Un baño en la fuente de Praterías vuelve a generar polémica por el trato al patrimonio histórico compostelano

Pocos días después de que apareciese una pintada en una de las piedras de la Fuente de los Caballos. "A y G se bañaron aquí", el icónico elemento de la Praza das Praterías volvió a ser el centro de atención. Este jueves, 8 de agosto, la TVG grabó a un hombre refrescándose en la propia fuente.

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El pasado lunes 5 el presidente de la Asociación para a defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apatrigal), Carlos Henrique Fernández Coto, ya advertía del efecto llamada que empezaban a tener estos actos que afectan al patrimonio de Santiago: "Hay que atajar ya estas prácticas porque pueden convertirse en algo viral y acabar siendo un rito de los peregrinos".

En esta ocasión, en las imágenes compartidas por la cadena pública en sus redes sociales se puede ver como un visitante no tuvo ningún reparo en meter las piernas en el agua para refrescarse. Un comportamiento, que, por otra parte, no está permitido. La escena, abrió un debate en redes con posturas enfrentadas sobre el hecho ocurrido.

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Muchos usuarios en redes sociales lamentaron y criticaron el comportamiento irrespetuoso. "Si le metieran 300.000 euros de multa se le quitaba la tontería" o "ni es la fuente adecuada ni el sitio correcto, para algo existen lugares habilitados", son algunos de los comentarios compartidos en la publicación. Además, otros usuarios mostraron el poco respeto que tienen estas personas por los elementos del patrimonio compostelano: "todo es cuestión de educación y respeto".

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Por otro lado, también fueron bastantes los mensajes que restaban importancia a lo sucedido, considerándolo algo normal ante las altas temperaturas de este agosto."Bueno... ya multa por todo, no está haciendo nada grave", "¿dónde está el problema en que alguien se refresque en una fuente en el mes de agosto?" o "bueno, le apetecía darse un baño, que tiene de malo eso", son algunos de los múltiples comentarios defendiendo la actitud y el comportamiento del hombre.

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Con esta nueva polémica, los actos y comportamientos que dañan el patrimonio histórico de la ciudad compostelana no dejan de sucederse desde comienzos del verano.