El precio de la vivienda en alquiler en Santiago subió 12 veces más que el de venta en la última década
Por un inmueble de características similares se pagaría una cuota de 600 euros de hipoteca frente a los 900 por el arrendamiento

Un joven pasando por delante de una inmobiliaria en Santiago de Compostela / Jesús Prieto

“La gente lo tiene claro, si puede comprar se mete a una hipoteca”. Así resume Vicente Martínez, vicesecretario de la Asociación Galega de Inmobiliarias, la situación del mercado en Santiago ante el considerable aumento de los precios del arrendamiento en la última década. Según los datos del portal Idealista, uno de los más usados para la búsqueda de vivienda, en la capital gallega el metro cuadrado de alquiler se ha disparado doce veces más que el de la venta.
El precio medio del arrendamiento en Santiago es ya el más elevado de la serie histórica del portal inmobiliario. Con 9,2 euros por metro cuadrado se ha encarecido un 61% con respecto a septiembre de 2014, cuando se pagaban 5,7 euros. La vivienda en venta también ha subido, pero el incremento se ha quedado en el 5%, de 1.920 euros en 2014 a los 2.016 actuales. Martínez explica que ahora mismo se paga bastante menos por la cuota mensual de la hipoteca que por un arrendamiento en la ciudad. “Depende de los barrios y del tamaño, pero un piso que en alquiler cuesta ya unos 900 euros, por un inmueble de características similares en venta las cuotas andan por los 600 euros”, asegura el también responsable de la Inmobiliaria Apóstol.
Hay que tener muchos ahorros
El problema es que para poder acceder a la hipoteca hay que contar con una bolsa de ahorro importante para la entrada, de la que buena parte de la población no dispone. En estos momentos, señala el vicesecretario de Agalín, los bancos suelen ofrecer prestámos por el 80% del valor del inmueble. “En obra nueva actualmente es muy difícil encontrar algo por menos de 200.000 euros”, indica Martínez. “Entre los impuestos y la entrada es necesario contar con unos 72.000 euros de ahorro”, apunta. En un reciente informe de Agalín, la asociación detectó que más de la mitad de las viviendas que se venden en la capital gallega (aproximadamente el 55%) están ya por encima de los 300.000 euros. Las que cuestan menos de 200.000 euros representan sólo aproximadamente un 25% de las que hay en un mercado con cada vez menos oferta. Pese a que los precios se han disparado, Martínez afirma que sigue habiendo demanda y se acaban vendiendo los inmuebles.
El vicesecratario de Agalín destaca las ayudas públicas puestas en marcha por la Xunta para facilitar a los jóvenes la compra de vivienda. Destinadas a menores de 36 años, ofrecen un 15% para la entrada del piso y también una reducción de los impuestos. “Es una cantidad de ahorro más accesible, para un piso de 200.000 euros llegaría con disponer de unos 10.000 euros”, explica. Sin embargo, Martínez indica que “los que compran con menos de 36 años son minoría porque a menudo no tienen aún estabilidad laboral”.
Compartir por 300 euros
Para la población que no dispone de ahorro suficiente para meterse a una hipoteca, las opciones para encontrar vivienda en alquiler son cada vez más complicadas. Martínez señala que hasta hace poco tiempo, muchos se desplazaban a los municipios del entorno como Ames o Teo a la búsqueda de precios más asequibles. Pero ahora ya tampoco los encuentran. “Hay una falta muy grande de vivienda en alquiler y ahora la periferia está igual de saturada que el núcleo principal, por lo que los pisos en Milladoiro o Bertamirans también están muy caros”, asegura el responsable de la Inmobiliaria Apóstol.
Ante la carestía de los precios se ha disparado otro mercado que antes era solo empleado por los estudiantes, el del piso compartido. “Cada vez hay más gente de cierta edad, gente ya trabajadora que tiene que recurrir a esta opción”, subraya Martínez. Los precios también han subido y por una habitación de media se reclaman ya unos 300 euros. Para vivir una persona sola sin compartir, lo mínimo que se puede encontrar en la capital gallega en estos momentos, según el vicesecretario de Agalín, son estudios con una única estancia que aglutine la sala-cocina-dormitorio. “Rondan ya los 400 euros y si son algo amplios se piden 500”, indica.
Viviendas vacías
Pese a que no hay suficientes pisos ni en venta ni en alquiler y los precios se disparan, el Instituto Nacional de Estadística recoge que hay unas 6.000 viviendas vacías en la ciudad. Martínez cree que la estadística está abultada y, además, “muchas no están habitables” y necesitarían importantes reformas. “La Xunta sacó un plan hace dos años para poner viviendas en alquiler, limitando el precio, en Santiago eran unos 600 euros, se les ofrecía seguros de impago a los propietarios y hasta 18.000 euros a fondo perdido para que los rehabilitasen, y ni aún así salieron al mercado”, resalta el vicesecretario de la asociación inmobiliaria.
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