Términos técnicos nada convincentes o tomadura de pelo

“Hoy es un día con precio récord de la electricidad imputable al alto coste de los combustibles fósiles en los mercados internacionales y un diseño europeo del mercado que responde a modelos de generación del pasado con precios similares entre las distintas tecnologías. Nos preocupa enormemente la evolución del precio de la electricidad y su previsión para los próximos meses. En el gobierno nos propusimos facilitar el cambio estructural que necesitamos. No hemos parado y no lo vamos a hacer. Debemos seguir avanzando en medidas estructurales. Es imprescindible seguir impulsando las medidas de cambio estructural de nuestro sistema energético: invirtiendo en eficiencia, electrificación, renovables y funcionamiento adecuado del mercado”.

El galimatías anterior es parte de la explicación que Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, sobre el desmesurado precio de la luz en España. Una palabras que Manuela Carmena, licenciada en Derecho como la ministra, calificó como “llena de componentes y términos técnicos pero nada convincente”. Fue en el transcurso de una conversación en la Ser con Aimar Bretos, que horas antes había desmenuzado, con luz y taquígrafos, la realidad de la factura.

Carmena, nada sospechosa de tirar piedras contra el tejado de un gobierno progresista, reprochó a Ribera la incapacidad del ejecutivo para afrontar una grave problema y, sobre todo, que se escuden en que el sistema de la subasta era cosa de Europa cuando del mismo día el precio de la luz en Alemania era 20 euros más barato que en España... y en Polonia casi treinta. Algo que no gustó a la ministra, tremendamente molesta cuando se le preguntaba por las presiones que sufrían del lobby energético.

Tiene Ribera, pese a su licenciatura en Derecho, larga trayectoria profesional en cuestiones medioambientales y controla el tema y la legislación pero sus discursos tecnicistas no aportan seguridad a los ciudadanos; más bien al contrario, refuerzan sus críticas y la impresión de que el Gobierno les toma el pelo mientras las eléctricas les vacían las cuentas corrientes. Y dan la impresión de que no les importa demasiado esta situación: cuanto más elevada es la factura más ingresan por impuestos. Pese a la rebaja del IVA. j.a. Pérez