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Santiago: la visita del papa Francisco más esperada y que no pudo ser

El obispo de Roma fallecido recibió invitaciones del rey Felipe VI, el presidente Pedro Sánchez, la Conferencia Episcopal y dos arzobispos compostelanos, pero nunca se planteó en serio la posibilidad

Tras el Año Santo y con el debilitamiento de su salud, se redujeron las esperanzas

Último encuentro de monseñor Prieto con el papa Francisco en diciembre de 2024.

Último encuentro de monseñor Prieto con el papa Francisco en diciembre de 2024. / Vatican Media

Arturo Reboyras

Arturo Reboyras

Santiago

El papa Francisco se lleva a la tumba si en algún momento de su pontificado se planteó seriamente la posibilidad de viajar a Santiago de Compostela. Por todo el mundo es sabido que su prioridad siempre fueron las periferias existenciales, aquellos lugares donde consideraba que su presencia era necesaria para la comunidad cristiana o donde se perseguía el credo católico. A Casa Santa Marta, donde residía dentro de la Ciudad del Vaticano, llegaban a menudo invitaciones de jefes de Estado y de obispos de todo el mundo para visitar sus países o diócesis. Una de las que más ha insistido es sin duda la de Santiago. Finalmente, no pudo ser. Las esperanzas de una peregrinación a la tumba del Apóstol se fueron perdiendo a medida que discurría el Año Santo compostelano 2021-22, a la vez que el mundo observaba cómo la salud del pontífice se iba deteriorando poco a poco, primero con problemas de movilidad que le obligaron a aferrarse a la silla de ruedas y, en los últimos meses, con la neumonía bilateral que le mantuvo en el hospital Gemelli 38 días, antes del fatal desenlace este Lunes de Pascua

Lo cierto es que el papa Francisco tenía en la mesa de su despacho cuatro invitaciones formales y de peso para visitar España y, concretamente, Santiago de Compostela. La primera, la del rey Felipe VI, que pocos días después de ser proclamado, en junio de 2014, se desplazó con la reina Letizia al Vaticano para un encuentro con el pontífice. Este convite real se repetiría en sucesivos encuentros entre el monarca y el papa argentino.

Pero, además, el obispo de Roma también fue invitado a visitar nuestro país por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien se encontró por última vez con Bergoglio en octubre de 2024 en el Vaticano. De esta manera, se cumplía uno de los requisitos indispensables que suele requerir la Santa Sede para plantear un posible viaje del papa a un país. Había invitación oficial de los jefes del Estado y del Gobierno de la Nación.

Además, a estos convites se sumaba el de la Conferencia Episcopal Española, que a través de su anterior presidente, el cardenal Juan José Omella, hombre de confianza del papa en nuestro país, hizo llegar a Francisco el deseo de la Iglesia española de contar con su presencia, principalmente, como un plan de choque ante el abrumador proceso de secularización que afecta a toda Europa y del que tampoco se libra España. Compostela era una opción muy viable. 

Feijóo, el papa Francisco y monseñor Barrio, en 2021.

Feijóo, el papa Francisco y monseñor Barrio, en 2021. / Xunta

De todas formas, si alguien ha insistido más que nadie, ese ha sido el arzobispo de Santiago. Primero, monseñor Julián Barrio, quien se plantó en el Vaticano en junio de 2021 acompañado del entonces presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, con la intención de convencer al pontífice de que peregrinase a la capital gallega en el jubileo. El papa había concedido unos meses antes la prórroga del Año Santo durante todo 2022 debido a la pandemia del covid, una decisión extraordinaria que permitió que los peregrinos llegasen a Compostela desde todas las partes del mundo para ganar la indulgencia plenaria una vez que se rehabilitaron las condiciones de movilidad. «El papa Francisco conoce muy bien a los gallegos, aprecia a nuestro pueblo y eso ayuda mucho», dijo entonces Feijóo, confiado en la visita. 

La estrategia fue similar a la que se había llevado a cabo en 2010, cuando monseñor Barrio y Feijóo también acudieron al Vaticano para invitar al Año Santo a Benedicto XVI. En aquella ocasión, la misión salió bien, puesto que Ratzinger mostró su disponibilidad y firmeza desde el primer momento y accedió a peregrinar a la tumba del Apóstol en noviembre de aquel año, a la vez que recalaba en Barcelona para la consagración de la Basílica de la Sagrada Familia.

La posibilidad de una peregrinación breve

Algunos periodistas, como Eva Fernández o Carlos Herrera, de la Cadena Cope, le recordaban con frecuencia que las invitaciones para venir a Santiago seguían en pie. A Herrera, durante una entrevista, llegó a manifestarle: «Si voy a Santiago, voy a Santiago; pero no a España, que quede claro». El papa quería decir que solo estaría dispuesto a una peregrinación breve a Compostela, quizás de unas horas; pero no a un viaje como jefe de Estado a España de varios días como los que hicieron sus predecesores, Juan Pablo II o Benedicto XVI.

En algún momento se llegó a especular que la cita podría producirse en agosto de 2022, coincidiendo con la Peregrinación Europea de Jóvenes que se había convocado en Santiago; aunque algunos no veían posibilidades puesto que el papa ya había emplazado a los jóvenes de todo el mundo a la JMJ de Lisboa en agosto de 2023 y, además, la Iglesia española estaba pasando por un momento delicado, en cuanto a que estaban de actualidad temas tan polémicos como las inmatriculaciones, el pago del IBI o el escándalo de los abusos sexuales a menores. Terminó el AñoSanto y la visita no se produjo.

El papa Francisco y monseñor Prieto, en 2023.

El papa Francisco y monseñor Prieto, en 2023. / Archicompostela

Desde junio de 2023, las invitaciones corrieron por cuenta del nuevo arzobispo de Santiago, monseñor Francisco José Prieto, que aprovechó cada encuentro con el pontífice, por breve que fuera, para recordarle que el Apóstol Santiago confiaba en que su hermano Pedro pudiese visitarle pronto; la última, en diciembre del año pasado, durante una extensa reunión con motivo de la presentación del Seminario Mayor Interdiocesano de Galicia. El obispo de Roma siempre respondía con una sonrisa, pero nunca llegó a aceptar directamente.

«Quiero ir a Canarias»

Por otro lado, en enero de este año el papa ahora difunto manifestó al mundo su deseo: «Quiero ir a Canarias». Francisco sabía que allí hay migrantes que sufren y también que su presencia en el archipiélago ayudaría a poner el foco internacional sobre los más vulnerables que llegan en patera. 

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