Adiós a otro comercio histórico de Santiago: cierra la Joyería Gómez

La histórica Joyería Gómez, ubicada en el número 84 de la avenida Rosalía de Castro, en Santiago, cerrará sus puertas de forma definitiva el próximo 31 de marzo. Los propietarios del negocio, cuya apertura se remonta a 1948, han tomado la decisión ante la falta de relevo generacional en la familia para continuar el camino que emprendieron hace 77 años Dominga Boquete González y Juan Gómez Tarrío. "Mi madre se jubila ahora, mi hermano ya tiene su vida orientada en otro sector y yo acabo de terminar la carrera de Psicología y quiero empezar un máster. Además, este tipo de negocio ha cambiado mucho y ya no se vende como nos gustaría", afirma Iria Fernández Gómez, nieta de los fundadores del negocio, que ha estado trabajando en la joyería desde 2011.

Desparece así uno de los establecimientos más emblemáticos del Ensanche de la capital gallega y un negocio de larga tradición familiar. Situado a solo unos metros de la Praza de Vigo, vecino durante muchos años del restaurante Casa Vilas, su apertura data de 1948, cuando los abuelos de Iria Fernández decidieron abrir el negocio, que, en sus inicios, comenzó como relojería y poco a poco fue incorporando joyería. Posteriormente, hace 14 años, la madre de Iria, Esther Gómez Boquete, junto a su marido, tomó las riendas del establecimiento. "El comercio online, la gente viene a probar pero no compran, la dificultad para afrontar las cuotas de autónomo, económicamente el negocio ya no da lo que queremos... Son muchos los motivos que provocan el cierre", relata Iria, quien comezó a trabajar en el comercio cuando falleció su padre, en 2011.

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Con el cierre de Joyería Gómez, aumenta la larga lista de negocios históricos de la ciudad, tanto en el Ensanche como en el casco histórico, que han echado el cierre de forma definitiva en los últimos tiempos. En este apartado figuran establecimientos tan emblemáticos como Portela Seijo, en la rúa do Hórreo; el Quiosco Modernista, situado en la Praza do Toural; Ultramarinos Ogeros, en Porta da Pena; O Abrigadoiro, en la rúa Carreira do Conde; o la Chocolatería Metate, en O Preguntoiro.

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Un escenario que refleja la dificultad del comercio de proximidad para sobrevivir en el actual contexto socioeconómico, teniendo en cuenta que los hábitos de consumo han cambiado claramente a lo largo de los últimos años. Son muchas las voces del sector que sostienen que el pequeño comercio ya no solo lucha contra las grandes áreas; ahora el enemigo es la venta online. La sombra del e-commerce es alargada y, en muchos casos, para los establecimientos de cercanía es complicado pelear con gigantes como Amazon, que ya cubre prácticamente todos los sectores de consumo.

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El goteo de locales cerrados en Santiago es continuo, y en muchas calles, en pocos metros, se multiplican los comercios sin actividad. No obstante, esta situación se compensa con nuevas aperturas, una dinámica que siempre acompaña a este sector.