El Parque de la Alameda se ha llenado un año más de las famosas atracciones. Ellas marcan, de hecho, el arranque de una de las fiestas compostelanas por excelencia. Y es que son, sin lugar a dudas, el mayor atractivo para niños y no tan niños. No faltan tampoco los puestos ambulantes, en los que se puede tomar un aperitivo o refrigerio para hacer un descanso entre atracciones.
La noria es, por descontado, la más atractiva. Con su altura de 52 metros preside la Alameda y puede distinguirse a lo lejos desde cualquier punto de la ciudad. Tal y como publicó EL CORREO GALLEGO hace unos días, el montaje arrancaba dos domingos atrás de la mano del equipo de Francisco Rodríguez. La comitiva se compone de nueve tráilers y en ellos llegan las piezas de la atracción estrella de la Ascensión. El equipamiento incluye una grúa con capacidad para mover hasta 1.150 kilos. Una parte de la flota de nueve camiones que viaja desde Andalucía está compuesta también por las viviviendas en las que tanto el propietario, Francisco Rodríguez, como los trabajadores pasarán las próximas semanas.
Con sus 52 metros de altura empata, junto a la que instala otra empresa, como la más grande de España, dentro de las que no son fijas. Rodríguez recuerda que cuando se construyó, allá por el año 92, “no existía noria tan grande en el mundo”.
La estructura estará en total unas tres semanas en Santiago. Cada jornada pueden subirse a ella unas mil personas y hasta “3.000 en los días muy buenos”. Después volverá a Santiago para las fiestas del Apóstol. A lo largo del año se instala también durante la Navidad en Vigo, en Sevilla, en Málaga, en Gijón (para la Semana Negra) y en Albacete.