Cornes-Carril, la primera línea ferroviaria gallega

Nada más comenzar la década de 1860, la Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago de Compostela, ante la postración económica y social en la que se encontraba Galicia en aquella época, concibe la idea de hacer un tendido ferroviario entre Santiago y la ría de Padrón en Pontecesures, que ya en Junta General que tuvo lugar el 18 de julo de 1859 en la sala abacial del Monasterio de San Martiño Pinario en Santiago de Compostela, su Vicepresidente José Manuel Sánchez Villamarín planteó una moción que consistía en solicitar la concesión de una línea de Caminos de hierro que conectara Compostela con Padrón.

“Cornes-Carril se hizo a espaldas de la guerra localista ferroviaria”

Se trataba de un trazado estratégico que permitiría dar salida a los productos naturales de la zona para su distribución y comercialización y, por otro lado, posibilitaría la llegada de materias primas necesarias para la puesta en marcha de la incipiente industria Compostelana.

Tal y como se expresa en la Revista Económica: Jornal agrícola, artístico y comercial, publicación de la Sociedad Económica de Amigos del País RSAPS: “Este ferrocarril haría realidad el viejo sueño de convertir Santiago en puerto de mar y esto suponía un renacimiento de la riqueza y progreso como la que supuso los comienzos de la era cristiana con la llegada, también por mar, del cuerpo del Apóstol Santiago”

La idea era de tal envergadura económica que lo primero que hace la Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago es darla a conocer al Ayuntamiento de Santiago, que ve en el proyecto una oportunidad para el desarrollo territorial de la comarca.

En febrero de 1860 se crea una comisión mixta, Concello-Sociedad Económica RSEP-S, denominada: “Junta Encargada del Proyecto de Vía Férrea de Santiago a la Ría de Padrón”; presidida por Joaquín Caballero Piñeiro y de la que formaría parte el insigne geógrafo gallego Domingo Fontán.

Se puede decir, sin ninguna duda, como decía el profesor Filgueira Valverde casi 90 años después, que “la llegada del ferrocarril a Galicia fue causada más al empeño de los intelectuales que a los capitalistas o ingenieros de la época”.

Este hecho es puesto en conocimiento en la ciudad de Santiago de Compostela a través de un bando de su alcalde Fernando Núñez, que dice: “Al pueblo Compostelano pertenece entera la gloria por haberse atrevido a concebir, desarrollar y llegar al estado actual, un proyecto tan grandioso y presagio halagüeño de un porvenir feliz para la ciudad”.

La inauguración de Cornes-Carril

Y por fin, tras once años de trabajos intermitentes, concluyen las obras ya a mediados de agosto de 1873.

Por su parte, la corporación municipal manifestaba su disgusto por lo distante que queda la estación de Cornes del centro urbano, (por aquel entonces municipio de Conxo, y desde el 15 de mayo de 1925 de Santiago de Compostela).

A pesar de ello, la corporación santiaguesa tuvo que apelar al patriotismo para organizar los actos inaugurales ante tan importante evento histórico, es por ello que el diario de Santiago resaltaba el hecho de “convertir Santiago en puerto de mar, vicisitudes sin cuento, defecciones y miles de contratiempos entorpecieron su realización. Pasémoslo por alto” y publica un bando municipal para convocar a todos sus ciudadanos que dice los siguiente:

“La monumental ciudad de Compostela, la Roma de occidente, verá con júbilo lucir el ansiado día en que la locomotora le acerque a uno de los mejores puertos en este antiguo Reino. Al esfuerzo de sus mejores hijos debe este acontecimiento e invita a Galicia entera para que se venga a asociarse al regocijo que tributa gratitud a estas eminencias y celebra tal suceso”

Así que a las 11:45 horas se formó una batería de cuatro locomotoras de vapor inglesas de doble eje acoplado, con los nombres, Montero Ríos, Coruña, Santiago y Jerez, junto con los coches. Entre el entusiasmo popular se calcula que viajaron mil quinientas personas.

En el acto solemne el penitenciario Sr. Palacios en un altar construido al efecto, bendice las cuatro locomotoras, los actos contaban con música y engalanamiento de la estación y las locomotoras. Entre otras actividades se soltó al aire unos globos aerostáticos y se dejaron caer sobre el público presente una lluvia de pañuelos bordados.

Del lanzamiento de 1910 al grave accidente de hace dos décadas: globos aerostáticos en el cielo de Santiago

La empresa fue conocida con el pomposo nombre de “Real Sociedad del Ferro-Carril Compostelano de la Infanta Doña Isabel de Santiago al puerto de Carril”. La reina Isabel II concedió esta marca real a El Compostelano y a su hija la Princesa de Asturias Dña. Isabel (comprometió 200 acciones a nombre de la joven).

Dicha Sociedad estaba constituida por diversos personajes de cierta relevancia del mundo de las artes y los negocios, siendo Eugenio Montero Ríos su presidente en el momento de la inauguración, el cual ostentó su condición de diputado en las Cortes Constituyentes de 1868 y ministro de Gracia y Justicia en 1870, en el Gobierno del General Prim. 

En 1880 se hace cargo de la gerencia del Compostelano el inglés Mr. John Trulock. Como la mayoría del capital pasó a manos inglesas, en 1886 cambia la denominación de la compañía ferroviaria que a partir de entonces pasa a llamarse “The West Galicia Railway Company Limited” o el “Te Bes”, trasladando su sede social y el consejo de administración a Londres, aunque la gerencia permanecería siempre en Vilagarcía de Arousa. Anteriormente, durante una época, la sede de la Gerencia había estado en Santiago de Compostela.

Cornes: de primera estación de ferrocarril de Santiago a multipremiado residencial

En estas comarcas afectadas, fue cuna de importantes escritores, narradores y trovadores gallegos en la ría arousana y la comarca como Rosalía de Castro, Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, Camilo Jose Cela, Ramón del Valle Inclán, Manuel Murguía y Masito Beiró.

Características de la línea: este primer tramo de 42 kilómetros de hermoso recorrido, bordea la franja lateral de la ría de Arousa y la bella isla de Cortegada, así como los ríos Ulla y Sar, abarcando un importante patrimonio cultural y paisajístico a lo largo de su trazado, destacando la Casa Museo de Rosalía de Castro, el Jardín Botánico, Fundación Camilo José Cela; las Torres del Oeste de Catoira, las playas de la Concha, Compostela y Bamio en Vilagarcía; el embarcadero fluvial de ruta Xacobea de peregrinos del Mar de Arousa en Pontecesures, la ermita de A Escravitude y el área recreativa de Vilarello en Valga, suponiendo todo ello un importante atractivo y reclamo turístico.

Las infraestructuras más destacadas del trazado serían, los túneles del Faramello y Conxo; así como dos puentes metálicos: Conxo A Fervenza (A Ponte de Ferro), sobre este puente hay un dicho que dice lo siguiente: “Los de Conxo son valientes, llevan el puente de hierro atravesados en los dientes”; y otro entre Pontecesures y Padrón, sobre el río Ulla, denominado Insua. Con las estaciones de Carril (Vilagarcía-Praia), convertida actualmente en un Museo ferroviario MUFEVI, Catoira, Pontecesures, Padrón, A Escravitude, Osebe, Casal y Cornes.

*Carlos Bellán Ruiz es autor del libro "Del ferrocarril compostelano a la alta velocidad" y presidente de la Asociación Compostelana de Amigos del Ferrocarril