El ahorro de más de 2,5 millones de la USC con su plan le ha permitido convocar 92 cátedras este ejercicio

Conscientes de que la Universidade de Santiago de Compostela cuenta con una de las plantillas de profesorado más envejecidas del conjunto de España, la institución está realizando un esfuerzo en todo lo referente a las políticas de personal, algo que está pudiendo llevar a cabo en parte gracias a los resultados obtenidos con su plan de contención del gasto corriente, así como por la racionalización en el uso de los recursos y las medidas contempladas en su Plan de Estratexia Energética, puesto en marcha para hacer frente a los efectos derivados de la crisis energética.

Con un ahorro generado de más de 2,5 millones de euros a través de todas estas iniciativas, la USC contempla en su planificación para el presente ejercicio invertir parte de esa cantidad en una amplia batería de medidas, entre las que se incluye la renovación del personal docente e investigador, puesto que considera imprescindible que ese relevo se produzca de una forma gradual y planificada.  

El profesorado que se incorporó a la institución universitaria en la década de los ochenta y noventa del pasado siglo irá dejando las aulas en los próximos años, al alcanzar la edad de jubilación forzosa, dentro de un proceso que se irá intensificando hacia finales de esta década y comienzos de la de 2030, lo que sin duda le pondrá ante el desafío más importante en el futuro más inmediato.

La USC estima que este año el número de bajas del profesorado, incluyendo las jubilaciones forzosas y las que no lo son, se mantendrá estable con respecto a los ejercicios anteriores, situándose en torno a los cincuenta o sesenta profesionales.

Todo un reto para el que se propone incorporar nuevos docentes e investigadores, estabilizar al profesorado y personal investigador con contratos temporales y promover al profesorado acreditado para los cuerpos docentes de titular y catedrático de universidad.

Un ámbito este último el de los catedráticos en el que se ha puesto manos a la obra de forma inmediata para ofrecer una solución este mismo año a una problemática que arrastraba desde hace tiempo, y que le llevó a tener hasta 160 profesores titulares de universidad acreditados a la cátedra. Este mismo curso se han convocado ya 92 cátedras con base en la capacidad de la institución para desarrollar políticas de promoción derivadas del ahorro conseguido mediante la contención en el gasto y el ahorro, informa la USC. 

Los investigadores se ven como una prioridad para la USC

Además, y dentro asimismo del ámbito del personal con el que cuenta en la actualidad, tiene previsto estabilizar unas doscientas personas, de las que 113 pertenecen al colectivo de los investigadores y de apoyo a la investigación. 

Era uno de los grupos que estaban más precarizados y que para la USC fueron considerados como una prioridad de forma pionera dentro del sistema universitario español. Esta estabilización se llevará a cabo dentro del contexto de las reformas introducidas en el año 2021 en el ámbito de la legislación laboral y de la reducción de la temporalidad en el empleo público.

También en el apartado de la promoción de su plantilla, la Universidade de Santiago fue la primera del sistema autonómico gallego en implantar el reconocimiento de la carrera profesional del personal de administración y servicios, de forma que tuvieran la opción de ser promocionados horizontal y verticalmente, además de evaluarse su rendimiento profesional.

A todo ello se suma el esfuerzo de la Universidad compostelana por fomentar la capacitación y actualización de competencias de su personal, con el objetivo de renovar su valor en términos de recursos institucionales.

Para ello, la USC creó el año pasado un Centro de Formación de Personal cuya principal finalidad es planificar, diseñar, ejecutar y evaluar políticas formativas destinadas a su personal, tanto el de administración y servicios como el docente e investigador y el investigador. El objetivo, que estén alineadas todas estas iniciativas con las líneas estratégicas aprobadas por la institución universitaria y que respondan a las necesidades formativas detectadas.