con alumnos procedentes de toda Galicia y por tratarse de una plantilla, de media de edad elevada, no le hayan llamado antes. “Por haches o por bes cumplimos todos los requisitos para haber sido vacunados”, insiste, al tiempo que recuerda que, en el caso de la USC, ha habido docencia presencial durante gran parte del curso.

PREOCUPACIÓN POR LOS FAMILIARES. Los jóvenes temen más por familiares o conocidos de más edad que por los que le pueda pasar a ellos. Así lo comenta Lara González, que entiende como “normal” que pueda tener efectos secundarios, ya que “no hay vacuna perfecta”. “Por la seguridad de todos, yo me la pondría. Por mí no tengo miedo, pero sí por lo que le pueda pasar a un familiar mío”.

En el caso de Iago Salgado, entiende que una vez que “se ha visto que los efectos no eran para tanto” y que los casos “suponen un porcentaje muy bajito”, se la pondría. Entiende la alarma que se ha generado, el temor a los desconocido, pero apela a la prudencia: “Es un tema que nos afecta a todos de una manera u otras. La gente opina, dice... Pero no podemos hablar todos con autoridad, como si entendiésemos del tema. Yo solo puedo dar una opinión humilde, que puede estar equivocada, porque no tiene conocimiento médico”.

Iago es uno de los que dice que “se fía” de las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Muchos repiten la misma idea: si está “certificado” o “testado” por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), “no hay problema”. “Si tenemos que desconfiar de los organismos que las recomiendan, mal asunto”, señalan.

Este miércoles se retoma la vacunación con la dosis de AstraZeneca en el punto en que se interrumpió, y progresivamente se irá incorporando a las personas de entre 55 y 65 años. Con optimismo y prudencia moderada entre los gallegos. Y con el sueño de recuperar, cuanto antes, la vieja normalidad.

23 mar 2021 / 11:53
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