Cuando la prudencia se torna en confianza y siempre hay constancia

Monseñor Julián Barrio es un hombre que transmite tranquilidad, es tan paciente como prudente, sobre todo esto último. Precisamente decía Séneca que “el que es prudente es moderado; el que es moderado es constante; el que es constante es imperturbable; el que es imperturbable vive sin tristeza; el que vive sin tristeza es feliz; luego el prudente es feliz”. El arzobispo de la archidiócesis compostelana también traslada esas sensación de felicidad de quienes están cómodos en su tránsito vital. Él encontró su camino en Santiago aunque tiene una etapa pendiente: que el papa Francisco acude a postrarse ante la tumba del Apóstol hizo de Zebedeo.

Nunca antes el Julián Barrio persona o el Julián Barrio arzobispo exteriorizó sus sensaciones sobre una posible visita de Su Santidad. Siempre cauteloso, siempre prudente, siempre muy respetuoso ante las decisiones que puedan tomar desde el Vaticano. Pero en la magnífica entrevista que le hizo nuestro compañero Arturo Reboyras, publicada este sábado en EL CORREO, don Julián sí que dejó entrever que este doble Año Santo puede ser el momento escogido por Francisco para desplazarse a Galicia. “El papa estuvo muy acogedor con nosotros en la audiencia. La conversación fue muy agradable y yo salí muy esperanzado por la preocupación y el interés que el papa había demostrado con la celebración del Año Santo Compostelano”, respondió el religioso ratificando y recordando aquel primer atisbo, políticamente correcto, tras salir de las estancias vaticanas: “Vivimos con la esperanza de que pueda ser factible que el papa Francisco venga a Santiago”. Un deseo que comparten la inmensa mayoría de sus fieles y los peregrinos que cubren este Camino. J.A.P.