A Sionlla de Abaixo exige medidas para calmar el tráfico y proteger a peatones: «Vivimos cun medo constante»

«Vivimos con medo constantemente, porque o perigo témolo na porta da casa». Son palabras de los vecinos de A Sionlla de Abaixo, en Santiago. La carretera Nacional 550 se ha convertido en su peor pesadilla. «Incluso nos relacionamos menos entre nós, porque só de pensar no que supón cruzar a estrada quítanos as gañas de ir á casa do veciño». El denso tráfico que circula por esta vía, unido a las «altísimas» velocidades, la falta de iluminación y la inexistencia de aceras ha generado una situación de extrema inseguridad vial, tal y como ha podido comprobar EL CORREO GALLEGO en una visita a la zona. 

Se trata de un tramo de unos dos mil metros, comprendido entre los puntos kilométricos 53 y 55. «A intensidade do tráfico é tremenda. E as velocidades tamén. Está limitado a 80 pese a que é un tramo no que hai moitas vivendas, ademáis dun colexio e unha ferretería; pero a sensación que temos é que a maioría circula a velocidades moi por enriba da limitada».  

Señalan que el simple hecho de ir a tirar la basura o llevar a los niños al CEIP Arquitecto Casas Novoa, lo cual implica cruzar la carretera nacional, es cada día una operación de alto riesgo. «Aquí non deixan de pasar coches en ningún momento do día, non hai paso de peóns nin nada. Nas horas punta, cando ao tráfico habitual se suman os autobuses escolares e os coches das familias que veñen traer ou recoller aos nenos do colexio, a situación agrávase aínda máis», explica Cruz Vázquez, presidenta de Ferusa, que recoge las preocupaciones de los vecinos de A Sionllla de Abaixo. A esto se suma la contaminación acústica que genera el denso tráfico a alta velocidad. 

Además, se trata de un trazado en el que hay accidentes con cierta frecuencia, el último hace apenas tres semanas. «Un camión empotrouse contra unha casa e os restos do sinistro aínda seguen aquí, porque non pasou o perito», declaran los vecinos señalando los cascotes de la partes destrozadas. 

Falta de aceras, una deficiencia grave

La falta de aceras es otra de las «deficiencias graves» que denuncian los residentes de este entorno. Básicamente, no existen. Los peatones tienen que transitar por el arcén de la carretera, en algunos puntos muy estrecho y con el pavimento irregular o completamente destrozado. De hecho, una vecina sufrió hace unos días una grave caída cuando caminaba por la orilla de la carretera y se precipitó sobre el foso que da acceso a una vivienda, el cual Ferusa solicita que se señalice, proteja con una valla o corrija el desnivel con respecto a la carretera. «Chovía, ía co paraugas, non vin o foso e caín dunha altura de case dous metros. Non me matei de milagro, pero o golpe foi tremendo e destrocei toda boca», relata la afectada. 

Lo cierto es que no solo los vecinos tienen que andar con mucho ojo en este tramo, ya que los peregrinos del Camino Inglés también se ven en peligro a diario cuando atraviesan esta zona zarandeados por el desplazamiento de coches o camiones. Al igual que los usuarios del CEIP Arquitecto Casas Novoas, los clientes de un conocido restaurante que se sitúa en la zona o los de la también conocida ferretería, una de las más concurridas de Santiago, según los vecinos. 

Ante esta situación, Ferusa ya ha contactado con el Concello de Santiago y con la Demarcación de Carreteras del Estado. El concejal de Tráfico, Xan Duro, se ha desplazado a la zona para conocer de primera mano la gravedad del problema. «Asegurounos que vai instar á Policía Local e ao destacamento de Tráfico da Garda Civil a facer informes sobre a situación da circulación rodada neste tramo», indica Cruz Vázquez.

La sensación de inseguridad no solo se vive en el punto que conecta la N-550 con el acceso al Casas Novoa, sino que el tramo que se considera peligroso comienza antes, en el kilómetro 53. Ya a la altura del cruce que enlaza con el acceso al centro sociocultural de Enfesta, la iglesia y otros núcleos de población. En esa zona se acaba de declarar un pequeño trazado como travesía urbana, aunque «só a efectos urbanísticos, o que establece unha distancia para construir con respecto á estrada, pero non limita a velocidade da circulación rodada», sostienen los residentes. 

Como posibles soluciones a la peligrosidad del tráfico, los vecinos piden que se instalen pasos de peatones regulados por semáforo, que se mejore el alumbrado público, que se instalen barreras de protección y se construyan aceras, además de corregir los fosos y otros elementos arquitectónicos que dificultan la accesibilidad y ponen en peligro a los peatones. También plantean la posibilidad de que se establezca la gratuidad del tramo de la autopista AP-9 entre Sigüeiro y Santiago, «o cal sacaría moitos coches desta carretera». 

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