Debate abierto entre espeleólogos, arqueólogos e historiadores sobre el origen de la galería de O Pombal

Debate abierto entre espeleólogos, arqueólogos e historiadores sobre el origen de la galería de O Pombal. Después de que trascendiesen varias versiones de expertos que apuntarían a una posible construcción romana, la arqueóloga municipal, Lola Cerqueira, aseguró este jueves en una entrevista en Radio Galicia que se trataría de una mina de agua que se remontaría a la segunda mitad del siglo XIX.

Ante los micrófonos de la Cadena Ser explicó que la galería tiene una longitud total de sesenta metros, y que se diferencian dos partes: un primer tramo de veinte metros, que comienza en el acceso de la rúa de O Pombal y que se encuentra en “unas condiciones espectaculares de conservación”, seguido de otro ramal que tuerce hacia el sur, paralelo al Pombal, de otros cuarenta metros de longitud.

Este segundo tramo, señaló la arqueóloga, presenta “desplomes importantes”. “La galería original está bastante desfigurada porque estos desplomes han variado su altura”, indicó, antes de añadir que en el segundo tramo, el peor conservado, la altura del túnel varía entre 70 centímetros y 2,5 metros, debido a los derrumbes. “Tiene techo abovedado y está excavado en roca”, detalló, para luego añadir que el túnel “tiene final, que es el punto donde se documentan más desplomes”.

Sobre el origen de la gruta, sostiene que se trataría de una mina de agua. “Es una obra de ingeniería hidráulica”, dijo, al tiempo que aseguró que “desde el primer momento ya la situamos en la segunda mitad del siglo XIX. Es verdad que aún estamos trabajando sobre ello, pero la información que tenemos parece confirmar, a falta de estudios documentales más precisos, esa fecha”.

Con esto, detalló que una vez hallada en el primer tramo de la galería “encontramos desperdicios: cristales, restos de vajillas de 1950 y 1960, zapatos, dos reales de 1937... son los escombros que se acumularon en el primer tramo una vez que la galería se cierra”.

Cerqueira descartó rotundamente el origen romano de la gruta. “Nunca lo tuvimos en cuenta”, sentenció. “Hay que tener en cuenta el origen de Santiago y todo su desarrollo posterior; solo así encajan las piezas. Nunca contemplamos un origen anterior”, apuntó.

También avanzó que el túnel se va a proteger, “sin acceso al público”, y quedará con una puerta para poder acceder siempre que sea necesario o para futuras investigaciones. Asimismo, incidió en la necesidad de drenar todo el espacio. “A falta de estudios geológicos precisos, hay que tratar de evitar más desplomes”, explicó, al tiempo que comentó que también está pendiente revisar la documentación que existe en el archivo histórico sobre infraestructuras hidráulicas.

Por otro lado, la versión que apunta a una posible obra de origen romano también ha generado cierto revuelo en la Facultade de Xeografía e Historia. Ana María Suárez Piñeiro, profesora de Historia Antigua, sostiene que “dicir que as orixes de Santiago son plenamente romanas carece, hoxe en día, de toda base científica. Non hai fonte arqueolóxica ningunha que o avale”.

Afirma que Santiago “é unha cidade medieval e os restos romanos son moi escasos e tardíos. O suposto acueduto romano será, máis ben (terán que dicilo os arqueólogos), unha mina de auga ou un canal posiblemente de época moderna”. Añade que “sobran autores aos que acudir para coñecer as orixes históricas da nosa cidade como López Alsina, Portela Silva ou Suárez Otero, entre outros”.

Frente a estas versiones, se encuentra el estudio preliminar elaborado por un equipo de espeleólogos, encabezados por Francisco Martínez, un documento al que ha tenido acceso EL CORREO y en el que se hace referencia a la técnica romana ruina montium como posible origen del hallazgo. Los espeleólogos explican que las pluviales y la humedad que se genera en el interior provocan que el esquisto (tipo de roca) se ablande hasta el extremo de disgregarse y romperse en placas. Llegados a esta conclusión, señalan que “al igual que la técnica romana del ruina montium, el agua puede acabar colapsando todo este sector de la Alameda”.

La veracidad de lo recogido en el informe de los espeleólogos la confirma el concejal de Obras, Javier Fernández, quien señala que los especialistas en cuevas le indicaron que “la fisionomía de la galería tiene grandes similitudes a otras similares de origen romano”. Con esto, el edil, animó a los expertos a seguir investigando para llegar a una conclusión sobre el origen real de esta construcción.

La teoría romana también es defendida por el arquitecto especializado en Historia Carlos Sánchez-Montaña, quien sostiene que la construcción podría remontarse al siglo I.

Así las cosas, deben ser los diferentes expertos quienes se pongan de acuerdo para resolver la incógnita.