Alargada sombra de un valor sólido con carrera truncada

La sonora ovación con la que fue saludada la presencia de José Ramón Gómez Besteiro en el XIV Congreso del PSdeG fue algo más que un acto de desagravio a un político (aunque él se empeñe en decir que todavía es un ex) maltratado por una cruzada judicial sin sentido. Reflejaban los aplausos de la inmensa mayoría (los más afines a Gonzalo Caballero se colocaban las mascarillas en ese momento) de delegados presentes el reconocimiento a un hombre que estaba llamado a liderar un ilusionante proyecto en Galicia y situar a los socialistas gallegos en el lugar que le corresponde dentro del escenario de la política autonómica; es decir, el mismo que ocupan en la municipal y en las generales.

Comparecía físicamente en el recinto el ex secretario xeral y expresidente de la Diputación de Lugo pero todo el mundo sabía que su sombra está detrás de los movimientos que protagonizó Valentín González Formoso para encabezar el PSdeG, no solo por la estrecha relación personal que mantienen sino también por compartir un ideario en el que la socialdemocracia y el galleguismo van de la mano. Ambos, además, proceden de la cantera municipalista, conocen tanto el medio rural como las necesidades específicas de las ciudades y tuvieron responsabilidades de gobierno, la pata de la que siempre cojeó Gonzalo Caballero, quien en su larga trayectoria dentro del partido jamás ocupó un puesto desde el que poder gestionar las demandas de los ciudadanos.

Son muchos los que piensan que Besteiro es un valor para el PSdeG y en esa dirección habrá que esperar los pasos que se vayan dando desde y en el entorno de la nueva cúpula. Él, mientras tanto, guarda un escrupuloso silencio pero todavía conserva el recorte de una información publicada por EL CORREO, y recogida por El Progreso (el periódico de su ciudad) los días 25 y 26 de enero de este año. Por si acaso hay que desempolvar el traje de candidato... a algo. aNTÓN TRABANCA