Una santiaguesa entre los nuevos talentos de la música clásica

La tarde de este miércoles en Santiago tenía pronóstico de lluvia. No se cumplió porque el entusiasmo del alumnado del ciclo de conciertos del Curso Avanzado de Especialización Orquestal (CAEO) es grande como el sol, que aparte de astro, guía el pentagrama de esa música clásica que une a Xiana Baliñas Vieites, Francisco Javier Ruiz Rivas, Pedro Budiño Pinaque, Roi Guzman Gómez, Belén Aragunde Canabal, Inês Fernando (de Portugal), Óscar Rial Salgueiro, Yiran Niu (de China), Irene Sancho Álvarez, Jorge Denís Sanromán, Esther Fernández González y Erika García. 

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Valoración de Enrique Meyer

Son estudiantes de la Escola de Altos Estudos Musicais (EAEM) e hilan las actuaciones del Paraninfo de la Universidade de Santiago (19.30 h.; entrada libre) los días 5, 9, 10 y 11 de junio, su fin de curso abierto este miércoles. «Son un grupo de muy buen nivel, estoy muy satisfecho. Creo que lo tienen más fácil que los estudiantes de hace diez años porque están mejor preparados y hay más orquestas», cuenta a este diario el Jefe de Estudios, Enrique Meyer. En el estreno actuaron la compostelana Xiana Baliñas, a la viola; y el andaluz Francisco J. Ruiz, al oboe.

Madre en Cantigas e Agarimos y hermano cantante lírico

Xiana Baliñas, alumna de Natalia Madison y hermana del cantante lírico santiagués, Alejandro Baliñas, va a «apostar todo» para conseguir «el sueño de tocar con la Real Filharmonía de Galicia», dice en charla con EL CORREO GALLEGO quien se educó en Roxos (Villestro) antes de iniciar su formación musical y es hija de Begoña, que «estuvo muchos años» en Cantigas e Agarimos. 

«Lo malo del mundo profesional de la música es que hay mucha demanda y pocas plazas; en cada orquesta, hay dos o tres oboes», explica Ruiz, natural de Linares y alumno de Christina Dominik. 

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Referentes

Belén Aragunde, de Vilanova de Arousa añade: «Nos mueve la pasión. Yo ya quería tocar la flauta a los cinco años. Ser parte de algo tan grande como una orquesta, no está al alcance de cualquiera, y esta experiencia es una maravilla», dice sobre este curso tutelado por la Real Filharmonía. Y la alumna lusa Inês Fernando, de Peniche, apunta: «Me inspiran las palabras de Marc Sabbah, que fue mi profesor de viola: es difícil, pero vale la pena tanto esfuerzo. Él cree que la música es la más inclusiva de las artes». 

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Desde China

Esther Fernández, de Cabanas; señala: «Cuando toqué con la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia, en Pontevedra, sentí un click, pensé: ‘Esto es lo mío’». Y Jorge Denís (percusión), de Nigrán, asegura: «Me llena tanto hacer música como compartirla, no veo otra salida que dedicarme a esto», subraya. Por su lado, Óscar Rial, de Meaño, revela: «Empecé a los 3 o 4 años, probé con la pintura, pero me enganchó la trompeta».

Y Yiran Niu, con esa amabilidad y timidez propia de su país, comenta que toca el violín «desde los 7 años». Pasó «por el conservatorio de Hangzhou, capital de la provincia de Zhejiang», donde viven 13 millones de personas, tan lejos como tan cerca está su pasión compartida por la música clásica, en su caso, con querencia «por Beethoven y su transición hacia la música romántica», aclara quien vive su segunda experiencia en Galicia, tan feliz por su experiencia formativa "como por la comida", apostilla Niu con una sonrisa.