Un laboratorio único en el mundo investiga desde Compostela la interrelación entre mente y entorno

Con una financiación de diez millones y 23 personas de 14 países en plantilla, es un proyecto liderado desde Santiago por el Incipit

Criado, Clark en la pantalla arriba, Martínez y Müller./ Antonio hernández

Criado, Clark en la pantalla arriba, Martínez y Müller./ Antonio hernández / koro martínez

Ambicioso proyecto y de envergadura el que echa a andar en el Laboratorio de Mentes Materiales del Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit-CSIC), con sede en la capital gallega, cuyo reto consiste, ni más ni menos, que en responder de una forma científica a la interrelación entre la mente y el mundo que ésta produce. Se trata, en palabras de su coordinador, Felipe Criado, de averiguar “de qué forma nuestros procesos cognitivos son modelados y no sólo modelan el mundo que producimos, de ver cómo se retroalimentan”.

Una cuestión que a lo largo de la historia se había planteado a nivel filosófico, pero que ahora se investiga científicamente en este laboratorio, dentro del proyecto Xscape Mentes Materiales. Estudio de las interacciones entre el cerebro predictivo, los artefactos culturales y la exploración visual, y en el que también participan el Instituto de Neurociencias de Alicante y las universidades británica de Sussex y alemana de Kiel.

Considerado único en el mundo por tratarse de “la única infraestructura científica que se destina de forma específica al estudio cognitivo de las relaciones de los seres humanos con el entorno material”, según Criado, el laboratorio cuenta por ahora con una plantilla de 23 personas procedentes de 14 países, y que se ampliará en los próximos meses.

La sede del laboratorio de Mentes Materiales del Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit-CSIC), situado en la Ciudad de la Cultura desde 2019

La sede del laboratorio de Mentes Materiales del Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit-CSIC), situado en la Ciudad de la Cultura desde 2019 / CSIC

Con una duración de seis años, tiene una financiación de diez millones de euros procedentes del Consejo Europeo de Investigación, obtenida en uno de los concursos más exigentes en ciencia a nivel europeo, “no sólo por la cantidad que aporta, sino por el nivel de competitividad que exige, y en el que sólo un 6 % de las propuestas obtuvo financiación”, tal y como subrayó ayer el también director del Incipit, quien señaló que participan arqueólogos, neurocientíficos, psicólogos y filósofos.

Tras insistir en que para responder de forma eficaz a lo que plantea el proyecto es necesaria una infraestructura, apuntó que “parte de nuestra misión es construir esas infraestructuras que permitan hacer mejor ciencia y abran la puerta a nuevos proyectos de investigación y de sostenibilidad”.

Participante en una rueda de prensa conjunta junto a los otros tres investigadores principales, Luis M. Martínez, Johannes Müller y Andy Clark, quien tuvo que intervenir telemáticamente por estar enfermo de covid, consideró sobre la obra de éste último La mente extendida como una “venturosa casualidad el 25 aniversario de su publicación y el inicio del proyecto” que, según el propio Andy Clark, “entonces era solo un pie de página a una idea filosófica muy extensa”. Una idea centrada en estudiar cómo la materialidad que creamos se convierte en parte de nuestro cuerpo, ayudándonos a interactuar y percibir y comprender mejor el mundo que nos rodea.

Investigador del CSIC en el Instituto de Neurociencias de Alicante, Luis M. Martínez dijo que “para medir cómo se transforma la mente al producir se estudiarán los movimientos oculares, que revelan gran parte del interés, sorpresa o estrés; pero también tenemos capacidad para medir otras respuestas fisiológicas como la actividad cardíaca o de la piel, y podremos extraer con modelos matemáticos otras conclusiones y plantear nuevas teorías”.

Recordó que “captamos un 1 % de lo que nos llega y usamos nuestro conocimiento de muchos años para reconstruir ese mundo y hacer una hipótesis sobre lo que veo”. De ahí que “más que percepción de la realidad es predicción de la misma; mientras todo encaja me relajo, pero si hay un error se desencadena una respuesta neurológica y fisiológica que me hace explorar y cambiar mi modelo íntimo del mundo, el mundo en sí, o ambas cosas a la vez”.

Johannes Müller, director del Instituto de Arqueología de la Universidad de Kiel, destacó el valor arqueológico del laboratorio y dijo que “en el instituto estamos interesados en los momentos de transformación de la sociedad, estudiando esos cambios nos ayuda a enfrentar los nuestros; estudiando los objetos y paisajes de diferentes épocas nos pueden dar una respuesta importante”.

Clark aseguró que en un universo tecnológico como el actual es obvia la interrelación, pero “en el natural también hay muchos ejemplos, ya que si dos personas son pareja y una de ellas recuerda los restaurantes, la otra se olvida”.

Criado apuntó a su vez la interrelación con las diferentes arquitecturas, ya que “nadie se mueve igual en una casa rural que en un palacio, en el Obradoiro o en el Valle de los Caídos”, y recordó que “los dictadores han sido muy buenos en saber cómo se podía condicionar la impresión de la gente, domesticar y controlar a través de la arquitectura, obligando al espectador a posicionarse de forma distinta”.

Clark indicó que “estamos buscando sinergias, trabajamos todos juntos y en distintos campos de diferentes disciplinas para ver si hay una correlación o es una casualidad lo que estamos viendo”, y añadió que “vamos definiendo los experimentos a medida que avanzamos en el desarrollo de muchos aspectos”.

Preguntados sobre la aproximación desde el punto de vista científico a un planteamiento que hasta la fecha se había desarrollado sobre todo en el campo de las humanidades, y sobre la eterna división entre ciencias y humanidades, Martínez negó esta divergencia en su laboratorio, donde “utilizamos la magia como estímulo cognitivo, que es de lo más fácil para inducir sorpresa e incertidumbre con una red, sin un efecto secundario negativo”. De hecho, recalcó que con este proyecto científico “generamos una comunidad nueva, con un lenguaje común, y ésa es la mejor forma de derribar ese falso muro entre ciencias y humanidades”.

También ayer hubo cabida para la magia con Xpectaculo: La magia de las mentes materiales. Diseñado por Luis Martínez con Jordi Camí y el mago Miguel Ángel Egea, se presentó en el Salón Teatro con el aforo completo y más de cien personas en reserva.

LLAMAMIENTO

Invitación a la participación de voluntarios

El proyecto contará con un comité ético autónomo y contempla la puesta en marcha de numerosos experimentos con muchas personas, ya que se prevé realizar hasta cuarenta con unos mil participantes. Felipe Criado quiso hacer un llamamiento activo a colaborar a todos aquellos que estén interesados, quienes pueden obtener más información sobre esta iniciativa en https://xscape_project.eu.