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Más de la mitad de los compostelanos rechaza el tipo de turismo que visita la ciudad

Un estudio de la USC muestra que la percepción negativa pasó del 28 % a más del 50% en la última década

Jornada sobre el impacto del Camino de Santiago celebrada en el Museo do Pobo

Jornada sobre el impacto del Camino de Santiago celebrada en el Museo do Pobo / Antonio Hernández

Natalia Sequeiro

Natalia Sequeiro

Santiago

Santiago es la ciudad española con mayor presión turística. En los últimos años ha recibido a casi 10 viajeros por cada habitante, una cifra más alta de la que soportan destinos como Granada, Palma o Barcelona. El constante incremento de visitantes comienza a resquebrajar la convivencia en barrios como el de San Pedro o la ciudad vieja y a aumentar la percepción negativa sobre el tipo de turismo que predomina en la capital gallega. Desde hace más de una década, la red de investigación Galabra de la Universidade de Santiago realiza encuestas a la población para conocer su opinión sobre el fenómeno que ha impulsado el Camino de Santiago. La última se hizo la pasada primavera y refleja un claro aumento de la percepción negativa. Más de la mitad de los compostelanos rechazan ya el tipo de turismo existente. 

El profesor de la USC y director de la red Galabra, Elías Torres Feijó, presentó ayer los resultados del informe a los vecinos de San Pedro y el casco histórico. Las asociaciones A Xuntanza y Fonseca organizaron en el Museo do Pobo la jornada «Impacto do Camiño nos nosos barrios». Torres explica a EL CORREO GALLEGO que en la última década se ha incrementando notablemente el rechazo al modelo turístico actual. En las primeras encuestas el 59% de la población aseguraba estar de acuerdo con el tipo de viajero que visitaba Compostela y sólo un 28% se manifestaba en contra. «Ahora esa percepción negativa sube casi 25 puntos», recalca. Para confeccionar el estudio se realizaron encuestas a más de 900 personas de los ayuntamientos de Santiago, Ames y Teo. 

«Vida perturbada»

El investigador recalca que, además, en barrios como el de San Pedro, entrada del Camino de Santiago, «el rechazo al tipo de turismo aumenta de manera muy relevante». Pese a que los habitantes de municipios limítrofes como Ames o Teo no están en contacto tan directo con los turistas, el estudio muestra también que sus opiniones son parecidas a las de los compostelanos. «La gente ve que sus modos de vida cada vez están más perturbados», subraya Torres, quien asevera que la encuesta refleja una resistencia muy alta por parte de los compostelanos a que la «zona vieja sea reservada para el turismo».

La Catedral cada vez menos "querida"

El informe destaca también que la Catedral de Santiago sigue siendo considerada por los vecinos como un lugar «emblemático» de Santiago. Sin embargo, «cuando se les pregunta por lugares queridos y apreciados la Catedral baja a niveles extraordinarios», indica el director de la red Galabra. Sólo el 5% de la población la incluye en esta categoría. Los santiagueses citan sobre todo a los parques y a la zona vieja como los lugares que más aprecian. 

La Catedral y el casco histórico de Santiago (vistos desde el Monte Pedroso), motor turístico de la ciudad compostelana

La Catedral de Santiago también pierde adeptos: son menos los que la aprecian como uno de sus rincones favoritos de Santiago / Antonio Hernández

Cambio de perfil

La investigación refleja, además, que los compostelanos demandan un cambio en el perfil de turista que llega a la ciudad del Apóstol. El visitante deseado sería una persona «educada y respetuosa con los locales y la ciudad, seguido de una persona informada con un interés real por la ciudad, su cultura y su historia», apuntan las conclusiones del informe. Torres indica que para lograr atraer a este tipo de visitantes sería fundamental «cambiar el discurso». En la narrativa de Santiago de Compostela hacia el exterior, indica, «la comunidad local no existe», subraya el investigador. «Existe patrimonio, existe Camino de Santiago. Para la gente de fuera Santiago es la Catedral, es una ciudad sin gente», asevera el investigador quien considera que en los discursos sobre la ciudad desde los años 70 se ha obviado al capital humano. «Ni en la Iglesia Católica ni en la Unesco cuando habla de patrimonio de la humanidad, ni en narrativas que tuvieron mucho éxito como la de Paulo Coelho, se ha tenido en cuenta a la población de Compostela», asevera.

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