La historia escondida tras el nuevo mural que sorprende en Santiago

Dos niños cogidos de la mano que se dirigen a casa. Esta es la imagen que puede verse en el nuevo mural que luce Santiago, el cual no deja de acaparar la atención de muchos vecinos que lo vieron crecer en los últimos días.

Una singular intervención artística que se suma a las numerosas que ya iluminan diversos rincones de la capital gallega.

En esta ocasión, la fachada que sirvió a modo de lienzo de la obra se encuentra en el barrio de Pontepedriña, más concretamente en la rúa de Canfranc.

Inaugurado esta misma semana, detrás de este trabajo está Concepto Circo Graffiti, un colectivo especialista en transformar espacios mediante el arte urbano. En conversaciones con EL CORREO GALLEGO explican cómo ha surgido la intervención, así como el mensaje escondido tras el mural.

La infancia

Tras una "dura" semana de trabajo, marcada por las condiciones meteorológicas tan características de Santiago, el mural ya luce su máximo esplendor.

Según explican desde Concepto Circo Graffiti, fue propuesto por Aldeas Infantiles con el objetivo principal de visibilizar la protección a la infancia y, más concretamente, sobre su programa de acogida AcogES+.

Fue Benito Lara, un colaborador de la organización, quien se puso en contacto con los artistas y con quien mantuvieron contacto durante el proceso de diseño y planificación.

Así, Lara les facilitó información y datos pertinentes sobre cómo funcionan los programas de acogimiento familiar en Galicia.

Una pareja de hermanos

"Teníamos claro que los niños debían ser los protagonistas", confiesan desde Concepto Circo Graffiti, quienes apostaron por una pareja de hermanos, ya que, "junto a los niños con necesidades especiales -según les explicó Lara-, son los que más dificultades tienen para ser acogidos".

Con un estilo pictórico, la pintura plástica como elemento principal y ese colorismo que tanto caracteriza a los artistas, la obra busca llamar la atención de las familias gallegas, para que estas se animen "a ofrecer su cariño y sus cuidados a estos niños mientras no puedan volver con sus familias de origen".

Una experiencia "muy gratificante", ya no solo por la intención de la obra, sino también por "las facilidades y el trato del Concello de Santiago, los vecinos y de Aldeas Infantiles", finalizan.