Rebajan la discapacidad a un niño de Ames y ponen en jaque su servicio de cuidador

Hechos: Roi G.R, vecino de Ames de 8 años, sufrió una parálisis cerebral que le obliga a llevar un corrector corto en cada miembro inferior (ortosis tobillo-pie), así como cinchas desrrotadoras. Consignación normativa: el Real Decreto 1971/1999 dice textualmente que le correspondería un grado de discapacidad del 15 % por la utilización habitual “de un” corrector (al ser dos, se elevaría el baremo al 30 por ciento). Resolución de Política Social de la Xunta: rebajarle la discapacidad consignada ya en un 34 al 15 por ciento lo que, entre otros perjuicios, provocará la retirada del auxiliar educativo de apoyo para Roi.

La cuando menos peculiar resolución autonómica obligará a que el chaval prescinda de ese respaldo con el que cuenta para desplazarse por el colegio, sobre todo a la hora de subir y bajar escaleras, pero también para realizar actividades estrictamente educativas con cuidador.

Pero es que aún hay más: la situación de este joven se ha visto agravada tras diagnosticarle el pasado mes de noviembre un trastorno por déficit de atención e hiperactividad, además de un trastorno de aprendizaje de la lectoescritura, por lo que a juicio de sus padres, y los facultativos consultados, no existe “motivo objetivo alguno para reducir el porcentaje de discapacidad”.

Y por si no convence a la Administración autonómica la lectura precisa de la guía del Imserso para valorar las situaciones de minusvalía, y que es la que emplean los órganos técnicos de valoración como base para hacer su trabajo, y tampoco tiene en cuenta el dictamen de los neuropediatras que tratan a Roi, sirva como testimonio el del Departamento de Orientación del colegio Cardeal Quiroga Palacios, constatando a finales de enero de este mismo año las “dificultades de equilibrio” que sufre Roi a la hora de utilizar las escaleras, caminar por terreno irregular o incluso “realizar marchas largas”, sin obviar su “inestabilidad en la marcha” o la “inmadurez psicomotora fina y dificultades en la escritura”. Estos son los motivos, según los especialistas educativos, “por los que cuenta con el apoyo” de ese imprescindible cuidador.

Por lo de pronto, desde la Xunta de Galicia han accedido a hacerle otra revisión al chaval, prevista para el 29 de este mes, ya que “a valoración que se realizou a Roi foi física, tal e como demandaron na solicitude de renovación da valoración de discapacidade que fixeron os pais”. Y es que, una vez obtenido los resultados (que arrojaron ese 15 % que a juicio de la familia debe de ser mínimo del doble ), los progenitores interpusieron una reclamación alegando que no se revisaron sus capacidades psíquicas, algo que según la Xunta debían de haber pedido expresamente, y que se retrasó tras fijarse para abril.