Conoce el origen del nombre de las calles de Santiago: Rúa Nova

La Rúa Nova, emplazada entre las calles de Xelmírez y del Cantón do Toural, es conocida por este nombre desde el siglo XII, en razón de su novedad frente a lo construido hasta entonces (vicus novus).

Discurría pertrechada por la Rúas da Caldereiría y do Vilar, y si a estas añadimos la del Franco tenemos los viales paralelos y más regulares de la población, aunque esto haya que tomarlo con bastante precaución en una ciudad de crecimiento orgánico y sin olvidar que su trazado actual es el resultado de una y mil rectificaciones.

Rúa Nova y do Vilar son las calles más importantes y hermosas de la ciudad, verdaderos paradigmas gallegos de recorridos con soportales, pese a haber perdido un gran número de sus miembros. Frente a su igual, la Rúa do Vilar, la calle más concurrida, festiva y comercial de Compostela, la Rúa Nova, presidida por la muy transformada iglesia fundada en el sigo XII de Santa María Salomé, se acabó convirtiendo en un referente de primer orden por tratarse de la calle más prestigiosa de la urbe, la calle palacial por excelencia y de recreo.

De su nobleza nos hablan todavía hoy ejemplares de primer orden como el Palacio del Marqués de Santa Cruz y el de los Ramirás (solar del antiguo Colegio de los Irlandeses), a los que podemos sumar, entre otros, el Palacio de los Condes de San Juan (Casa de la Balconada) o el de Pedrosa, sin olvidar los múltiples blasones que evocan complementos de localizaciones perdidas. Como escenario de esparcimiento lo hacen el Teatro Principal o el Salón Teatro, junto a los que habría que recordar el desaparecido y mítico Café Suizo.

Y podríamos seguir incorporando acontecimientos arquitectónicos, llamativos como la Casa de las Pomas, pero también modestísimos, aunque no por ello carentes de interés, como los edificios inmediatos a Santa María Salomé que siguen un modelo medieval bien establecido, que se prolongó en el tiempo, pudiéndose en este caso datarse en el siglo XVI, aunque por su naturaleza anodina estilísticamente podrían moverse en una horquilla cronológica entre los siglos XV y XVII. Con todo y a pesar de las múltiples condecoraciones que ofrece esta prestigiosa calle, lo que nunca se puede perder de vista son las amplias y bellas galerías cubiertas, de por sí capaces de prestigiar cualquier núcleo de población y referente, como dije, para la ciudad y para toda Galicia.

Se trata de un buen ejemplo de que los nombres de las calles de una ciudad se vinculan de diversas maneras con su historia.