Ángel Sesar: “El párkinson aún no tiene cura, es heterogéneo, pero se ha ganado de cinco a diez años en calidad de vida”

El neurólogo del CHUS dice que el reto es lograr un tratamiento que frene la enfermedad, ya que por ahora solo son sintomáticos

Sesar, coordinador de la unidad de Trastornos del movimiento del CHUS.

Sesar, coordinador de la unidad de Trastornos del movimiento del CHUS. / Koro martínez

Coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Párkinson mañana martes, 11 de abril, el neurólogo del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago Ángel Sesar moderará una jornada divulgativa organizada por el Grupo de Investigación de Neurobiología Celular y Molecular de la Enfermedad de Parkinson del Cimus y el Servicio de Neurología del CHUS en la Facultad de Medicina, y en la que participarán pacientes y personal sanitario relacionado con esta dolencia.

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El neurólogo del Clínico Ángel Sesar y la investigadora del Grupo de Neurobiología Celular y Molecular de la Enfermedad del Parkinson del Cimus, Ana Isabel Rodríguez, serán los encargados de moderar y conducir la jornada sobre esta patología que tendrá lugar este próximo martes en la compostelana Facultad de Medicina. Un encuentro en el que está previsto que participen integrantes de asociaciones de enfermos como Párkinson Galicia-Coruña, Acem: Asociación Compostelá de Escleróse Múltiple, Asociación Ourensana de Esclerosis Múltiple, Párkinson y Enfermedades Raras, Asociación Párkinson provincia de Pontevedra, Asociación Párkinson de Vigo y Asociación Párkinson Ferrol.

La jornada divulgativa contará con la asistencia de más de 250 personas, y en ella el catedrático José Luis Labandeira y los neurólogos Ángel Sesar, Gustavo Pajarín, Diego Santos y Carmen Labandeira impartirán charlas sobre las líneas de investigación actuales y futuras que se están contemplando en la lucha contra el párkinson, así como el éxito de medicaciones clásicas como la Levodopa y la implementación de tratamientos como el HIFU.

Además, representantes y afectados de los diferentes colectivos que han confirmado su asistencia compartirán con los especialistas y los investigadores su experiencia con la enfermedad.

Se trata de “un acto divulgativo en el que los investigadores básicos explicarán a los pacientes cómo se experimenta con los distintos fármacos en animales, y de qué forma y en qué condiciones esos ensayos pasan después a los seres humanos, y en el que los clínicos hablaremos de tratamientos presentes y futuros de la enfermedad”, subraya el también coordinador de la unidad de Trastornos del movimiento del Servicio de Neurología del Clínico en una conversación con EL CORREO.

Calcula que el Clínico trata a 1.700 pacientes, siendo la mayoría de ellos de Galicia, aunque también del exterior

Sesar asegura que esta cita representa una magnífica ocasión para poder compartir con los enfermos y “explicarles cómo pueden enfrentarse a esta enfermedad, puesto que muchas veces en la consulta habitual no disponemos del tiempo necesario, además de que este encuentro nos permite también poder intercambiar impresiones” sobre su situación.

Considera que la faceta divulgativa es muy importante y “hay que desarrollarla bien y de forma realista, ya que en numerosas ocasiones se habla de avances que no son realistas, se da demasiada importancia a determinados estudios que luego, cuando ves cómo están hechos o el número de sujetos, observas que no hay un camino fiable para establecer unas conclusiones, y menos si tenemos en cuenta que el hecho de que una terapia funcione en animales no significa que lo vaya a hacer igual en humanos”.

Sesar aclara que algunos de esos estudios científicos pueden servir, en cualquier caso, para avanzar en una enfermedad de la que en la unidad del CHUS “tratamos a 1.517 personas, a unas 1.700 en el Clínico porque no todos están en esta unidad”, y sobre su procedencia explica que si bien la mayoría son gallegos del área sanitaria, también los hay procedentes de fuera.

Convencido de que el principal reto en la lucha contra el párkinson está en “conseguir un tratamiento que frene la enfermedad porque en este momento no lo hay”, admite que por ahora se trata de terapias que “actúan sobre los síntomas y son muy efectivas, pero no interfieren en la evolución de la enfermedad”.

Reconoce que se desconoce el origen de la mayor parte de los casos de párkinson, sobre el que dice que “en realidad son diferentes enfermedades que confluyen en un mecanismo común”, y añade que al conocer el origen de solo algunos casos muy poco frecuentes “es muy difícil buscar un tratamiento que cure”, si bien recuerda también que existen diferentes líneas de investigación sobre las que se está trabajando.

El neurólogo recalca el hecho de que estamos ante “una condición heterogénea, que se manifiesta de diferente forma en cada paciente, con distintas necesidades, y que va avanzando también de forma distinta ajustando el tratamiento a cada enfermo”, y recuerda lo que le decían a él cuando empezaba en la medicina, insistiéndole en que “no os olvidéis de que no hay enfermedades sino enfermos”. Sobre las terapias con las que se está actuando en este momento, indica que han cambiado mucho a lo largo de los últimos años, y aboga por dar paso a las previstas para una fase más avanzada cuando con las primeras ya no se obtienen resultados, puesto que “cuando los fármacos orales dejan de hacer efecto, se puede recurrir a la cirugía”.

Es por ello por lo que Sesar dice que “los neurólogos estamos transmitiendo a los más jóvenes que si los fármacos de primera atención fallan, no hay que esperar, es importante darse cuenta de cuándo se necesita ese cambio de paradigma terapéutico, lo que proporciona una calidad de vida impensable antes”.

De hecho, asegura que “el paciente ha ganado entre cinco y diez años de calidad de vida” en los últimos tiempos, y aclara que la cirugía para esta enfermedad se empezó a realizar hace dos décadas, y que las terapias de infusión llevan empleándose unos quince años, pero tal vez se podrían indicar más.

Respecto al uso de la terapia con ultrasonidos de alta intensidad focalizada (HIFU), explica que “sin necesidad de abrir el cerebro, nos permite lesionar esa estructura que está funcionando demasiado y restaurar la actividad normal del cerebro”, aunque aclara que “funciona muy bien para el temblor, pero en el párkinson todavía no se ha podido generalizar, quizás en el futuro lo sea y permita cambiar el abordaje de esta enfermedad en sus fases avanzadas”.