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Una sola dosis no es suficiente para proteger de la cepa india en Reino Unido

Los nuevos casos diarios alcanzan ya los 4.000, pese a tener a un 72 % de la población vacunada con el primer pinchazo

Reino Unido. El séptimo país con la tasa de vacunación más alta del mundo y el segundo de Europa. Por delante, solo Emiratos Árabes Unidos, Israel, Malta, Aruba, Barhéin y Chile. Con 64.592.019 dosis ya adquiridas y recibidas, la potencia británica presenta una tasa de 95,2 viales por cada cien habitantes. Esto ha permitido que ya se hayan vacunado en el país a 40 millones de personas –prácticamente toda la población española– con una dosis, lo que supone el 72 % de población. Para ponernos en situación, es España este porcentaje no sobrepasa en la actualidad el 38 %, quedándose en la mitad.

Podría pensarse, por tanto, que la batalla contra el virus ya está ganada en Inglaterra, y es que aunque la inmunidad tras la administración del primer pinchazo no es total, si genera anticuerpos para combatir el virus, con lo que los contagios deberían reducirse igualmente. Pero, craso error, pues no se contaba en esta lucha con un parámetro: la aparición de nuevas variantes. Y es que Gran Bretaña, con este elevado porcentaje de vacunados con una dosis, se confió y comenzó la desescalada de manera progresiva, pero bastante rápida, pretendiendo que el próximo 24 de junio se alcanzase directamente la normalidad.

Los nuevos contagios diarios detectados en el país a comienzos de marzo no superaban los 2.000, en un país con algo más de 65 millones de habitantes. Los cuatro primeros días del mes estuvieron por debajo de este valor. Sin embargo, a partir del 5, comenzó el ascenso, registrando prácticamente a diario más de dos mil infectados. Y fue en la última semana, cuando ese repunte, al principio lento, se desmadró, llegando a detectarse 4.030 casos nuevos el pasado viernes día 28. Siguen siendo pocos, pero lo habitual es que ya sobrepasen los 3.000 diarios, y eso supone un crecimiento continuado que podría poner en jaque al país. De momento, las autoridades sanitarias ya hablan de frenar la desescalada.

¿Cómo ha sido posible llegar a esta situación? Pues hay quien habla ya del inicio de una nueva ola de COVID. La respuesta a ella se encontraría en la difusión y el aumento en la transmisión de las variantes. Reino Unido no es nuevo en esta guerra. A comienzos de año, cuando toda Europa estaba sumida en la cepa original del virus, en el territorio británico surgía la variante B.1.1, que daría luego en llamarse cepa británica. Esto hizo que aumentase la preocupación, pues las vacunas desarrolladas contra el coronavirus no estaban preparadas para esta nueva variante, por lo que podía ser que perdiesen efectividad. Sin embargo, ese temor pasó cuando se observó que los casos seguían la tendencia del resto de países europeos.

Pero ahora, llega a sus fronteras, una nueva amenaza: la cepa india (B.1.617.2). La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera “grave” esta variante, por su elevada capacidad de transmisión –un 60% más que la original–. Y, aunque ya está presente en 17 países, India, Reino Unido y Estados Unidos son los territorios que más casos de la misma concentran. Por tanto, ese aumento de casos que se ha dejado sentir en el país en los últimos días, es achacado por los científicos a la alta presencia de esta cepa. Y hay estudios que ya lo confirman.

Un estudio dirigido por el Public Health England, apunta a una proteción ligeramente menor de la vacuna frente a la variante india que frente a la británica, aunque suficiente para generar inmunidad si se administra la pauta completa. Ahí está la cuestión. Inglaterra se ha centrado desde el arranque de la campaña de vacunación en alcanzar el mayor porcentaje posible de población vacunada con una dosis, algo que no resulta suficiente en estos momentos contra la nueva cepa. Solo hay en el país 22 millones de inmunizados que han completado su pauta, un 37,3 %, lejos de la inmunidad de rebaño, con la que si contaría si un solo vial fuese efectivo.

Tras secuenciar más de 12.000 muestras, de las cuáles resultaron ser de variante india 1.054, la investigación encontró que la vacuna de Pfizer era un 88 % eficaz contra la cepa india dos semanas semanas después de la segunda dosis, y un 93 % contra la británica. Por su parte, AstraZeneca era un 60 % eficaz contra la primera y un 66 % contra la segunda.

Aún así, con la primera dosis, ambas vacunas solo tuvieron una eficacia del 33 % frente a la variante india tres semanas después de inyectarse la primera dosis y un 50 % frente a la británica. Por tanto, aunque se generan anticuerpos, no son suficientes como para frenar el ingreso del virus en el organismo, aunque sí el desarrollo de la enfermedad grave que acaba precisando de hospitalización o derivando en deceso. De hecho, es importante señalar que los ingresados y los fallecimientos han permanecido prácticamente invariables pese al repunte de casos.

01 jun 2021 / 13:11
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