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Santiago

Investigación médica en la USC: «Para conocer mejor las enfermedades, los jóvenes también deben donar su cuerpo»

El Servicio de Donación para docencia e investigación de la USC, coordinado por Ana Isabel Rodríguez, sacó recientemente a concurso las tareas de traslado y posterior incineración

Ana Isabel Rodríguez, directora científica del Servicio de Donación de Cuerpos de la USC, en un laboratorio de Medicina

Ana Isabel Rodríguez, directora científica del Servicio de Donación de Cuerpos de la USC, en un laboratorio de Medicina / Antonio Hernández

Lorena Rey

Lorena Rey

Santiago

La Universidade de Santiago cuenta con un Servicio de Donación de Cuerpos para docencia e investigación encargado de gestionar la recepción, custodia y utilización de los cuerpos donados a la docencia y a la ciencia, en el marco de las actividades formativas e investigadoras de la Facultad de Medicina y demás centros autorizados.

Para el correcto funcionamiento de este servicio existe un procedimiento que garantiza tanto el traslado de los cuerpos donados hasta las instalaciones de la USC como la incineración de los restos una vez finalizado su uso académico o científico. Así, la semana pasada salió a licitación el servicio encargado de estos cometidos. «Dado que estas tareas requieren de medios técnicos, humanos y logísticos específicos, así como de las autorizaciones y acreditaciones correspondientes en materia funeraria y sanitaria, se hace necesaria la contratación de una empresa especializada que asegure la correcta ejecución de los traslados y de la incineración, imprescindible para garantizar la continuidad de las actividades docentes y científicas de la USC, preservando en todo momento la dignidad de las personas donantes, la seguridad biológica y el estricto cumplimiento de la normativa aplicable», explica en detalle en conversación con EL CORREO GALLEGO, Ana Isabel Rodríguez Pérez, directora científica del Servicio de Donación y profesora titular del Área de Anatomía y Embriología Humana.

Hasta el momento era Funeraria Apóstol la encargada del servicio. Existe un contrato anterior prorrogado, si bien Ana Isabel Rodríguez confirma que «en unos dos meses, este que se ha sacado a concurso se pondrá en marcha».

Aumentan las donaciones y cuerpos recepcionados

Rodríguez asegura que con el paso de los años hay un aumento de donaciones y cuerpos recepcionados. «A nuestras instalaciones suelen llegar en torno a unos nueve o doce cuerpos al año», dice.

El año pasado recibieron 121 solicitudes de carné de donante, con una distribución prácticamente equilibrada entre hombres y mujeres. De ellas, se hicieron efectivas 9 donaciones: 4 de mujeres y 5 de hombres. La edad media de los donantes se sitúa en torno a los 83 años. «Cada año aumenta de manera significativa el número de solicitudes de donación, lo que refleja la generosidad de la población gallega al servicio de la docencia y la investigación», destaca.

En referencia a estas cifras, la responsable del servicio manifiesta que que para la docencia de grado «contamos con un número suficiente de donaciones», pero en el ámbito del posgrado y la investigación «la disponibilidad es más limitada».

Hasta hace unos cuatro años, la mayoría de los cuerpos donados se destinaban a la enseñanza de grado. Sin embargo, la incorporación de nuevas técnicas de conservación hace que en la actualidad «los cuerpos también se utilizan en la formación de cirujanos, que pueden practicar procedimientos complejos o probar nuevos dispositivos, así como en el análisis de tejidos post mortem para estudiar distintas enfermedades». Es precisamente en este tipo de usos donde perciben «una mayor escasez de material».

Rodríguez comenta que disponen de las autorizaciones necesarias para investigar en diversos tejidos enfermedades neurodegenerativas y metabólicas. Para obtener resultados fiables «sería necesario contar con una mayor cantidad y diversidad de donaciones». Asimismo, indica que «prácticamente la totalidad» procede de personas de edad avanzada. «Para avanzar en el conocimiento de los mecanismos de la enfermedad, identificar nuevas dianas terapéuticas y favorecer el diagnóstico precoz, sería fundamental disponer también de tejidos de individuos más jóvenes que permitan establecer comparaciones», confirma.

Sistemas de congelación a -80 grados Celsius (°C)

Los cuerpos donados se custodian en las instalaciones del Servicio de Donaciones, adscrito al Departamento de Ciencias Morfológicas e integrado en el área de conocimiento de Anatomía y Embriología Humana. «Contamos con cámaras de temperatura controlada para conservar los cuerpos tratados con soluciones fijadoras, así como con sistemas de congelación a –80 °C que aseguran la máxima calidad del tejido destinado a fines de investigación. La elección de un método de conservación u otro «depende siempre de la finalidad a la que se destine el material».

En las prácticas de Anatomía, los estudiantes llevan a cabo tareas básicas pero «fundamentales» para su formación médica. Entre ellas, según indica Rodríguez, se incluyen el reconocimiento de órganos, músculos, huesos, vasos y nervios, así como la identificación topográfica, «que consiste en localizar cada estructura en relación con las demás».

¿Cómo funciona el proceso de donación?

Las personas que deseen donar su cuerpo a la docencia y/o a la investigación pueden consultar el protocolo público disponible en la página web del servicio.

«Cuando una persona está interesada en hacerse donante se debe acercar a nuestras instalaciones, donde se le explicará en qué consiste todo el proceso. Si finalmente decide continuar, firmará la autorización en presencia de dos testigos mayores de edad. Una vez completados estos pasos, el servicio emite un carné de donante», detalla la responsable.

A partir de ahí, el proceso se detiene con el fallecimiento, que debe ser notificado por la familia a la empresa funeraria. «Esta se pondrá en contacto con el responsable del Servicio de donaciones, quien valorará si ese cuerpo puede ser recogido, ya que hay circunstancias que lo impiden, como ciertas intervenciones quirúrgicas o procesos judiciales en curso», aclara. Otro condicionante que puede llevar a rechazar un cuerpo es la falta de espacio en la facultad.

Si la donación cumple todos los requisitos del protocolo, un servicio funerario traslada el cuerpo a las instalaciones de la USC. «En ese momento se recoge y archiva el carné de donante, una copia del DNI, la licencia de enterramiento y el certificado de defunción, y se informa al Registro Civil de que el cuerpo se encuentra en las instalaciones del Servicio de Donación de Cuerpos», añade. A continuación, el equipo especializado en técnicas de conservación del Servicio de donaciones aplica la metodología necesaria para su preservación. Una vez finalizado el periodo de uso, «se solicita autorización para proceder a la incineración, y las cenizas se depositan en una urna en el cementerio de Boisaca».

Ana Isabel Rodríguez recuerda que también se aceptan donaciones cuando la persona ha expresado su voluntad de ser donante a través del documento de instrucciones previas del Sergas.

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