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ALQUILERES IMPOSIBLES

Arranca la ‘carrera’ por encontrar piso con largas colas en Santiago: “Los precios son muy altos”

La escasez de viviendas asequibles en la capital gallega complica la vida a los universitarios

Con la regulación del Concello sobre viviendas turísticas se espera una mejora en la situación

Estudiantes esperan en la entrada de la inmobiliaria Julio Gerpe para mirar pisos, durante la mañana de este lunes / ANTONIO HerNández

Estudiantes esperan en la entrada de la inmobiliaria Julio Gerpe para mirar pisos, durante la mañana de este lunes / ANTONIO HerNández

Jorge Maril

Santiago

Comienza julio y aunque todavía no ha acabado el curso académico, debido a que todavía quedan recuperaciones por hacer, los estudiantes empiezan a buscar piso para el próximo curso antes de irse de vacaciones. Por eso, el primer día de julio ya ha amanecido con largas colas en las inmobiliarias de Santiago, como las que se produjeron en la oficina situada en la avenida de Vilagarcía. La escasez de viviendas se ha convertido en un obstáculo importante para los estudiantes que buscan alojamiento durante el curso académico. La demanda de pisos está en aumento, pero los que se ponen al mercado no son suficientes, lo que provoca un incremento considerable de los precios.

Ante esta situación, la desesperación entre los estudiantes es tan grande que cualquier vivienda encuentra posibles inquilinos en muy poco tiempo. Este desequilibrio tiene varias consecuencias. Por un lado, los estudiantes se ven obligados a hacer largas colas delante de las inmobiliarias y a aceptar pisos caros que no suelen estar en buenas condiciones, tal y como indica Sara Sanz, alumna de 4º de Psicología: “Muchas de los pisos tienen humedades, están sucios, son viejos y caros. Preguntamos en varias inmobiliarias y por menos de 800€ es imposible obtener un piso”.

Por otro lado, los estudiantes suelen elegir compartir piso con otras personas para no pagar tanto, como eligió Marcos Santiago, estudiante de Comunicación Audiovisual, que comparte el piso con tres compañeros. “El año pasado teníamos un piso para tres personas bien localizado por 550€. Este año igual tenemos que meternos en un piso de 600-700 € sin verlo”, destaca.

Los estudiantes también ponen el foco en el trato recibido por los dueños, quienes alquilan los pisos aún sabiendo que tienen gente citada para verlo. Carla López y su familia cuentan que tenían cita para ver un piso, pero su dueño no apareció: “A las 11:30 quedamos para ver un piso y el dueño no llegaba, lo llamamos y nos cortó la llamada. Al ocurrir esto, le mandamos un mensaje y nos dijo que ya lo tenía alquilado. No nos pidió ni disculpas”.

Y tal es la necesidad por encontrar piso que algunas personas pagan más de lo que se le pide para poder quedarse con la casa. Xulia García, Aitana Argibay y Zaira Fernández fueron víctimas de esto. “En nuestro caso hemos tenido la experiencia de que le dieron el piso a unos por pagar 1 mes más que nosotros y nos lo quitaron”, señalan.

Para elegir los pisos, la inmobiliaria Julio Gerpe utiliza el sistema de orden de llegada. La inmobiliaria abre a las 10 de la mañana y tienen preferencia los que llegan primero. Afirman que antes se le daba la llave a los estudiantes para que fuesen a ver los pisos, pero tras una serie de problemas con las llaves han dejado de hacerlo. Las visitas a los pisos empiezan hoy. En relación a lo que demandan los estudiantes, los pisos más buscados son aquellos que tienen ascensor. Además, las viviendas que están cerca del Campus Vida tienen más éxito. Y si nos fijamos en los barrios que más se demandan, encontramos al Ensanche como el favorito de la gente, aunque la condición de barrio favorito por la gente encarece bastante los precios en esta zona.

Hoy en día, Santiago tiene un problema muy grave en materia de viviendas. El tirón que tiene el turismo en la ciudad y el emergente negocio de las Viviendas de Uso Turístico (VUT) han provocado un cambio en la oferta de viviendas en la ciudad. Que cada vez haya más demanda que oferta dificulta no solo a los estudiantes, sino que también a aquellas personas que quieran venir a trabajar a la ciudad y que para hacerlo tienen que irse a vivir a las afueras de Santiago.

Tras la aprobación del Concello para regular las viviendas turísticas y la construcción de la residencia de estudiantes situada en Galeras, donde antes estaba el Hospital General, se espera que la situación de las viviendas mejore y empiecen a caer un poco los precios de los alquileres.

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