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Santiago

El peregrino que sabe lo que cuesta un riñón

Javier Franco es un valenciano de 51 años trasplantado de riñón y está realizando un peregrinaje que completará este sábado en Santiago para concienciar a la población sobre la donación de órganos

Javier Franco (en el centro, con gorro) con compañeros de peregrinaje delante de la iglesia de Santiago de Taboada

Javier Franco (en el centro, con gorro) con compañeros de peregrinaje delante de la iglesia de Santiago de Taboada / Bernabé/Javier Lalín

Xan Salgueiro

Silleda

El trasplante es vida: dona es el lema que ha llevado a Javier Franco a recorrer los más de 1.200 kilómetros que hay desde Valencia hasta Santiago de Compostela. Este sábado llegará a la Praza do Obradoiro en una marcha, abierta a todas aquellas personas que quieran sumarse, para concienciar a la población sobre la donación de órganos.

Nacido hace 51 años en Barcelona y afincado desde hace más de veinte en Valencia, Javier volvió a nacer hace casi cuatro años, el 6 de junio de 2021, cuando le fue trasplantado un riñón. Entonces, pensó en organizar eventos para «dar a conocer que aún hay gente que muere esperando un órgano». Fue así como surgió la idea de peregrinar a Compostela desde la capital levantina. Para cubrir los cerca de 1.300 kilómetros que hay entre ambas ciudades, organizó el viaje en 43 etapas, que cubriría en cinco escapadas de ocho días.

Etapas del viaje

En abril de 2022 cubrió, junto a un amigo, el trayecto entre Valencia y Albacete, sumando a otra persona que conocieron en la ruta; en octubre de ese mismo año llegaron hasta Toledo. Un año después retomaron el camino y alcanzaron Medina del Campo. En mayo de 2024 completaron el Camino de Levante, que confluye con la Vía de la Plata en Zamora, y se pusieron en Puebla de Sanabria. Siguiendo la también llamada Ruta Sanabresa o Mozárabe es como han recalado estos días en tierras dezanas, con pernocta el miércoles en Lalín, el jueves en A Bandeira y el viernes en el albergue Reina Lupa, en Sergude (Boqueixón).

A los tres miembros iniciales se les han ido sumando «amigos» por el camino. Así, a Lalín llegaron cinco personas, ayer eran nueve y llegarán a la docena en el tramo final. Pero a Javier le gustaría que fuesen muchos más y, por eso, invita a quien quiera sumarse a la iniciativa solidaria a acompañarles en este último tramo, desde la salida en el albergue de Deseiro, a las 8:30 horas, o uniéndose a la comitiva en cualquier punto del itinerario, incluso en el propio Obradoiro. El único requisito para participar en la marcha, que entrará en la histórica plaza compostelana con banderas y su lema en distintos idiomas, es vestir camiseta blanca.

Concienciar sobre la donación

Javier Franco aclara que es una iniciativa totalmente particular. «No somos una fundación, no recaudamos dinero. Solo hablamos con la gente, le pedimos a las familias que tengan conversaciones acerca de su voluntad en el momento de la muerte». La donación fue su única esperanza o la de Ali Blasco, una amiga que iba a acompañarle hasta Santiago, pero que tuvo que quedarse en Valencia por el mejor motivo: Justo la llamaron para trasplantarle un riñón.

Por eso, lamenta que «un 16% de las familias de personas que podrían donar digan que no cuando su familiar está próximo a morir». Son unas 500 personas al año, lo que supone la pérdida de 1.200 órganos que podrían utilizarse para trasplantes. Afirma que, de las 5.100 personas que aguardan por un órgano en España, «400 morirán este año», en torno a una quincena en Galicia, en donde no llegan a 200 los demandantes.

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