El fariseísmo mariano del PSOE: socialista rico, socialista pobre

El PSOE, que se había convertido al marianismo en la última investidura de Rajoy, reniega ahora de su lado mariano cuando toca investir a María. A María Pose, alcaldesa de Santa Comba, tan del PP como Mariano, con el que no tiene distinto pedigrí a ojos de Dios, pero sí ante Ferraz, la sede socialista donde acostumbran a ser más papistas que el Papa. Apoyar al primero para ser presidente del Gobierno no sólo no es considerado ni falta, sino que incluso puede tener premio –a Susana Díaz la hicieron senadora–; pero hacer accidentalmente regidora de un pequeño ayuntamiento coruñés a la segunda es un pecado mortal imperdonable que se paga con la fulminante expulsión del partido. José Antonio Ucha Velo acaba de recibir la excomunión por un delito que en realidad le honra: salvó la democracia allí donde estaba en peligro, después del golpe de Estado perpetrado por un único concejal de CxG que pretendía ilegalmente perpetuarse en una alcaldía para la que no había alcanzado en las urnas el necesario apoyo popular. La había abrazado durante los dos primeros años de legislatura mediante un pacto con Ucha, pero cuando no cumplió lo firmado –rotar el cargo con el PSOE en el bienio final–, es lógico que el portavoz socialista lo devolviese a la realidad: está sólo en una corporación de trece concejales. El desenlace de la impecable maniobra democrática tuvo como consecuencia que el bastón de mando fuese a parar a las manos de la popular María Pose, la candidata más votada, lo que excitó los instintos antropofágicos de la dirigencia socialista de la provincia de A Coruña y de Ferraz. Hubieran preferido a un golpista al mando antes que a una regidora popular, igual que Vox elegiría a Franco antes que a Sánchez. Según el PSOE, Ucha incumplió un Código Ético que por lo visto es adaptable: permite investir a Rajoy sin castigo. En el acta de resolución, atribuyen 14 ediles a Santa Comba, cuando no puede haber número par. ¿Habrían bebido? xosé ramón r. iglesias