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Confecciones nupciales artesanales: «las novias buscan para su gran día algo especial»

Ana Prados y Fátima Regueiro diseñan vestidos y zapatos a medida en sus talleres compostelanos

Ana Prados en su taller  Ana Prados Atelier y  Academia

Ana Prados en su taller Ana Prados Atelier y Academia / Jesús Prieto

Irene Carril

Irene Carril

Santiago

Con la llegada de la primavera comienza la ‘temporada BBC’ –época de bodas, bautizos y comuniones– y para acudir a estos eventos cada vez más invitadas se decantan por prendas y diseños únicos. Una tendencia en auge, que también se advierte entre las novias que buscan para su gran día exclusividad y tanto Ana Prados como Fátima Regueiro lo confirman. Responsables de sendos talleres artesanos donde confeccionan vestidos de novia e invitada –en el caso de Ana– y zapatos a medida –en el de Fátima–, cuentan a EL CORREO GALLEGO que desde hace años el trabajo se ha intensificado.

«Comencé este proyecto justo seis meses antes de la pandemia y, en un principio, era todo un espacio unido –tanto el atelier como la academia– pero finalmente acabé separando las zonas. Sigue siendo lo mismo, Ana Prados, pero ahora los locales están diferenciados uno enfrente del otro», comenta Ana Prados, gerente del establecimiento Ana Prados Atelier y Academia, situado en la rúa da Rosa.

Estudió «un poco por casualidad» patronaje, corte y confección durante su etapa en Tarragona y cuenta que «desde que empecé siempre tuve muy claro que me quería dedicar a las novias y, aunque hago algo de invitada, el 90% de mi agenda de trabajo es novia», explica.

Su taller es el único de la capital gallega en el que se confeccionan de forma artesanal vestidos de novia. «Tengo clientes de toda Galicia, de Santiago también, pero no es el porcentaje mayor. Aquí vienen novias de A Coruña, de Lugo o Vigo, entre otros», especifica.

Fátima Regueiro, con los diseños de Bonitos Zapatos

Fátima Regueiro, con los diseños de Bonitos Zapatos / Jesús Prieto

Por su parte, Fátima Regueiro, de Bonitos Zapatos, también cuenta con clientas de toda Galicia. «Facemos zapatos personalizados tanto para noivas como para invitadas. Pero as nosas clientas son sobre todo as noivas; no caso das invitadas, veñen principalmente se teñen algún problema no pé, porque igual lle é máis complicado atopar un zapato cómodo e bonito para ese día», cuenta Regueiro, responsable del espacio Bonitos Zapatos, ubicado en el centro comercial Área Central.

Centradas en la moda nupcial, ambas manifiestan que desde hace unos años se nota que las protagonistas buscan para su gran día «algo especial» y su inspiración nace de lo que las rodea pero, sobre todo, de cada novia.

Diseño según cada novia

«Yo no copio nada, todos mis diseños son exclusivos y para realizarlos necesito conocer a la clienta. En la primera toma de contacto me cuentan un poco lo que tienen pensado para ese día, como será la boda y lo que esperan del vestido. Luego, según vamos hablando lo voy confeccionando. Es un trabajo muy creativo. Pero, tanto el proceso como el diseño dependen mucho de cada novia. No se puede decir que exista una tendencia, cada clienta es única, y aquí tenemos novias de todos los estilos. Este año, por ejemplo, me están dejando crear un poco más. Al final, las clientas también confían en ti», asegura Prados.

En cambio, a la hora de diseñar un zapato sí hay unanimidad, se busca la comodidad. «É o que lle recomendo a todas as clientas, que o zapato que leven sexa cómodo. Ao final non vale de nada ter un zapato moi bonito se só o aguantas trinta minutos», dice Regueiro.

En su caso, el diseño del zapato depende también de otros factores. «Para realizar o zapato necesito saber como será o vestido e tamén a voda. Non se pode decir que haxa máis demanda dun tecido ou cor, porque depende da persoa o que si é certo é que se busca levar un zapato cun deseño bonito, que destaque», detalla Fátima.

Agendas completas

Son las únicas artesanas nupciales de Santiago y alrededores y, pese a la aparición de otros talleres similares en otras ciudades, ambas cuentan con agendas completas.

«En la primera temporada tuvimos muchísimo éxito y al principio cogíamos más clientas, pero el volumen de trabajo era muy grande y este año tuve que cerrar la agenda en veinte novias, estamos bastante saturados. Se puede decir que hay dos periodos de trabajo, el primero es cuando llegan las novias; el segundo cuando se realiza la confección, el patronaje y las pruebas», explica Ana Prados.

«Traballamos todo o ano. En agosto paramos, pero á volta xa comezamos coa confección dos zapatos da seguinte temporada», afirma Fátima Regueiro.

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