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buenos recuerdos. Cientos de clientes fieles echarán mucho de menos sus estupendas tapas y sus contundentes bocadillos de calamares, jamón asado o tortilla // Su propietario se vio obligado a cerrar por sus problemas de salud y el efecto de la pandemia TEXTO D. Casal

Adiós al bar Latino, un clásico del Ensanche desde hace ya 35 años

Uno de los bares más emblemáticos y veteranos del Ensanche de Santiago, el Latino, ha cerrado definitivamente sus puertas después de treinta y cinco años de actividad. El bajón de clientes a causa de la pandemia y los problemas de salud que últimamente ha padecido el dueño del local, José López, han forzado el cierre de un bar que tuvo largos periodos de gran esplendor gracias a sus magníficas tapas y, sobre todo, sus contundentes bocadillos de calamares, jamón asado, lomo o bacon con queso, tortilla de patata y otras muchas variedades, sin olvidar sus sandwich con huevo a la plancha.

Radicado en la calle República Argentina, muchas promociones de universitarios tuvieron en el Latino una especie de segunda casa a la que acudir cuando el hambre apretaba y apetecía tomar algo rápido y a buen precio. Lo mismo ocurría con los alumnos y profesores del Peleteiro antes de que el colegio se trasladara desde el Ensanche a las afueras de la ciudad. Sus famosos bocatas y sandwich eran siempre una apuesta segura y los estudiantes llenaban con frecuencia tanto la barra como las mesas del establecimiento, mientras otros muchos preferían llevarse la comida o la cena a casa. En ese sentido, el Latino siempre se destacó por contar con un personal muy ágil que despachaba a toda velocidad a los numerosos pedidos mientras las planchas no daban a basto.

Pero no solo los universitarios y escolares eran asiduos a este veterano bar, que también ha contado siempre con una clientela muy fiel de personas de todo tipo, edad y condición, especialmente residentes en una zona que perdió mucha vida con el traslado, hace ya más de una década, del citado centro educativo a la zona de Montouto.

El propietario del bar comentó ayer en Onda Cero Compostela que se tuvo que operar dos veces el año pasado por un desgaste de columna y por problemas de circulación en una pierna, por lo que cada vez le costaba más estar al frente de un negocio que requiere estar en buena forma física. “No es una cosa que vaya para dos meses y esto ya no hay quien lo aguante”, señaló.

Además de sus problemas de salud, José lamenta la situación que se está viviendo derivada de la pandemia. “Echamos el año anterior cerrados cuatro o cinco meses, son dos años así y lo que queda...” Llegado este punto, el veterano empresario ha decidido jubilarse, aunque lo hace con gran pena y la mente rebosante de buenas experiencias. Recuerda, en este sentido, que en el Latino trabajaban hasta siete empleados y “teníamos una peña en la que éramos unas veinte personas”.

En los últimos años, sin embargo, todo cambió muy rápido, por supuesto para mal, por culpa del covid y las restricciones de movilidad, que afectaron de lleno al sector hostelero. “Cualquier local de la zona nueva trabaja ahora mismo la mitad de lo que trabajaba”, y con respecto a los empleados señala que “estuvieron ya en ERTE y ahora mismo no había forma de continuar”. Así que, con gran pesar, tuvo que tomar la decisión de cerrar.

Nada más conocerse la noticia, numerosos vecinos lamentaron el adiós del emblemático local.

12 ene 2022 / 01:00
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